EDITORIAL, El País, 28 01 13
Francia y España han tenido en las últimas décadas y tienen ahora
Gobiernos de signo contrario. Por eso, no resulta extraño que apliquen políticas
diferentes y hasta antagónicas. Ambos países han emprendido ahora una reforma
educativa destinada, en ambos casos, según dicen sus Gobiernos, a mejorar la
calidad de la
enseñanza. Pero el camino elegido no puede ser más diferente.
Mientras el Ejecutivo de Mariano Rajoy aplica al sistema educativo el criterio
de la austeridad, con un recorte presupuestario que suma 6,300 millones de
euros —acumulado desde 2010— y una reducción de plantillas que se estima en
decenas de miles de profesores, el Gobierno francés que preside François
Hollande acaba de confirmar un aumento de los presupuestos y la incorporación
de 60,000 nuevos enseñantes y funcionarios.
Es cierto que Francia parte de una situación económica mucho más
saneada que la española, con una deuda pública muy inferior y un índice de paro
que apenas llega al 10%. Pero su apuesta por la educación es estratégica: el
Gobierno de Hollande tiene claro que la formación de los ciudadanos es un
elemento clave para el futuro del país y por eso ha decidido preservar el
sistema educativo de la política de austeridad y frenar así el deterioro
provocado por los recortes aplicados por su antecesor, Nicolas Sarkozy.
Pero las diferencias no se limitan a la cuantía de los recursos.
También al modelo educativo. Mientras en
España se suprime Educación para la Ciudadanía, se favorece la enseñanza de la
religión y se apuesta por las materias troncales y por los ciclos superiores,
en Francia se refuerza la educación infantil, la educación cívica laica y las
materias culturales que permiten una formación más humanista. El objetivo
es que los alumnos tengan más conocimientos, más competencia, pero también más
cultura. El sistema de reválidas que se quiere implantar aquí tal vez pueda
lograr que los escolares tengan más conocimientos, pero la educación es algo
más.
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Educar para el asombro
"Un niño ve por primera vez el cielo, y estrena el cielo"
"Un niño ve por primera vez el cielo, y estrena el cielo"
La mente intuitiva es un regalo sagrado y la mente racional es un
fiel sirviente. Hemos creado una sociedad que rinde honores al sirviente y ha
olvidado el regalo, decía Einstein. A lo que L'Ecuyer, en su ensayo Educar en
el asombro, añade: "Matar la imaginación, el asombro y la creatividad de
un niño para inculcarle cuanto antes y contra su naturaleza una actitud
razonable es típico de una sociedad fría, cínica y calculadora. Hacemos a los
niños a nuestra medida. El niño es un adulto pequeñito". Esta abogada
empezó a investigar temas relacionados con la educación cuando nació su primer
hijo, y su blog tiene más de siete mil visitas al mes. “¿Por qué no llueve
hacia arriba?!", me preguntó mi hijo.
Qué tierno.
En realidad no buscaba una respuesta, es la manera que tienen los
niños de admirarse ante una realidad que es pero que podría no haber sido. El
asombro es el motor de la motivación del niño. Chesterton decía...
"En cada niño todas las cosas del mundo son hechas de nuevo y
el universo se pone de nuevo a prueba". Un niño ve por primera vez el
cielo, y estrena el cielo. Crece maravillado por lo que le rodea. Si te fijas,
de camino al colegio las madres tiran de los niños, sólo las abuelas caminan
junto a ellos.
Una observación de la que aprender.
Los niños se paran maravillados porque han visto algo que brilla
en el suelo, y las madres dicen: "¡Deja esa porquería!".
¿Qué hacemos?, ¿llegar tarde al colegio?
Lo que sea menos chafar su asombro. El asombro es el deseo de
conocimiento, es no dar el mundo por supuesto, por eso debemos educar en el
asombro.
¿Y cómo se hace?
El asombro requiere libertad interior. Según Tomás de Aquino, hay
dos fases en el conocimiento: la primera es el descubrimiento y la invención, y
la segunda, la disciplina y el aprendizaje. Hemos invertido el orden: en las
escuelas se aprende de fuera hacia dentro, no de dentro hacia fuera.
El afuera es invasivo.
Sufrimos el síndrome de la sobreestimulación debido a unos cuantos
experimentos con ratas: pusieron unas ratas en una jaula oscura y otras en un
laberinto con ruedas y rampas. Las segundas resolvían mejor los problemas. Así
llegaron a la conclusión de que a más estímulos, más inteligencia.
