viernes, noviembre 29, 2013

Noticias del Frente Multicolor 134

Contra el viento de proa de la curia

Ángel lustrando las sandalias rojas del Papa

Infligiría un gran daño a la credibilidad del Papa Francisco que los reaccionarios del Vaticano le impidieran poner en práctica lo que predica acometiendo la reforma a todos los niveles que necesita la Iglesia
Hans Kung , El País (Madrid), 28 11 2013

La reforma de la Iglesia está en marcha: en su escrito apostólico Evangelii gaudium, el papa Francisco refuerza no solo su crítica al capitalismo y al dominio del dinero, sino que habla de una reforma de la Iglesia “en todos los niveles”. En concreto, defiende reformas estructurales: la descentralización hasta el nivel de los obispados y parroquias, la reforma de la cátedra de San Pedro, la revalorización de los laicos frente al clericalismo desbordado y una presencia más eficaz de la mujer en la Iglesia, sobre todo en los órganos decisorios. Habla también claramente en favor del ecumenismo y del diálogo interreligioso, en especial con el judaísmo y el islam.

Todo esto ha obtenido una amplia aprobación mucho más allá de la Iglesia católica. Su rechazo indiferenciado del aborto y de la ordenación de las mujeres podría suscitar la crítica y es aquí donde probablemente se pongan de manifiesto los límites dogmáticos de este papa. ¿O es que en esto quizá esté bajo la presión de la Congregación para la Doctrina de la Fe y de su prefecto, el arzobispo Ludwig Müller?

Este expuso su postura archiconservadora en un largo escrito publicado el 23 de octubre pasado en el L’Osservatore Romano, en el que recalcó la exclusión de los sacramentos de los divorciados que se hayan vuelto a casar. Dado el carácter sexual de su relación, supuestamente viven en pecado mortal, a no ser que convivan “como hermano y hermana” (!).

Algunos observadores se preguntan con preocupación: ¿sigue el papa emérito Ratzinger actuando como una especie de papa en la sombra a través del arzobispo Müller y de Georg Gänswein, el secretario personal de Ratzinger y prefecto de la Casa Pontificia, a quien el pontífice anterior también promovió? Como cardenal, en 1993, Ratzinger llamó al orden a los entonces obispos de Friburgo (Oskar Saier), Ratisbona-Stuttgart (Walter Kasper) y Maguncia (Karl Lehmann) cuando propusieron una solución pragmática a la cuestión de la comunión de divorciados que habían vuelto a contraer matrimonio. Es típico que el actual debate, 20 años después, lo vuelva a desencadenar un arzobispo de Friburgo, Robert Zollitsch, también presidente de la Conferencia Episcopal Alemana. Zollitsch se atrevió a proponer otra vez la necesidad de replantearse la praxis pastoral del trato con los divorciados que se vuelven a casar. ¿Y el papa Francisco?

A muchos la situación les parece contradictoria: aquí reforma eclesiástica, allí el trato a los divorciados; el Papa querría avanzar, el prefecto de la fe frena. El Papa piensa en personas concretas, el prefecto, sobre todo, en la doctrina católica tradicional. El Papa querría ejercer la caridad, el prefecto apela a la justicia y santidad de Dios. El Papa querría que el sínodo sobre cuestiones de familia convocado para octubre de 2014 encontrara soluciones prácticas; el prefecto se apoya en argumentos dogmáticos tradicionales para poder mantener el despiadado statu quo. El Papa quiere que este sínodo acometa nuevos avances reformistas, el prefecto, que anteriormente fue un profesor neoescolástico de Dogmática, cree poder bloquearlos de antemano. ¿Sigue teniendo el Papa bajo control a este vigilante suyo de la fe?

¿Sigue el Papa emérito Ratzinger actuando en la sombra a través de Müller y Georg Gänswin?

Al respecto hay que decir que el propio Jesús se manifestó de forma inequívoca contra la disolución del matrimonio. “Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Marcos, 10, 9). Pero lo hizo sobre todo para favorecer a la mujer, que en aquella sociedad estaba en desventaja jurídica y social frente al hombre, el único que podía repudiar a su mujer en el judaísmo. De este modo, la Iglesia católica, secundando a Jesús, incluso en una situación social completamente distinta, debería pronunciarse expresamente en favor del matrimonio indisoluble, que garantice a los contrayentes y a sus hijos relaciones estables y duraderas.

Pero el arzobispo Müller ignora evidentemente que Jesús manifestó en este punto un mandamiento tendencial que, al igual que otros mandamientos, no puede excluir el fracaso y la renuncia. ¿De verdad puede alguien imaginarse que Jesús no habría condenado el trato que actualmente se dispensa a los divorciados? Él, que protegió de forma especial a la adúltera frente a los “ancianos”, que se dirigió especialmente a los pecadores y fracasados y que incluso se atrevió a prometerles su perdón. Con razón dice el Papa: “Jesús debe ser liberado de los aburridos patrones en los que le hemos encasillado”.

En vista de la actual situación de desamparo de esos millones de personas en todo el mundo que, pese a ser miembros de la Iglesia católica, no pueden participar de la vida sacramental, de poco sirve citar un documento romano tras otro sin responder de forma convincente a la pregunta decisiva: ¿por qué no hay perdón precisamente para este fracaso? ¿No ha fracasado de forma lastimosa la doctrina en lo tocante a la prevención del embarazo, sin que haya logrado imponerse en la Iglesia? Un fracaso semejante debería evitarse a toda costa en lo que respecta a la separación.

En cualquier caso, la solución no es reclamar nuevos “esfuerzos pastorales” y pretender que se concedan con mayor generosidad las anulaciones matrimoniales, como sugiere el arzobispo. El auténtico escándalo para muchos católicos no es que la gente se divorcie y se vuelva a casar, sino la desvergonzada hipocresía que esconden muchas anulaciones matrimoniales... ¡incluso cuando hay varios hijos!

Fue la reaccionaria estrategia de la Doctrina de la FE la que arrastró a la Iglesia a la crisis actual

Solo en el año 2012, en Alemania, el porcentaje de divorcios alcanzó el 46,2% respecto a los matrimonios celebrados ese mismo año. Si partimos de las tasas actuales de divorcio y se suma a ellas el creciente número de parejas católicas que solo se ha casado por lo civil o que vive sin vínculo matrimonial alguno, solo en Alemania prácticamente la mitad de las parejas católicas estarían excluidas de los sacramentos. No hay que olvidar tampoco los muchos niños afectados por la distorsionada relación de sus padres con la Iglesia. Se trata, por tanto, de problemas pastorales de mayor alcance que cuestionan de forma radical la credibilidad de la Iglesia oficial y del Papa.

Fue la estrategia retrógrada de la Congregación para la Doctrina de la Fe la que arrastró a la Iglesia a la crisis actual y la que tuvo como consecuencia el abandono de la Iglesia de millones de personas, en particular el de aquellos divorciados que contrajeron segundas nupcias y a los que se excluyó de los sacramentos. Haría un daño tremendo a la Iglesia católica que 50 años después del Concilio Vaticano II se estableciera en el Vaticano un nuevo cardenal Ottaviani —jefe entonces de la Congregación para la Doctrina de la Fe, o Inquisición— que se sintiera llamado a imponer su visión conservadora de la fe al Papa y al concilio; o a la Iglesia entera.

E infligiría un daño inmenso a la credibilidad del papa Francisco que los reaccionarios del Vaticano le impidieran poner en práctica lo antes posible lo que predica con sus palabras y sus gestos, llenos de caridad y sentido pastoral. La curia no puede dilapidar el enorme capital de confianza que el Papa ha reunido en sus primeros meses. Incontables católicos esperan:

—Que el Papa perciba la cuestionable posición teológica y pastoral del guardián de la fe, Müller;
—Que ponga coto a la Congregación para la Doctrina de la Fe y la someta a su línea teológica de orientación pastoral;
—Que la elogiable encuesta dirigida a obispos y católicos laicos con respecto al próximo sínodo sobre las familias desemboque en decisiones claras, fundadas en la Biblia y cercanas a la realidad.

El papa Francisco dispone de las necesarias cualidades de capitán para gobernar el barco de la Iglesia sabia y valerosamente entre las tempestades de la época; la confianza de la grey de la Iglesia le servirá de apoyo. Ante el viento de proa curial, muchas veces tendrá que navegar en zigzag. Pero, así lo esperamos, con la brújula del Evangelio (y no del derecho canónico) mantendrá el rumbo franco hacia la renovación, el ecumenismo y la apertura al mundo. Evangelii gaudium es a este respecto una etapa importante, pero ni de lejos la meta.

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Hans Küng es profesor emérito de Teología Ecuménica en la Universidad de Tubinga. Traducción de Jesús Alborés Rey.

