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Por: Bob Roehr
9 de noviembre, 2007 (Washington, DC) — El número de casos de tuberculosis (TB) en Texas ha declinado durante los últimos años, pero la tasa de casos multidrogo-resistentes (MDR) y las co-morbilidades han aumentado, haciendo que el tratamiento sea más difícil. Estos hallazgos fueron presentados en la 135 conferencia anual de la Asociación Americana de Salud Pública.
Los datos nacionales más recientes (2005) mostraban que 124 de los 10,662 casos de tuberculosis eran TB-MDR; resistentes tanto a la isoniazida como a la rifampina. La tasa de primo-infección con TB-MDR así como la resistencia primaria a la isoniazida es dos veces mayor en personas nacidas en el exterior que en aquellas nativas de los Estados Unidos, dijo la señora Smita G. Chatterjee, parte del equipo de control de la tuberculosis del Departamento de Servicios de Salud de Austin, Texas, a Medscape Public Health & Prevention.
Texas ocupa el segundo lugar en los EEUU en términos del número de casos de TB, después de California, mientras Nueva York ocupa el tercer puesto, y Florida el cuarto. Del año 2000 al 2007, Texas reportó 710 casos de pacientes TB drogo-resistentes y 96 de TB-MDR. Dentro del último grupo, 82 por ciento eran extranjeros, 30 por ciento tenían diabetes, y 15 eran positivos al VIH.
El tratamiento había sido completado de manera exitosa en 69 por ciento de los casos de TB-MDR y continua en muchos de los demás, aunque han ocurrido algunas deserciones en el seguimiento. El tiempo promedio para completar la terapia para un caso drogo-resistente es de 349 días; esto se duplica a 693 días para la TB-MDR, mientras algunos pacientes pueden tardar hasta 3 años para deshacerse de la enfermedad. La mayor parte del tratamiento se lleva a cabo como terapia directamente observada (DOT/TAES).
“Por lo regular 48 por ciento de nuestros casos de TB son personas extranjeras, pero si miramos los casos MDR, ser extranjero es un factor de riesgo en cerca e 80 por ciento de los casos,” dijo la señora Chatterjee. Ella cree que los casos nativos tienen mayor probabilidad de ser inyectores de drogas y estar infectados por VIH como factores de riesgo de adquisición, pero ella y sus colegas reconocen que no han hecho tales análisis.
Los países de origen de los pacientes reflejan los patrones de inmigración al estado, siendo la mayor porción de los casos de extranjeros TB-MDR personas de México y América Central. Ellos tienden a ser resistentes a la isoniazida y su TB es una primo-infección; la resistencia no se desarrolló mientras recibía tratamiento.
“Generalmente la TB es una enfermedad de adultos de 25 a 64 años de edad que trabajan. Lo sorprendente es que 2 de los casos de TB-MDR eran pediátricos,” dijo la señora Chatterjee. Uno era un niño de 12 años, la otra, más sorprendente aún, era una niña de 5 años, ya que la TB tiene una probabilidad dos veces mayor de ocurrir en los hombres que en las mujeres.
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Ella afirmó que no es común que se tamice a otros miembros de la familia para la TB a menos que haya síntomas de enfermedad activa. “Los portadores asintomáticos son los casos más difíciles de diagnosticar. Definitivamente necesitamos mejores herramientas diagnósticas; las existentes ya cumplieron los 40 años.”
Ella dijo que el cumplimiento con la terapia no difería significativamente entre los pacientes nativos y los extranjeros.
La señora Chatterjee describió el avance de la TB en los Estados Unidos; hubo un resurgimiento de la TB en la década de 1980, relacionada con la coinfección con el VIH, siendo Nueva York su epicentro. “El número de casos ha descendido desde los 1990; ahora estamos viendo casos más complicados. En Texas, en los últimos cuatro años, hemos visto una disminución en el número de casos, pero hay más co-morbilidades y más resistencia a los medicamentos,” y factores sociales que hacen que el tratamiento sea más complicado.
La diabetes complica el diagnóstico de la TB porque los pacientes co-mórbidos tienen mayor probabilidad de ser falso-positivos en la prueba de cultivo. Con el tratamiento, “la medicación no es tan efectiva. Los cultivos no se desarrollan tan rápidamente. En un paciente con diabetes, los típicos 30 a 45 días para la conversión pueden extenderse a 60 días o más,” dijo la señora Chatterjee. El tratamiento de las co-morbilidades es crucial para el tratamiento efectivo de la TB.
Su consejo para el médico general es, “Piense en TB. Si usted tiene síntomas tales como tos y pérdida de peso, definitivamente mande a hacer un cultivo para TB.” La pérdida de peso puede ocurrir en el primer mes de la infección, dependiendo de la virulencia de la cepa y de los cofactores huéspedes. Las personas diabéticas, los niños, o las personas infectadas con VIH tienen mayor probabilidad de experimentar una declinación rápida.
La señora Chatterjee dijo que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) trabajan para crean un sistema de vigilancia mejorado de la TB-MDR en los 4 estados con las mayores cargas de casos, los cuales servirán como modelo para la nación. “Texas tiene la ventaja de tener ya un sistema de vigilancia instalado que analiza los datos a un nivel gerencial, y recoge información en detalle sobre el número de cultivos realizado, los días transcurridos de hospitalización, y los medicamentos que fueron administrados. Yo creo que es por eso que los CDC están interesados en algunos de nuestros diseños y protocolos.”
El Dr. Edward A. Graviss, profesor de patología en la Universidad Baylor de Medicina en Houston, Texas, dijo que el estudio era importante para evidenciar la larga duración que se requiere a menudo para tratar la TB-MDR.
Los pacientes con TB-MDR presentan una complicación mucho mayor para ser tratados, y Texas prefiere que quien tenga alguna forma de TB resistente sea tratado como un paciente hospitalario en 1 o 2 facilidades en el estado, al menos hasta que sus cultivos sean negativos y ellos no sean infecciosos. En ese momento, La terapia observada directamente en base ambulatoria puede ser una opción, aunque la toxicidad de muchos regímenes lleva a la mayoría de ellos a ser continuados sobre la base del internamiento.
El Dr. Gravis dijo que un caso de TB no-resistente puede ser tratado a un costo aproximado de 1,000 dólares americanos, pero éste aumenta a cerca de 250,000 dólares si el caso de TB es MDR. Texas cubre todos los costos para los pacientes tratados por médicos de la salud pública.