Entre la carencia de estímulos y el
exceso debe haber el punto medio.
Hoy los estudios relacionan la sobreestimulación con problemas de
aprendizaje.
Estamos en la era de las pantallas.
Estamos creando niños saturados. Inocentes series infantiles
tienen una media de 7,5 cambios abruptos de imagen por minuto. Cuando esos
niños se enfrentan al ritmo de la vida real, todo les impacienta y aburre.
Existen estudios que relacionan horas de televisión en la infancia con
problemas de atención y trastorno del aprendizaje.
Hay que recuperar el silencio.
Las pantallas estridentes turban el único aprendizaje sostenible
del niño: descubrir el mundo por sí mismo y a su ritmo. Einstein decía que la
formula del éxito era el trabajo, más el juego, más el silencio. Nunca habíamos
tenido tanta información y nunca habíamos aprendido tan poco.
Es una preocupación mundial.
El premio Nobel Herbert Simon decía que la información consume
atención de quien la
recibe. En consecuencia, una gran cantidad de información
crea un empobrecimiento de la atención.
La multitarea es hoy habitual en niños.
Y ya sabemos que dividir la atención la merma. El niño
sobreestimulado se convierte en un adolescente que lo ha visto y lo ha tenido
todo, tiene el deseo bloqueado.
El sistema educativo tampoco ayuda.
Todos nacemos originales y morimos copias, decía Carl Jung. En
lugar de sacar lo mejor de cada uno, el sistema educativo inculca. Y se amolda
al supuesto "nuevo ritmo infantil" a base de pantallas. Sin embargo,
los altos directivos de empresas tecnológicas de Silicon Valley mandan a sus
hijos a un colegio de élite que hace bandera de no utilizar tecnología en las
aulas.
¿Un nuevo esnobismo californiano?
Su argumento es que el ordenador impide el pensamiento crítico, y
que ya tendrán tiempo de aprender y de gestionar esa herramienta. Hay que
evitar que vean la vida como una pantalla en la que suceden cosas, procurar que
descubran el sentido a través de la vida real, y respetar su ritmo.
Es lento.
Sí, desde nuestro punto de vista son como caracoles, y sin embargo
ellos tienen la clave de la felicidad: vivir con intensidad y asombro cada
momento presente. Eso es natural para los niños, no se lo robemos.
Será mi propósito para el 2013.
Si dejamos que vean y vivan cosas que no les corresponden, las
etapas se aceleran. La edad de la infancia es la edad del juego, de la
imaginación; si no la pasan de pequeños, serán adultos inmaduros.
El consumo, sus mensajes los atrapan.
El consumismo es la forma más letal y directa de matar el asombro
de un niño. Cuando saturamos sus sentidos con todo lo que quiere no le dejamos
desear las cosas, y así el niño empieza a dar el mundo por supuesto.
... A pensar que todo le es debido.
Sí, que las cosas, o peor, que las personas tienen que comportarse
como él quiere, y sus caprichos se convierten en órdenes, y aparecen las
pataletas y los enfados a consecuencia de la frustración que le provoca que la
realidad no se amolde a lo que desea.
Eso da mucha pena.
Educar en el asombro es educar al niño en el agradecimiento por la
vida, por la belleza y el misterio que le rodea.
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¡Que se mueran los viejos!
Por: Carlos Colón, Diario de
Sevilla, 26 01 13
CON los
sobresaltos de estos días me dejaba atrás lo del nipón gerontofóbico. Es el ya
famoso ministro japonés de Finanzas que ha dicho que las personas mayores, a
las que llama "la gente del tubo" aludiendo a su incapacidad para
alimentarse, deben "darse prisa y morir" para aliviar los gastos del
Estado. Y también: "Se ven obligados a vivir cuando quieren morir. Yo me
despertaría sintiéndome mal si sé que el tratamiento está pagado por el Gobierno".
Cosa que nunca le sucederá a él, porque es riquísimo. Es curioso: jamás he oído
a un pobre quejarse de lo mucho que gasta el Estado en los servicios sociales.
Podría
pensarse que este tipo es un representante del neoliberalismo extremo, el
capitalismo hipermoderno sin alma ni conciencia, el nazi-consumismo que reduce
el ser humano a cosa y desecha todo valor que no tenga precio en el mercado. Es
así, desde luego, pero hay algo más. El hombre es un japonés tradicional, un
ser sensible para con las antiguas costumbres rurales.