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La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).

viernes, noviembre 22, 2013

Noticias del Frente Onírico 102

[La voraz venganza del narcisismo]

Lo que Orwell no predijo es que las cámaras las compraríamos nosotros


Por Alfredo Pascual, solidaridad.net. 20 11 13

http://www.solidaridad.net/noticia/8044/lo-que-orwell-no-predijo-es-que-las-camaras-las-comprariamos-nosotros

Deje de lamentarse por su privacidad. Eso ni existe ni tiene visos de recuperarse. Es un concepto obsoleto que se perdió durante la digitalización de la realidad, albores de la Sociedad de la Información, en devengo por el privilegio de estar informados al segundo. Es usted quien ha expuesto su intimidad al mundo y, aunque no lo crea, no desea recuperarla.

Viajemos quince años atrás, hasta el confortable siglo XX. Mire, ahí está usted descubriendo internet. Ahora está escogiendo un pseudónimo que le permita dispersar su opinión en la red sin que nadie pueda relacionarle con su personalidad analógica. Pese a que no se siente cómodo utilizando un apodo, el vecino informático lo considera indispensable dado que internet es un medio abierto al mundo. A usted le asusta la idea de un mundo de acceso universal, por eso se va internando poco a poco. Primero se abre una cuenta de correo, después comenta en un foro y finalmente se decide a ingresar en un chat.

Saltemos de nuevo a 2013 para revisar su actual relación con la red. Ya casi no recuerda aquel Nick primigenio; en su lugar emplea su nombre real, porque sin él es imposible que le encuentren sus conocidos en las redes sociales. A pecho descubierto opina en Twitter, airea su carrera profesional en LinkedIn y comparte sus fotos más personales en Facebook. Cualquiera puede trazar su personalidad a partir de la mera interpretación de los unos y los ceros que genera. ¿Qué le ha hecho cambiar tanto de actitud en solo un puñado de años?

No es internet, sino usted

Internet no ha cambiado; lo ha hecho usted. La red no ha hecho sino evolucionar en su voracidad. Usted ha cedido su información personal porque le parece que su CV debe ser visible para todos, porque quiere saber qué le interesa al común de los mortales, porque no va a renunciar a las fotos de sus antiguas compañeras de clase.

Si se fija un poco más, descubrirá que está generando el contenido hiperlocal que nutre a las redes sociales. No, no es que sean gratis, es que usted está trabajando para ellas. Lo hace, además, bajo la presión de mantener el interés en su marca personal. Es por eso que comparte información que antes clasificaba privada y por lo que se moja de más en determinadas polémicas. Como emisores de información, hemos interiorizado la tarea de entretener a nuestra audiencia, con todas sus consecuencias.

Esto le ocurre a usted, a mí y a cualquiera. Vivimos todos descolocados, incluso los que más saben. Les pondré un ejemplo. Hace unos meses concerté una reunión con un destacado miembro del panorama tecnológico nacional.

Llamémosle Juan. Cité a Juan en una cafetería próxima a nuestros domicilios. Aceptó encantado: "Perfecto, me viene muy cerca de casa". "Lo sé", le respondí. Mi interlocutor repasó mentalmente la información que había compartido en internet y fue incapaz de recordar dónde y cuándo había revelado su domicilio.

En realidad Juan no había cometido el error de escribir su dirección en un sitio público ni yo el de espiarle, sino algo mucho peor. Utilizaba, a diario, una aplicación para monitorizar el footing mañanero. Y esta aplicación, que dispone de una funcionalidad social, además de recordarme que soy un vago, también me mostraba un mapa con su recorrido en directo: cinco kilómetros que arrancan desde un punto, su casa, hasta dar la vuelta al parque del Retiro y regreso. Con esta anécdota quiero destacar que nuestro descontrol con la privacidad es tal que hasta un experto en TIC es capaz de encender todos los días un GPS y no reparar en sus consecuencias.

Nuestra vida está fuera de control

Ya que he mencionado las miserias de Juan -discúlpame-, también os contaré algunas de sus virtudes. Juan es una de esas personas que lee los Términos y Condiciones de Uso de cabo a rabo, que no descarga una app que acceda a un servicio que le es ajeno, que revisa las imágenes que cuelga en las redes con el fin de no comprometer su confidencialidad ni la de terceros y que incluso desactiva la hora de última conexión de WhatsApp para gestionar sus respuestas cuando juzgue más conveniente. En resumidas cuentas, Juan sabe lo que se cuece y es celoso con su privacidad pero es incapaz de controlar su exposición pública.

Suelo acudir al caso de Elvira para hacer referencia a nuestra incapacidad por controlar la información propia. Conocí a Elvira hace siete años en Nueva York. Fotógrafa profesional, Elvira tenía un proyecto de final de carrera sensacional: durante los tres años anteriores había tomado fotos fijas a su vagón de metro. Todos los días a la misma hora, desde el mismo asiento, en la línea que une su Queens natal con Manhattan. Es una idea que tomó de Hoagie, el estanquero de la película Smoke (1995).

Contemplar la sucesión de imágenes resultaba una experiencia maravillosa. A lo largo de las fotos podía comprobarse el cambio de luz según la estación, el interés de la sociedad a través de un anuncio fijo de la cadena NBC... y también la evolución físico-anímica de un puñado de viajeros cuyos horarios laborales coincidían con los de la joven fotógrafo. Elvira colgó la serie en internet y engalanó el proyecto con un emotivo vídeo forjado mediante fundidos encadenados y el What a wonderful world de Louis Armstrong.

Elvira consiguió una excelente calificación para su trabajo y, agradecida, se lo mostró a sus compañeros habituales -y modelos furtivos- de viaje.

La mayoría se sintieron agasajados, pero uno de ellos la demandó al verse seiscientas veces retratado en la red. Poco después un juez de la ciudad obligó a la fotógrafa a retirarlas y compensar al viajero con una parte proporcional de los ingresos que hubiera obtenido por su difusión.

Aludo al caso de Elvira como ejemplo de que uno puede encontrar su imagen en internet sin siquiera tener nociones de cómo navegar por una página web.

Al respecto también sospecho que hoy, con la laxitud legal que se maneja en internet y el exceso de contenidos que lesionan la intimidad de las personas, sería mucho más difícil obtener una sentencia judicial en unas semanas.

Considere que en este artículo estamos tratando sobre la información privada a la que puede acceder cualquier persona; no tengo ni que mencionarle que su gobierno, sencillamente, hace tiempo que lo sabe todo sobre usted.

Con todo, si lo que usted desea es que su intimidad sea siempre privada, no le queda otra que salir de internet. Cierre todos los perfiles que haya creado, tire a la basura el Smartphone y la tablet, deshágase de cada cuenta de correo y tómese un tiempo para reclamar su derecho al olvido. Podrá permitirse la navegación en Modo Privado y poco más. Olvídese del e-commerce, del networking o de las videoconferencias. Quizá hasta de su actual trabajo. Olvídese, en esencia, de este siglo.

Básicamente lo que las empresas buscan es saber qué consume y cuánto tiempo lo hace, con el fin de adaptar sus productos a sus hábitos. Pruebe a enviar un correo a alguien hablando del coche que sopesa comprar y fíjese en los anuncios que Google le ha colocado a la derecha. ¿Ve cómo le ofrece los modelos que ha mencionado al mejor precio? Esto ya no sorprende a nadie. Para espiarle no ha hecho falta más que un algoritmo menos inteligente que una gallina, y no negará que todos nos beneficiamos del cambio de paradigma entre la publicidad dirigida y la discrecional.

De modo que deje de clamar por una privacidad que no existe. Hay en la red cientos, miles de agentes que minan nuestros datos constantemente. Los registran, los filtran y los venden. Pero no al modo de una vecina de patio, con nombres y apellidos, sino al estilo Orwell, con la degradación -y el alivio- que conlleva ser reducido a un número. Aunque, como dice el cómico estadounidense Keith Lowell, "lo que Orwell no predijo es que las cámaras las compraríamos nosotros".

Nos queda cuidar de nuestra reputación digital y aún más de nuestra agenda de passwords. Olvide lo que aprendió acerca de la intimidad en tiempos analógicos. Y sonría, que le estamos viendo todos.

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Minivideo japonés

http://www.youtube.com/watch_popup?v=MQzldrC870s

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La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).

jueves, noviembre 21, 2013

Noticias del Frente Historiográfico 148

Kerry y el falso fin de la Doctrina Monroe


John Kerry, Secretario de Estado estadunidense

La Jornada (México), 20 11 13

Ayer, en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), el secretario de Estado John Kerry aseguró que la era de la Doctrina Monroe ha terminado y que ahora Washington busca compartir responsabilidades con los otros países del continente y tomar decisiones como compañeros en el marco de una relación de iguales.

Acto seguido, el funcionario desmintió lo anterior al fijar, en forma discrecional e inconsulta, un orden de prioridades para la región: promover la democracia (entendida a la manera estadunidense), mejorar la educación y adoptar nuevas medidas de protección ambiental. Asimismo, Kerry mencionó la consigna de incrementar la cooperación en seguridad y –particularmente preocupante para México, por las presiones que eso augura en la dirección de la privatización de la industria petrolera–desarrollar el mercado energético.

Si no bastara con esa pretensión de dictar la agenda a naciones soberanas, el jefe de la diplomacia estadunidense dejó ver hasta qué punto permanece vigente el tradicional intervencionismo de su país en asuntos de otros estados –intervencionismo sintetizado y representado en la propia Doctrina Monroe– y se lanzó a criticar a los gobiernos de Cuba y Venezuela por temas internos sobre los que Washington no tiene ningún derecho a opinar.

Con todo lo que tuvo de incoherente y hasta de grotesca, la alocución de Kerry refleja cierto reconocimiento implícito de la pérdida de influencia de Estados Unidos en el resto de América.

La reducción del peso de la superpotencia en la región no se debe a una decisión del gobierno de Washington, sino a los proyectos políticos de recuperación de la soberanía y de integración latinoamericana que tienen lugar en diversas naciones de Sudamérica desde la década antepasada: Venezuela, Brasil, Argentina, Ecuador, Bolivia y Uruguay.

Tales proyectos, singulares y distintos, coinciden en la necesidad de fijar los rumbos económicos, políticos y sociales de los países correspondientes al margen de los dictados estadunidenses, sean directos o por medio de los organismos financieros internacionales; convergen, asimismo, en la construcción de foros y entidades regionales sin presencia de Washington –Mercosur, Alba y Celac– y en la necesaria diversificación de las relaciones comerciales y tecnológicas con Estados que en otras zonas del planeta hacen contrapeso geopolítico a Estados Unidos, como Rusia, China e Irán.

Con estos elementos en mente es claro que, si el viejo enunciado colonialista redactado por John Quincy Adams y enunciado por primera vez por el presidente James Monroe –América para los americanos (en referencia a los estadunidenses)– ha perdido vigencia, ello no significa que el poder político de Washington haya renunciado a sus sempiternos afanes injerencistas sobre América Latina.

El propio Kerry, en su discurso de ayer en la OEA, hizo evidente que el pensamiento de la clase política estadunidense hacia sus vecinos de continente no ha cambiado un ápice.

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La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).

miércoles, noviembre 20, 2013

Noticias del Frente Sensorial 102

"Il foglio" ataca a Francisco. [De donde vienen los tiros?]
El papa Francisco y la “conversión” de los tradicionalistas.


Por Sergio Paronetto, Adista, nº 38 Segni Nuovi, 2-XI-2013, pp. 8-9.


Il Foglio, de Giuliano Ferrara, el hasta hace poco órgano de los “ateos devotos” y convertido ahora en la vanguardia de la lucha contra Francisco, se mueve en tres direcciones: publicar los ataques frontales del mundo católico reaccionario y anticonciliar contra un papa considerado traidor de la doctrina católica; recoger toda tipo de oposición y crítica al papa, incluyendo la que proviene del ala “ultraliberal”, considerada antes como maligna, pero vista ahora útil para poner de relieve las contradicciones del actual pontificado; minimizar el “malestar” interno, como escribe Massimo Introvigne, y mediar con interpretaciones relativizadoras con el fin de evitar el riesgo de un cisma. El objetivo general consiste en resaltar la desconfianza en un Papa peligroso para la unidad de la Iglesia.
     El periódico más papista se convierte así, casi de repente, en abiertamente antipapista. Quienes han hecho durante años apología (ideológica) de Ratzinger en apoyo a Berlusconi, Bush y la superioridad del “Occidente”, ahora denuncian a Bergoglio al que ven como un incómodo innovador, demasiado franciscano o, simplemente, demasiado cristiano.
     El 9 de octubre se le dio gran importancia a la larga declaración “Este papa no nos gusta”, firmada por Alessandro Gnocchi y Mario Palmaro, presentada como “expresión autorizada del mundo tradicionalista católico”. Sus razonamientos atacan, por este orden: la “imponente exhibición de pobreza” en la visita a Asís; el diálogo con Scalfari y con los no creyentes fundado en la centralidad de la conciencia; la ruptura con toda la tradición de la Iglesia; la declaración de la irreversibilidad del Concilio; la proximidad al jesuita amigo Carlo Maria Martini; la deformación del Evangelio acomodandolo al “mundo”; las expresiones “yo creo en Dios, no en un Dios católico”, “el proselitismo es una estupidez”, “la Iglesia está como un hospital de campaña”, “los pobres son carne de Cristo”; la insistencia en la misericordia y el perdón.
     Ni asomo de ver estas frases en el contexto para interpretarlas. Dicen: “el error, cuando se da, puede ser reconocido a simple vista”, “los seis meses de papa Francisco han cambiado una época”. Han sido “un escaparate de relativismo”. Constituyen” un cambio de rumbo”. Estamos ante el “derrocamiento del pasado”. El Papa se ha hecho cómplice del juego mediático que tiende a exaltar episodios marginales, pero queridos por las masas. Brevemente, el papa Francisco es jesuítico, desconcertante, inquietante, relativista, modernista, permisivo, amoral, populista, pauperista, exhibicionista, sembrador de dudas, anticristiano.
     Mucho más duro aún es el artículo de Matías Rossi (Il Foglio, 11 de octubre) titulado “Francisco está fundando una nueva religión opuesta al Magisterio Católico”. El Papa estaría disolviendo la doctrina católica a través de un “corrosivo magisterio líquido”, un “antropocentrismo radical” (más que el expresado en el n. 22 de la Gaudium et Spes), sentimientos humanitaristas que “huelen fuertemente a herejía” y niegan el valor redentor de la encarnación. Sus palabras, con su “monótono goteo disgregante”, se basan en “un sutil engaño, intolerable para un católico”.
     Por mi parte, tres opiniones.
     Observo, en primer lugar, que los tradicionalistas (yo prefiero llamarles reaccionarios porque la tradición es una cosa seria), siempre amantes de la absoluta primacía de Pedro e infalibilistas a tope, se convierten de repente en relativistas respecto a gestos y palabras que no comparten y que consideran pareceres desprovistos de cualquier carácter magisterial.
     Veo, además, que denuncian la supuesta falsa humildad del Papa y se presentan a sí mismos como poseedores de la verdad católica, como inquisidores de un papa considerado desviado.
     Noto, en tercer lugar, otra contradicción: precisamente quienes quieren tener la verdad de forma doctrinaria e inmutable, en apoyo de una política reaccionaria y un modelo de desarrollo considerado igualmente inmutable o natural, dominado por el “dios dinero”, predican una fe alternativa al mundo corrupto y pecador. En esta ideología sadomasoquista, propia de “un cristianismo sin Cristo”, está tal vez el núcleo del ataque al papa.
     Probablemente, lo que molesta es la denuncia del mundo injusto, de la “idolatría del dinero”, de la cultura “de la exclusión”, de la locura de la guerra. Lo que les perturba es la centralidad de Cristo, la invitación a desnudarse, el “amor por los pobres y la imitación de Cristo pobre”. Una exageración demagógica para los tradicionalistas. Un reto importante para todos, incluso para los “progresistas”.
     Por supuesto, las cuestiones planteadas son difíciles, expuestas a la verificación de una aventura común, pero una cosa es que se hagan críticas argumentadas y otra cosa es la hipercrítica ideologizada y llena de prejuicios. Es siempre inadecuado definir al papa por categorías fijas de conservación, tradición, progreso, reforma, rupturas, revolución o conceptos semejantes. Ni es necesario ni sirve para aclarar nada. Estamos dentro de un acontecimiento que hay que cuidar y acompañar con lúcida y activa responsabilidad.
     Estamos tal vez ante una innovación basada en la interconexión no violenta entre medios y fines. El cambio de estilo, de hecho, es siempre parte integrante de la verdad que es siempre “relacional”.
     Los católicos están llamados a una regeneración, a un camino de fe renovada. Como confirmación de todo ello ahí está la gran Vigilia por la Paz del 7 de septiembre, que comenzó con la “bendición original” a todo lo creado y a la humanidad (”Y vio Dios que era bueno”) y el proyecto de expropiación presentado en Asís con las palabras de Mateo 11:25: “Te alabo, Padre, porque has ocultado estas cosas a los sabios y se las has revelado a los pequeños “. ¿Comienza la revolución de los pequeños?
     En cualquier caso, las bienaventuranzas y el capítulo 25 del Evangelio de Mateo (”el protocolo con lo que se nos juzgará”) constituyen para el papa el “plan de acción” para los creyentes (discurso a la jóvenes argentinos en Brasil). Los detractores más acérrimos del papa Francisco me hacen recordar el augurio de Tonino Bello, dirigido en forma de oración a Oscar Romero, para liberar el mundo de todos “los aspirantes a ocupar el puesto de Dios”.
[Traducción de Atrio.org, Equipo Atrio, 14-Noviembre-2013]

[La crisis tradicionalista data de los años 70, cuando algunos movimientos que no reconocen las conquistas del Concilio Vaticano II -en especial la misa en lengua vernácula- crearon una disidencia. Benedicto XVI, en su motu proprio Summorum Pontificum de 2007, reautorizó el rito preconciliar, para calmar a los integristas.]

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La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).

jueves, noviembre 14, 2013

Noticias del Frente Sensorial 089

Adam Posen: "Alemania estafa a Europa y al resto del mundo con su política económica"

"En primer lugar, no paga a sus trabajadores en relación con la productividad que obtiene"

PD, 13 11 13


Adam Posen
Presidente del Peterson Institute for International Economics

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La Alemania de Merkel está compitiendo como una economía de perfil bajo

A solo un día de que la CE publique su esperado informe con el toque de atención a Alemania, no dejan de surgir voces críticas con la política económica de la locomotora de Europa.

El economista estadounidense Adam Posen acusa a Berlín de emplear prácticas "equivocadas" y aprovecharse de un mercado laboral que respalda los bajos sueldos y los minijobs, su prácticamente nula inversión pública o la ventaja que obtiene del euro, una divisa "más barata" de lo que sería el marco.

"En primer lugar, no paga a sus trabajadores en relación con la productividad que obtiene, lo que supone que se aprovecha de su propia fuerza laboral. En segundo lugar, nunca invierte nada ni en el sector privado ni en el público".

Esto ha asegurado el presidente del Peterson Institute for International Economics y antiguo miembro del Comité de Política Económica del Banco de Inglaterra en declaraciones a la CNBC.

En Alemania no existe un salario mínimo legal interprofesional y existen unos 7,5 millones de trabajadores con los llamados minijobs, contratos cuyo sueldo máximo es de 450 euros mensuales brutos y que no se benefician de contribuciones sociales por parte de sus empleadores.

La conclusión, añade, es que la combinación de estos dos factores supone que "está compitiendo como una economía de perfil bajo".

La ventaja del euro

Pero Posen no identifica disfunciones solo a nivel interno y avala las quejas que se están reproduciendo un día sí y otro también sobre el elevado superávit alemán, el origen del expediente que podría abrir mañana Bruselas.

En este punto, no se anda con rodeos para describir los beneficios que obtiene la potencia exportadora del euro, una divisa "más barata" de lo que sería el marco.

"Está estafando a Europa y al resto del mundo con el subsidio que obtiene de un euro barato por la debilidad de otros países".

Descontento en Europa

Recientemente, el ministro de Economía francés, Benoit Hamon, instó públicamente al Ejecutivo germano a elevar sus salarios y acusó a Berlín de sacar partido de una ventaja desleal al mantener las remuneraciones de sus trabajadores artificialmente bajas.

En este contexto, la Comisión Europea se está planteando expedientar mañana a Alemania por superávit por cuenta corriente excesivo.

Según afirmó este 11 de noviembre de 2013 el vicepresidente de la Comisión y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, el Ejecutivo comunitario "considerará si lanza una revisión en profundidad de la economía alemana en el marco del procedimiento por desequilibrios excesivos de la UE".

Para corregir este superávit excesivo, Rehn puso ayer sobre la mesa varias reformas que debería llevar a cabo el Gobierno de Merkel, con el objetivo fundamental de que se de un impulso a la demanda doméstica.

Así, Bruselas reclama que se faciliten las subidas salariales, que se liberalice la competencia en el sector servicios y en los servicios profesionales y que se invierta en infraestructuras.

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El mundo se libera de EU

Noam Chomsky, La Jornada, 10 11 13



Durante el más reciente episodio de la farsa de Washington que ha dejado atónito al mundo, un comentarista chino escribió que si Estados Unidos no puede ser un miembro responsable del sistema mundial, tal vez el mundo deba separarse del Estado rufián que es la potencia militar reinante, pero que pierde credibilidad en otros terrenos.

La fuente inmediata de la debacle de Washington fue el brusco viraje a la derecha que ha dado la clase política. En el pasado se ha descrito a Estados Unidos con cierto sarcasmo, pero no sin exactitud, como un Estado de un solo partido: el partido empresarial, con dos facciones llamadas republicanos y demócratas.

Ya no es así. Sigue siendo un Estado de un solo partido, pero ahora tiene una sola facción, los republicanos moderados, ahora llamados nuevos demócratas (como la coalición en el Congreso ha dado en designarse): existe una organización republicana, pero hace mucho tiempo que abandonó cualquier pretensión de ser un partido parlamentario normal. El comentarista conservador Norman Ornstein, del Instituto Estadunidense de Empresa, describe a los republicanos actuales como una insurgencia radical, ideológicamente extremista, que se burla de los hechos y de los acuerdos, y desprecia la legitimidad de su oposición política: un grave peligro para la sociedad.

El partido está en servicio permanente para los muy ricos y el sector corporativo. Como no se pueden obtener votos con esa plataforma, se ha visto obligado a movilizar sectores de la sociedad que son extremistas, según las normas mundiales. La locura es la nueva norma entre los miembros del Tea Party y un montón de otras agrupaciones informales.

El establishment republicano y sus patrocinadores empresariales habían esperado usar esos grupos como ariete en el asalto neoliberal contra la población, para privatizar, desregular y poner límites al gobierno, reteniendo a la vez aquellas partes que sirven a la riqueza, como las fuerzas armadas.

Ha tenido cierto éxito, pero ahora descubre con horror que ya no puede controlar a sus bases. De este modo, el impacto en la sociedad del país se vuelve mucho más severo. Ejemplo de ello es la reacción violenta contra la Ley de Atención Médica Accesible y el cierre virtual del gobierno.

La observación del comentarista chino no es del todo novedosa. En 1999, el analista político Samuel P. Huntington advirtió que para gran parte del mundo Estados Unidos se convertía en la superpotencia rufiana, y se le veía como la principal amenaza externa a las sociedades.

En los primeros meses del periodo presidencial de George Bush, Robert Jervis, presidente de la Asociación Estadunidense de Ciencia Política, advirtió que a los ojos de gran parte del mundo el primer Estado rufián hoy día es Estados Unidos. Tanto Huntington como Jervis advirtieron que tal curso es imprudente. Las consecuencias para Estados Unidos pueden ser dañinas.

En el número más reciente de Foreign Affairs, la revista líder del establishment, David Kaye examina un aspecto de la forma en que Washington se aparta del mundo: el rechazo de los tratados multilaterales como si fuera un deporte. Explica que algunos tratados son rechazados de plano, como cuando el Senado votó contra la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidades en 2012 y el Tratado Integral de Prohibición de Ensayos Nucleares en 1999.

Otros son desechados por inacción, entre ellos los referentes a temas como derechos laborales, económicos o culturales, especies en peligro, contaminación, conflictos armados, conservación de la paz, armas nucleares, derecho del mar y discriminación contra las mujeres.

El rechazo a las obligaciones internacionales, escribe Kaye, se ha vuelto tan arraigado que los gobiernos extranjeros ya no esperan la ratificación de Washington o su plena participación en las instituciones creadas por los tratados. El mundo sigue adelante, las leyes se hacen en otras partes, con participación limitada (si acaso) de Estados Unidos.

Aunque no es nueva, la práctica se ha vuelto más acentuada en años recientes, junto con la silenciosa aceptación dentro del país de la doctrina de que Estados Unidos tiene todo el derecho de actuar como Estado rufián.

Por poner un ejemplo típico, hace unas semanas fuerzas especiales de Estados Unidos raptaron a un sospechoso, Abú Anas Libi, de las calles de Trípoli, capital de Libia, y lo llevaron a un barco para interrogarlo sin permitirle tener un abogado ni respetar sus derechos. El secretario de Estado John Kerry informó a la prensa que esa acción era legal porque cumplía con las leyes estadunidenses, sin que se produjeran comentarios.

Los principios solo son valiosos si son universales. Las reacciones serían un tanto diferentes, inútil es decirlo, si fuerzas especiales cubanas secuestraran al prominente terrorista Luis Posada Carriles en Miami y lo llevaran a la isla para interrogarlo y juzgarlo conforme a las leyes cubanas.

Solo los estados rufianes pueden cometer tales actos. Con más exactitud, el único Estado rufián que tiene el poder suficiente para actuar con impunidad, en años recientes, para realizar agresiones a su arbitrio, para sembrar el terror en grandes regiones del mundo con ataques de drones y mucho más. Y para desafiar al mundo en otras formas, por ejemplo con el persistente embargo contra Cuba pese a la oposición del mundo entero, fuera de Israel, que votó junto con su protector cuando Naciones Unidas condenó el bloqueo (188-2) en octubre pasado.

Piense el mundo lo que piense, las acciones estadunidenses son legítimas porque así lo decimos nosotros. El principio fue enunciado por el eminente estadista Dean Acheson en 1962, cuando instruyó a la Sociedad Estadunidense de Derecho Internacional de que no existe ningún impedimento legal cuando Estados Unidos responde a un desafío a su poder, posición y prestigio.

Cuba cometió un crimen cuando respondió a una invasión estadunidense y luego tuvo la audacia de sobrevivir a un asalto orquestado para llevar los terrores de la Tierra a la isla, en palabras de Arthur Schlesinger, asesor de Kennedy e historiador.

Cuando Estados Unidos logró su independencia, buscó unirse a la comunidad internacional de su tiempo. Por eso la Declaración de Independencia empieza expresando preocupación por el respeto decente por las opiniones de la humanidad.

Un elemento crucial fue la evolución de una confederación desordenada en una nación unificada, digna de celebrar tratados, según la frase de la historiadora diplomática Eliga H. Gould, que observaba las convenciones del orden europeo. Al obtener ese estatus, la nueva nación también ganó el derecho de actuar como lo deseaba en el ámbito interno. Por eso pudo proceder a librarse de su población indígena y expandir la esclavitud, institución tan odiosa que no podía ser tolerada en Inglaterra, como decretó el distinguido jurista William Murray en 1772. La avanzada ley inglesa fue un factor que impulsó a la sociedad propietaria de esclavos a ponerse fuera de su alcance.

Ser una nación digna de celebrar tratados confería, pues, múltiples ventajas: reconocimiento extranjero y la libertad de actuar sin interferencia dentro de su territorio. Y el poder hegemónico ofrece la oportunidad de volverse un Estado rufián, que desafía libremente el derecho internacional mientras enfrenta creciente resistencia en el exterior y contribuye a su propia decadencia por las heridas que se inflige a sí mismo.

El libro más reciente de Noam Chomsky esPower Systems: Conversations on Global Democratic Uprisings and the New Challenges to U.S. Empire. Interviews with David Barsamian (Conversaciones sobre levantamientos democráticos en el mundo y los nuevos desafíos al imperio de Estados Unidos). Chomsky es profesor emérito de lingüística y filosofía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts en Cambridge, Mass., EU.

(c) 2013, Noam Chomsky

Distributed by The New York Times Syndicate

Traducción: Jorge Anaya

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La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).

miércoles, noviembre 13, 2013

Noticias del Frente Historiográfico 147

Mirada del diario español El País al fallo del TC
Por Jose Oviedo

Norbert Lechner

Por lo menos [en el articulo de El País] se citan voces opuestas a la sentencia, ya que en varios reportes internacionales se habla de “dominicanos” como si todos pensáramos igual o hubiese consenso sobre una sentencia que ha dividido a la sociedad dominicana. 

Planteo dos puntos de los que se ha hablado poco, si acaso. Este tipo de política pública requiere de estudios previos acerca de sus implicaciones y consecuencias, incluyendo el aspecto internacional en un mundo tan globalizado y una economía tan vulnerable. No conozco que se hayan efectuado dichos estudios ni que se haya consultado a expertos en migración.

En segundo lugar, debido precisamente a su carácter polémico y a su alta significación, en una democracia este tipo de política también debe ser precedida por una discusión pública y unos consensos básicos. Considero que una instancia institucional de tanta relevancia debería ser más abierta hacia la sociedad aunque se reserve la facultad de decisión final que le otorga la presente Constitución.

Ojo, la movilización de sentimientos nacionalistas no termina aquí. Ese es un caldo de cultivo para futuras ofertas políticas, ya que moviliza sentimientos muy primarios y es capaz de impactar y construir mayorías políticas o de dar mucho mayor fuerza política a las “minorías consistentes”, como diría mi amigo ya ido Norbert Lechner. A falta de otros elementos movilizadores y en un contexto de desencanto político, desaceleración económica y crisis de liderazgos, el factor nacionalista podría ser una jugosa carnada...

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Miles de dominicanos de origen haitiano pierden sus derechos políticos

Las ideas conservadoras y nacionalistas han adelantado desde hace años la polémica decisión del Tribunal Constitucional


El País (Madrid), 11 11 2013

Enlace para acceder al reportaje:



Manifestación a favor de la sentencia del Constitucional. / E. SANTELICES (AFP

“Entre los dominicanos y los haitianos no es posible una fusión”. “Ante la agresión de Haití, defiende tu patria”. “República Dominicana para los dominicanos”, dicen las pancartas que levantan en Santo Domingo quienes apoyan la sentencia del Tribunal Constitucional que niega la nacionalidad a cuatro generaciones dominicanos de origen extranjero, nacidos a partir de 1929. Existe entre ellos la idea de que la migración haitiana del último siglo hacia República Dominicana ha sido una invasión silenciosa que ha permeado en todos los ámbitos de la sociedad. Que más temprano que tarde, los haitiano-dominicanos de segunda, tercera y cuarta generación podrían llegar a conducir los destinos del país. Que cerrarle el paso a esa posibilidad, coartando su participación política por la vía jurídica, es un asunto de soberanía. Porque, si solo dependiera de los votos, eso que tanto temen los sectores conservadores y nacionalistas de República Dominicana ya hubiese ocurrido hace 20 años.
Aunque el discurso nacionalista y antihaitiano comenzó a forjarse en República Dominicana durante la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo, fue a partir de 1990 cuando el antagonismo frente Haití como argumento de soberanía cobró fuerza dentro de la política moderna de los partidos. Y ocurrió ante la posibilidad de que un dominicano negro, abogado, líder de masas –José Francisco Peña Gómez-- llegara a la Presidencia de la República.
“Yo amo a mi pueblo, a mi país. A lo largo de toda mi vida he pagado un precio por eso. He recibido ataques feroces, a veces frontales, a veces con venenos más sutiles como ahora. Pero yo los perdono. Mis adversarios pueden contar conmigo, con mi perdón”, decía Peña Gómez mirando fijamente a la cámara, durante un spot propagandístico utilizado en la última de sus tres campañas presidenciales como abanderado del Partido Revolucionario Dominicano (PRD). José Francisco Peña Gómez nació el 6 de marzo de 1937 en la provincia dominicana de Valverde y ese mismo año fue adoptado por una familia de campesinos dominicanos, cuando sus padres haitianos debieron huir de las matanzas de migrantes ordenadas por Trujillo. Su origen y fenotipo de hombre negro fueron siempre objeto de crítica dentro y fuera de su partido a lo largo de su carrera política.
Peña Gómez fue síndico (alcalde) de Santo Domingo entre 1982 y 1986, y fue el candidato del PRD en las presidenciales de 1990, 1994 y 1996. En 1994 obtuvo la mayoría de los votos frente al anciano aspirante a la reelección Joaquín Balaguer, pero un fraude le arrebató la presidencia. La comprobación de esas irregularidades en el proceso obligó a Balaguer a acceder a un pacto con la oposición, representada por Peña, que implicó la convocatoria a nuevos comicios en 1996 y a una reforma constitucional que, entre otras modificaciones, impedía la reelección consecutiva y establecía la segunda vuelta electoral. En 1996, Peña Gómez volvió a presentarse y ganó la primera vuelta con el 47% de los votos. Pero fue derrotado en segunda vuelta por el Frente Patriótico: la alianza entre el conservador Partido Reformista Socialcristiano (PRSC) de Balaguer y el socialdemócrata Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que llevó a la presidencia a Leonel Fernández. Fernández gobernó República Dominicana entre 1996 y 2000 y luego, entre 2004 y 2012; aún a pesar de los desencuentros, Fernández sigue siendo el poder detrás del trono en la actual gestión del
“A partir de ese momento [1996], la política dominicana da un giro: el PLD se hace un partido conservador, asume el discurso nacionalista y poco a poco Leonel Fernández va haciendo suya esa propuesta. Inicialmente se colocó en el centro pero después dio un giro cada vez más a la derecha, hasta el punto de convertirse en un líder neoconservador”, ha explicado a EL PAÍS el sociólogo dominicano Wilfredo Lozano, director del Centro de Investigaciones y Estudios Sociales de la Universidad Iberoamericana de Santo Domingo.
“Leonel Fernández ha comprendido que la política tradicional dominicana tiene una raíz profundamente conservadora y que, en ese marco, el discurso nacionalista deja réditos políticos. Ese discurso neonacionalista va a tener cada vez más presencia en el porvenir de la política dominicana y también va a oscurecer las posibilidades de una democracia política pluralista, abierta. Ya lo vemos en la sentencia [del Tribunal Constitucional] que tiene un sesgo de exclusión política-electoral de una masa de votantes que, en principio, no tenderían a votar por esas fuerzas conservadoras”, concluye Lozano.
Los líderes más destacados de todos los partidos, incluyendo a los del PRD donde hizo carrera política Peña Gómez, han apoyado sin condiciones la sentencia del Constitucional dominicano. Esta decisión, que niega la nacionalidad a los hijos de extranjeros “en tránsito” nacidos en el país desde 1929, afecta especialmente a cuatro generaciones de dominicanos descendientes de jornaleros haitianos, en su mayoría contratados desde 1915 por el Estado como mano obra para la industria azucarera.
Se trata de miles de personas que hasta ahora han tenido cédulas de identidad y han participado en elecciones como votantes y como candidatos. Que no son solo braceros (cortadores de caña), relegados a los límites del batey (los asentamientos construidos especialmente para ellos en los alrededores de los cultivos), sino también abogados, políticos, médicos, psicólogos, activistas. Personas que abiertamente o no participan de la vida política, económica y social del país. En acatamiento de la sentencia, la Junta Central Electoral dominicana, responsable del registro civil, ha comenzado a depurar sus archivos y a entregar “carnets de estadía temporal” a los hijos de extranjeros que admitan haber obtenido sus documentos de forma fraudulenta. En un futuro, ellos podrían solicitar la naturalización para recuperar su nacionalidad dominicana pero, de acuerdo a lo que establece la Constitución vigente, no podrán optar por la Presidencia o Vicepresidencia de los poderes del Estado.
"En todos los partidos hay dominicanos de ascendencia haitiana, pero hay muchos que no se asumen públicamente como tales”
“En el contexto actual, asumir el origen haitiano en la República Dominicana tiene consecuencias. Es un tema impopular que se maneja desde los prejuicios. En todos los partidos hay dominicanos de ascendencia haitiana, pero hay muchos que no se asumen públicamente como tales”. Lo dice Antonio Pol Emil: abogado, miembro fundador del Centro Cultural Dominico-Haitiano y regidor (concejal) del municipio San Pedro de Macorís desde 2010 y hasta 2016.
Pol Emil es hijo de braceros haitianos y nació en 1955 en el batey La Higuera, que aún pertenece al central azucarero La Romana, ubicado en el sureste del país. De aplicarse la sentencia, su nacionalidad, la de sus hermanos y la de sus cuatro hijos -todos universitarios, con cédula dominicana- podría ser revisada, y el mandato para el cual fue electo podría truncarse. “Nadie sabe qué va a pasar con su identidad. Ya hay más de 300 casos de demandas de nulidad (de nacionalidad), que se han hecho sin notificar a las personas afectadas”, dice el abogado.
Antonio Pol Emil fue uno de los siete representantes de la sociedad que en las semanas siguientes a la sentencia del TC se reunió con el presidente Danilo Medina para buscar una salida política al fallo. Medina prometió entonces interceder ante los poderes públicos, pero cambió de opinión más tarde y ahora es el Ejecutivo uno de los principales defensores de los términos de la sentencia. Pol Emil también comenzó a ser acusado de “traición a la patria” por supuestamente lanzarse como a diputado en Haití, mientras aspiraba a un puesto en el concejo municipal de San Pedro de Macorís. “Eso comenzó a partir de la reunión con el Presidente y ese tipo de campaña focalizada es efectiva. Hay un proceso de desnacionalización, pero se presenta a la opinión pública nacional como si se trata de un problema de migrantes. Y hay personas solidarias, no racistas, no antihaitianas que están confundidas”.

Desde que el Tribunal Constitucional publicó su sentencia, el sector de la opinión pública dominicana que la rechaza se pregunta diariamente en los programas de tele y radio, en los ensayos y columnas de la prensa, qué habría sido de la nacionalidad de líderes fundamentales de la política local, como José Francisco Peña Gómez o incluso como Joaquín Balaguer (nieto de la haitiana Rosa Amelia Heureaux), si hoy siguiesen con vida. Peña Gómez murió el 10 de mayo de 1998 de un cáncer de páncreas que empezó a consumirlo cuatro años antes. Al cumplirse diez días de su muerte, la principal terminal aérea que sirve a Santo Domingo fue rebautizada con su nombre, aunque popularmente aún se le conoce como el Aeropuerto Internacional Las Américas, a secas.
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La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).

martes, noviembre 12, 2013

Noticias del Frente Onírico 101

Los franceses pierden la paciencia con Hollande

Recortes, paro e impuestos, sumado a las pulsiones racistas en la sociedad, marcan el punto más bajo del líder socialista


Boinas rojas bretones abuchean a Hollande

MIGUEL MORA, París, El País, 7 11 13

La crispación y frustración de la derecha francesa después de sus dos derrotas electorales de 2012 lleva meses agitando las aguas políticas francesas. Poco a poco, ese estado de ánimo se ha ido contagiando, y la exasperación ha alcanzado de lleno a las clases medias y a muchos votantes de izquierda. La rica y envidiada Francia, quizá el último paraíso del viejo Estado de bienestar europeo, vive tiempos convulsos: la economía sigue estancada, el paro ronda ya el 10,5%, la industria pierde cada semana miles de trabajadores —los penúltimos, 1.800 empleados de la filial de Fagor—, mientras el Gobierno y la mayoría socialista no reaccionan y el presidente François Hollande permanece mudo en el Elíseo.

     El presidente normal llegó al poder prometiendo un cambio tranquilo, una Europa distinta y más justicia social para dejar atrás el voluntarismo y la ineficacia de su detestado antecesor, Nicolas Sarkozy. Año y medio después, la sociedad francesa emite señales cada vez más inquietantes.

La revuelta de los bretones contra la ecotasa muestra el desgarro social

La revuelta de los bonnets rouges (boinas rojas) —una alianza de agricultores, obreros y empresarios— en Bretaña contra la ecotasa, finalmente suspendida sine die; la detención de la niña gitana Leonarda Dibrani en plena excursión escolar y las posteriores manifestaciones de estudiantes en París, y la barbarie de un grupo de extrema derecha en Angers, donde unos niños llamaron mono a la ministra de Justicia, Christiane Taubira, son los últimos síntomas del desgarro que vive la segunda potencia del euro.

     En su primer año en el poder, el Gobierno socialista vendió un programa que parecía socialdemócrata. Recortes moderados del gasto, combinados con un 10% de subidas de impuestos —solo para uno de cada 10 ciudadanos, los más ricos y las empresas—, refuerzo de la inversión en educación, corrección de la mini-reforma de pensiones de Sarkozy, y ley del matrimonio gay.

La deportación de la niña gitana Leonarda revela el auge de la xenofobia

Hollande no era especialmente amado, pero todo parecía ir razonablemente bien. Hasta que en marzo de este año, todo cambió, y los índices de popularidad del presidente se hundieron.

     Las encuestas revelaban que los franceses de clase media se ven cada vez más pobres. Y, por primera vez desde 1984, los datos confirmaban que la ciudadanía ha perdido poder adquisitivo: cuatro décimas en 2012. Al mismo tiempo, presionado por el exceso de déficit que tanto alarma a Bruselas y a Berlín, el equipo económico de Hollande anunciaba recortes de 18.000 millones para 2014 y más impuestos para todos; un millón de personas con bajos ingresos tendrá que pagar renta el año que viene. Y mientras, las estimaciones afirman que los paraísos fiscales esconden al fisco francés entre 60.000 y 80.000 millones.

     Además de los datos, la improvisación y la ausencia de credibilidad del Gabinete socialista parecen hoy incontestables. En septiembre, el ministro de Economía, Pierre Moscovici, reconocía que su política había producido un “hartazgo fiscal” entre los franceses. Poco después, Hollande prometía en televisión una “pausa fiscal para 2014”. Al día siguiente, el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, la retrasaba hasta 2015.

     Las críticas a la voracidad impositiva socialista se extendieron entonces desde la patronal, las pymes y el millar de millonarios que iban a pagar el célebre impuesto del 75% —limitado hoy, tras muchas fatigas, a los 12 clubes más ricos de la Liga de fútbol— al resto de la población. Y hace un par de semanas, la izquierda empezó a hervir donde menos se esperaba: en el feudo socialista y europeísta bretón, y contra una tasa que ni siquiera se aplica, pues debe entrar en vigor en 2014.

      “Detrás del movimiento de descontento generalizado hay dudas muy profundas sobre la perennidad del modelo francés”, explicaba ayer en Le Monde Jérôme Fourquet, del instituto sociológico IFOP. “Hemos pasado de un clima social átono a una resignación rabiosa”, enfatizaban Michèle Rescourio-Gilabert y Jean-Pierre Basilien, autores de un estudio que pulsa la opinión entre directivos y asalariados. “Es como si la Francia de abajo se rebelara contra el Estado central”, añade François Miquet-Marty, presidente de la casa de sondeos Viavoice.

    El malestar, la cerrazón y la desconfianza en la clase política son cada vez más palpables en la calle. Pero lo más alarmante es que la xenofobia y el racismo vuelan libremente desde los cafés y los medios hasta los pasillos del poder, aunque las últimas cifras de Eurostat nieguen de plano que Francia esté sufriendo una invasión de inmigrantes: entre los 65,7 millones de franceses, viven 2,5 millones de extracomunitarios, un 3,8% del total.

     La oleada de rechazo a los gitanos, lanzada por la derecha en verano e incitada más tarde desde la cúpula del Estado —con la excusa de intentar frenar el avance del Frente Nacional— por el ministro del Interior, el barcelonés de nacimiento Manuel Valls, que acusó a los 17.000 romaníes europeos —la mitad de ellos, niños— de tener una cultura muy distinta y de no querer integrarse, ha tenido un efecto multiplicador y legitimador.

     La única réplica desde arriba a ese racismo de Estado ha sido la de su compañera de Gobierno Christiane Taubira, nacida en la Guayana y una de las personas más cultas y refinadas del orbe político francés, acostumbrada a ser llamada “gorila” desde los escaños de la derecha populista.

     “Las inhibiciones están desapareciendo y los diques caen”, ha alertado Taubira, recordando que “los ataques racistas van contra el corazón de la República”.

     Abandonada a su suerte por Hollande, que se ha limitado a hablar ante el Consejo de Ministros, la ministra ha culpado de esa deriva a la derecha (“menos republicana de lo que fue”) y, sin citarlos, a Valls y al propio jefe del Estado: “Durante el último quinquenio, construimos un enemigo interior. Hoy, los que son incapaces de trazar un horizonte pasan su tiempo diciendo al pueblo francés que está acosado, asediado, en peligro”. “¡Hace un año que se habla de los gitanos casi cada día! Y se sigue diciendo a los franceses: ‘Seguid con el escudo en la cabeza porque estáis rodeados’, en lugar de dar respuestas eficaces. ¡Basta ya de manipulación!”.

     ¿Es hoy Francia más racista que ayer? Solo bastaba echar un vistazo a las televisiones y a las redes sociales durante el caso Leonarda para pensar que sí. Los únicos datos disponibles, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, afirman que, en 2012, se registraron 1.530 actos racistas, un 23% más que en 2011.

     Aurélie, de 30 años, diplomada en la Escuela Nacional de Comercio, directiva en una pujante empresa de I+D y votante de la derecha, da una visión poco esperanzadora.

     “La ilusión por la capacidad de la política para cambiar las cosas se ha acabado. Las generaciones de nuestros padres diseñaron un sistema que no puede durar eternamente. Y los franceses somos unos niños mimados. Tenemos una calidad de vida muy alta y más vacaciones que nadie, pero no paramos de quejarnos. Aunque luego nos resistimos a reformar nada. Somos un país poco acogedor, y entre nosotros la relación es rara, poco sana. Nos movemos en círculos casi impermeables”.

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La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).

lunes, noviembre 11, 2013

Noticias del Frente Onírico 100

Palabras, palabras, palabras… El mentidero de la social-democracia en España

“Entendimos el mensaje, NUNCA podrá volver a tocarse a los más débiles” (Elena Valenciano)


Alfredo Perez Rubalcaba, lider del PSOE, y Maria Elena Valenciano, su mano derecha 

Por VERA GUTIÉRREZ CALVO / CARLOS E. CUÉ, Madrid

El País, 09 11 13

Elena Valenciano (Madrid, 1960), mano derecha de Alfredo Pérez Rubalcaba, ha hecho un parón de tres días en su convalecencia por una neumonía para intervenir en la Conferencia Política del PSOE. Dice que espera que esta cumbre sea el origen de un giro ideológico del partido, no una plataforma para discutir sobre su líder.

Pregunta. Ha dicho que el PSOE va a salir “más rojo” de esta conferencia. ¿Eso qué significa?

Respuesta. Digo más rojo, más morado y más verde. Creo que, visto lo visto, tenemos que blindar algunos de los principios que la izquierda ha construido y la derecha ha destruido. Hay que blindar el Estado del bienestar. Y combatir la enorme decepción democrática. Tenemos que volver a algunos de los principios básicos, la defensa de la igualdad de oportunidades, de la justicia social, de la cohesión. Mucha gente pensaba que en España eso ya no iba a hacer falta. Y hace falta.

P. ¿El PSOE necesita girar a la izquierda para que la gente crea que no es lo mismo que el Partido Popular (PP)?

R. Las encuestas dicen que estamos bien ubicados en nuestro espacio. Pero la necesidad de sostener a las clases medias y trabajadoras es enorme. Hay que volver a los orígenes, defender la educación y la sanidad. Por eso queremos garantizar en la Constitución el derecho a la salud y a la educación. Y hacer una reforma fiscal que debimos haber acometido hace años para que no paguen el plato roto los de siempre. Todo lo que había avanzado la clase trabajadora lo puede perder para otros 20 años con esta crisis.

P. ¿Esta ponencia es una especie de contrato que le dice a los ciudadanos: no volveremos a hacer los recortes de 2010 y 2011?

R. Hay que aprender de lo sucedido. Hay coyunturas políticas, crisis que te vuelan cualquier estrategia. Pero tú puedes intentar garantizar que, gobierne quien gobierne, hay asuntos intocables. Son la sanidad, educación, pensiones. Eso no puede estar al albur de crisis o mayorías ideológicas. Por eso queremos meterlo en la Constitución.

P. Zapatero ha dicho que él volvería a hacer lo que hizo porque las circunstancias le obligaban.

R. Ya hicimos el análisis de lo que se hizo. Yo no estaba ahí. Es evidente que la gente nos dijo: “Así, no”. En esta conferencia queremos decir que hemos entendido el mensaje. Somos sinceros en el reconocimiento de los errores. Y radicales en la propuesta de futuro. No puede ser que aquellos a los que representamos dejen de creer en nosotros.

P. ¿Qué no harían nunca más si volvieran al Gobierno?

R. Sería superficial por mi parte hablar así. Yo no sé cuáles eran los condicionantes, debieron ser terroríficos. En todo caso tampoco recortamos tanto, lo que pasa es que nadie esperaba que nosotros lo hiciéramos. Pero sí, nos equivocamos en las prioridades. Nunca debimos congelar las pensiones, aunque subimos las mínimas. La gente tiene que saber que nunca más podrá tocarse a los más débiles. Hay que lograr más ingresos de las rentas altas, grandes empresas, impuestos sobre el lujo. Hay que ir donde está el dinero, los grandes patrimonios. Además, se puede rebajar la presión fiscal sobre los que tienen menos.

P. En otra conferencia política, la de 2008, la propuesta estrella de Zapatero fueron los 400 euros. ¿Esta oferta que hacen de bajada de impuestos no puede ser interpretada de nuevo como una apelación al bolsillo de los ciudadanos?

R. Es muy distinto. Ahora hablamos de colectivos muy vulnerables. Esto no es una oferta electoral, es un rescate. Hay una amplísima capa de la sociedad española que no puede más.

P. Felipe González pide que el PSOE no pierda el centro, la vocación mayoritaria.

R. La sociedad española está pidiendo una política más agresiva en lo social, más firme. Los que sufren son mayoría. Si sumas la gente joven con el futuro cerrado, la gente de 45 años que teme por su trabajo, los pensionistas que pagan medicinas, los dependientes, los enfermos, los parados... No han dejado títere con cabeza. La mayoría social quiere un PSOE agresivo en la defensa de los derechos sociales.

P. ¿Todo este cambio se puede hacer con quien era el número dos (Pérez Rubalcaba) del Gobierno de Zapatero?


Rodriguez Zapatero, antiguo Primer Ministro español

R. ¿Puede Obama hacer propuestas que no hizo en el mandato anterior? Es que, si no se pudiera, no existiría la política. Lo importante es que sepamos escuchar lo que pide la gente. Ni pide lo mismo ahora ni nosotros somos los mismos. ¿Puede evolucionar el PSOE con Rubalcaba al frente? Solo podía evolucionar con Rubalcaba al frente. Porque hay que ser audaz, serio, riguroso y tener credibilidad. Quien impulsa el cambio es Rubalcaba. Además, hemos cambiado cómo hacemos las cosas. El PSOE no estaba tonto cuando eligió a Rubalcaba en un congreso. No decidió entre cambio y continuismo, decidió cambio y, al frente de él, a Rubalcaba.

P. ¿Por qué no remontan en ninguna encuesta?

R. Bueno, en ninguna no. La de una persona de la máxima solvencia como José Félix Tezanos, que no se casa con nadie, dice otra cosa. Ningún partido socialdemócrata que pierde las elecciones como las perdimos nosotros es una referencia a los dos años. No hay ningún ejemplo. Pero hemos trabajado muchísimo para salir del desierto.

P. ¿Le duele que (Felipe) González hable de crisis de liderazgo?

R. Felipe dijo muchas cosas laudatorias de Rubalcaba. Hay una crisis de liderazgo de la política, no es un problema del PSOE. En toda Europa la gente ha dejado de confiar en la política.

P. ¿Por qué no quieren hablar en la conferencia del asunto territorial y de Cataluña?

R. Tenemos una posición clara que ya fijamos en un consejo territorial. Proponemos una reforma constitucional. Rajoy no quiere mover nada. La posición cobarde del PP alienta el camino hacia ninguna parte del independentismo.

P. Si gobiernan, ¿iniciarán una negociación con la Iglesia para cambiar el concordato de 1979?

R. Sí.

P. ¿Retirarían la religión del currículum académico?

R. No tendría valor académico y saldría del horario lectivo.

P. ¿Eliminarían la financiación a la Iglesia vía IRPF?

R. No está planteado ahora mismo.

P. ¿Y retirar el crucifijo en espacios públicos?

R. Sí, en principio sí.

P. ¿Van a proponer algún cambio en el funcionamiento de la Monarquía?

R. Hay enmiendas, se verá.

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La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).

viernes, noviembre 08, 2013

Noticias del Frente Sensorial 088

(Cuando veas las barbas de tu vecino arder…)

 

¿Estamos ante un genocidio próximo en Centroáfrica?



Artículos José Carlos (JCR), EN CLAVE DE AFRICA, 06.11.13

“Si no actuamos ahora de forma decisiva no excluyo la posibilidad de que aquí pueda ocurrir un genocidio”. Así de contundente se mostró el pasado 1 de noviembre Adama Dieng, asesor especial de la ONU para la prevención de los genocidios, hablando sobre la situación en la República Centroafricana en una sesión informativa ante los 15 miembros del Consejo de Seguridad en Nueva York. “Ya existen grupos armados identificados con su religión que matan a sus rivales. Esto va acabar con cristianos y musulmanes matándose los unos a los otros”, añadió ante los embajadores asistentes. El de Ruanda reaccionó elevando aún más el tono de la alarma: “lo que estoy oyendo me suena mucho a la situación que tuvimos en casa en 1994”.

¿Es cierto que estamos ante la posibilidad de un genocidio en la República Centroafricana?

Desde su capital, Bangui, escribo estas reflexiones.

Centroáfrica tiene un porcentaje de 50% de cristianos, 15% de musulmanes y el resto de la población que sigue únicamente sus creencias tradicionales. El pasado 24 de marzo, una coalición de cuatro grupos rebeldes que llevaban años operando en el Norte del país y que se unieron bajo el nombre de Seleka (“alianza”, en lengua Sango) derrocó al presidente François Bozizé y tomó el poder por la fuerza.

Michel Djotodia, que no ha sido reconocido por la comunidad internacional como presidente, es desde entonces el nuevo hombre fuerte. Es la primera vez que en este país hay un mandatario musulmán.

Los milicianos de la Seleka son, en su mayoría musulmanes del Norte, una zona donde la gente se ha sentido marginada durante décadas. Pero muchos de ellos son mercenarios de Chad y de Darfur (Sudán) que operan por su cuenta sin obedecer nada más que a sus jefes más inmediatos y que matan, violan, torturan y saquean con toda impunidad.

Se han ensañado, muy especialmente, con ataques y saqueos en parroquias y otras instituciones de la Iglesia. Todo esto ha creado un sentimiento de rabia y frustración generalizada en una población indefensa y desde septiembre pasado ha habido levantamientos de milicias de auto-defensa conocidas como los “anti-balaka” que atacan a la Seleka y han cometido acciones de venganza contra sus vecinos musulmanes, a los que identifican con los nuevos soldados.

Quien quiera saber más detalles sobre las numerosas violaciones de los derechos humanos tiene a su disposición dos excelentes informes recientes: uno publicado por Human Rights Watch http://www.hrw.org/reports/2013/09/18/i-can-still-smell-dead-0, y otro más reciente de Amnistía Internacional http://www.amnesty.org/en/news/central-african-republic-violence-security-forces-now-out-control-2013-10-29

“Los cristianos y los musulmanes nunca habíamos tenido problemas de convivencia antes en nuestro país”.

Desde que llegué a Centroáfrica en mayo del año pasado he oído esta frase hasta la saciedad y mi reacción siempre es que aquí hay mucho que matizar. Aunque es cierto que aquí no hay una historia de enfrentamientos entre personas de distintas religiones, como en Nigeria o Sudán, sí que es verdad que a la minoría musulmana, en general, se les ha usado a menudo como chivo expiatorio y que muchos centroafricanos dicen, con demasiada ligereza, que todos los musulmanes presentes en el país son extranjeros. Lo que es nuevo ahora en Centroáfrica es que por primera vez en el centro del conflicto el elemento religioso está tomando un protagonismo que no había tenido antes.

Cuando yo vivía en Obo, en el Este del país, el año pasado, cada vez que desaparecía alguna persona y se encontraba su cadáver a los pocos días los cristianos (o por lo menos, los no-musulmanes) echaban siempre la culpa a los musulmanes, sin tener ninguna prueba. También corría la voz de que los alimentos que vendían en sus tiendas estaban envenenados –con el consiguiente perjuicio económico que esto significaba para los comerciantes.

Además, en Centroáfrica hay un conflicto que dura varias décadas con los pastores semi-nómadas Mbororo, que son también musulmanes. En Bangui, en junio de 2011, hubo incidentes de violencia en varios barrios con once muertos y quema de mezquitas incluida. La rivalidad y desconfianza entre personas de las dos religiones ha existido desde hace bastante tiempo, aunque las explosiones de violencia hayan sido bastante contadas.

Lo que pasa es que en situaciones de crisis la gente suele tener tendencia a idealizar el pasado y presentar una historia muy simplificada, como si antes de la crisis todo hubiera sido una balsa de aceite, lo que no es el caso.

Durante los últimos meses ha habido enfrentamientos muy serios en lugares del Noroeste del país como Bossangoa –feudo del antiguo presidente Bozizé y de su etnia Mbaya- , en Boucar, Bohong y Bouar, y también en Bangassou (500 kilómetros al Este de Bangui). En estos y otros lugares la violencia tomó tintes de conflicto religioso y hubo cientos de muertos.

En octubre la ONU alertaba de que en el país había ya 400.000 desplazados internos, 70.000 personas habían huido a otros países, y dos millones de personas (de una población de 4.600.000) necesitaban ayuda urgente. Nadie sabe cuántos han muerto de enfermedades o hambre en los bosques donde escaparon de estos enfrentamientos.

Mientras escribo estas líneas Bossangoa es una ciudad dividida en dos, con unos 40.000 desplazados en total: los cristianos se han refugiado en la misión católica y los musulmanes en una escuela situada en el otro extremo de la localidad.

Desde que regresé a Bangui, hace dos semanas, me ha asustado hablar con personas a las que creía moderadas y en favor del diálogo y que ahora defienden, con una gran crispación, que la única solución es tomar las armas y “dar una lección a estos extranjeros”.

El escenario de conflicto, algo simplificado, podría ser descrito de esta forma: los milicianos de la Seleka, musulmanes, llegan a un pueblo o un barrio y durante meses imponen su dominio robando, violando mujeres, secuestrando a jóvenes a los que torturan y por los que piden cuantiosos rescates a sus familiares.

Las víctimas de estos atropellos, todos ellos cristianos, ven que denunciarlos a las autoridades no sirve de nada porque los hombres armados sólo obedecen a su jefe más inmediato.

Y las prometidas fuerzas internacionales de paz no llegan. Sorprende poco que, desde agosto del año pasado, en varias partes del país hayan surgido grupos que, armados con rifles de caza y machetes –y en algunos casos con rifles automáticos- planten cara a la Seleka. Pero como los sufridos jóvenes que se levantan en armas han visto a los milicianos –muchos de ellos extranjeros que sólo hablan árabe- confraternizar con los comerciantes o pastores musulmanes de su localidad, su ira se descarga también contra ellos.

De este modo, el círculo vicioso de agresión-venganza-nueva agresión se repite una y otra vez. Los obispos católicos –muy especialmente el arzobispo de Bangui Dieudonné Nzapalainga- los pastores protestantes y bastantes de los imanes musulmanes han tenido la lucidez de mediar en bastantes de estas situaciones y hacer llamamientos a la calma, lo que seguramente ha evitado que el conflicto degenere aún más.

Decía el asesor especial de la ONU quehay que actuar “ahora y de forma decisiva”. Y aquí es donde la comunidad internacional está fallando y debería rectificar.

No es que Centroáfrica sea una crisis olvidada, como ha sido el caso en años anteriores. La crisis de este país sale a diario en los grandes medios de comunicación social y son innumerables las reuniones internacionales que se han organizado desde marzo, así como las delegaciones de la ONU, Unión Europea, Unión Africana, etc., que han visitado el país y levantado la voz de alarma.

Pero a la hora de tomar decisiones (sobre todo cuando hay que aflojar el bolsillo) hay falta de coordinación y una lentitud exasperante. La misión de intervención de la Unión Africana (conocida por sus siglas MISCA) tiene en el país algo menos de 2.000 soldados, insuficientes para imponer la seguridad y desarmar a la Seleka en un país más grande que Francia con comunicaciones difíciles.

No llegan a los 3.600 prometidos porque faltan países que den el paso de financiar esta misión, e incluso si un día llegan no serán suficientes. Francia, que tan decisivamente entró en acción en Malí, envió un contingente de 400 hombres, pero sólo para asegurar el aeropuerto y sus propios intereses en la capital.

 Y hace pocos días Ban Ki Moon autorizó el envío de 250 cascos azules, pero que tendrán un mandato muy limitado: proteger las instalaciones y el personal de las agencias de Naciones Unidas en el país.


A primeros de noviembre, el director de operaciones humanitarias de la ONU, John Gign, describió la situación de Centroáfrica de “caótica”. Es parecido a otros adjetivos empleados durante los últimos meses por parte de autoridades internacionales, desde François Hollande a Ban Ki Moon: “horrendo”, “fuera de control”, “insoportable”, “sangrante”, y muchas más.

Lo que Centroáfrica necesita no son más adjetivos, sino más acción. Antes de que sea demasiado tarde.

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La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).