En la
famosa película La balada de Narayama contaba Imamura cómo, según una
antigua costumbre, los mayores que se convertían en una carga para las míseras
familias campesinas eran llevados a una montaña y abandonados allí a su segura
muerte. El ministro, por lo visto, quiere volver a ese Japón. Pero con una
diferencia. El sacrificio de los ancianos relatado en la película era una
tremenda ley dictada por la supervivencia en condiciones extremas y en una
sociedad de castas.
La
autoinmolación que él exige a los ancianos que no sean ricos está dictada por
la sobreabundancia de ese consumismo extremo que pretende que no exista otra
religión o ideología de la del círculo producción-consumo. Su ruptura supone la
herejía y la aberración de que quienes no producen consuman recursos para sus
medicamentos y atenciones. ¿Que han producido antes y pagado sus impuestos? No
importa. ¿Que los japoneses que ahora son ancianos fueron los que
reconstruyeron la nación tras la guerra? Tampoco importa. Que se den prisa en
morirse.
No se
crean que aquí estamos tan lejos de este horror. Voces se han escuchado
pidiendo que a los gordos o a los fumadores no les atiendan los servicios
públicos, porque ellos se lo han buscado. Pongamos las barbas en remojo porque
en 2050 el 40% de la población española tendrá más de 60 años. ¿Pasaremos
entonces del asesinato de fetos al de ancianos?
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El hombre viejo
Un
hombre de 92 años, bajo, muy bien vestido, quien cuidaba mucho su apariencia,
se está cambiando a una casa de ancianos hoy.
Su
esposa de 70 años murió recién y él se vio obligado a dejar su hogar.
Después
de esperar varias horas en la recepción, gentilmente sonríe cuando le dicen que
su cuarto está listo.
Conforme
camina lentamente al elevador, usando su bastón, yo le describo su cuarto,
incluyendo la hoja de papel que sirve como cortina en la ventana.
- “Me
gusta mucho”, dijo, con el entusiasmo de un niño de 8 años que ha recibido una
nueva mascota.
- “Señor,
usted aún no ha visto su cuarto, espere un momento, ya casi llegamos”.
“Eso
no tiene nada que ver”, contesta.
“La
felicidad yo la elijo por adelantado. Si me gusta o no el cuarto no depende del
mobiliario o la decoración, sino de cómo yo decido verlo”.
“Ya
está decidido en mi mente que me gusta mi cuarto. Es una decisión que tomo cada
mañana cuando me levanto”.
“Yo
puedo escoger: Puedo pasar mi en cama enumerando todas las dificultades que
tengo con las partes de mi cuerpo que no funcionan bien, o puedo levantarme y
dar gracias al cielo por aquellas partes que todavía trabajan bien”
“Cada
día es un regalo, y mientras yo pueda abrir mis ojos, me enfocaré en el nuevo
día, y todos los recuerdos felices que he construido durante mi vida”.
“La
vejez es como una cuenta bancaria: Tú retiras al final lo que has depositado
durante toda tu vida”.
Así
que mi consejo para ti es que deposites toda la felicidad que tengas en tu
cuenta bancaria de recuerdos.
Gracias
por tu parte para llenar mi cuenta con recuerdos felices, los cuales yo todavía
sigo llenando…
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El hombre sabio
Se
cuenta que en el siglo pasado, un turista americano fue a la ciudad de El
Cairo, Egipto, con la finalidad de visitar a un famoso sabio.
El
turista se sorprendió al ver que el sabio vivía en un cuartito muy simple y
lleno de libros. Las únicas piezas de mobiliario eran una cama, una mesa y un
banco.
-
¿Dónde están sus muebles? Preguntó el turista. Y el sabio, rápidamente, también
preguntó: - ¿Y dónde están los suyos...?
-
¿Los míos?, se sorprendió el turista. ¡Pero si yo estoy aquí solamente de paso!
Yo
también... concluyó el sabio. "La vida en la tierra es solamente
temporal... sin embargo, algunos viven como si fueran a quedarse aquí eternamente
y se olvidan de ser felices".
"El
valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con
que suceden. Por eso existen momentos inolvidables, cosas inexplicables y
personas incomparables."
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Grito de Mujer 2013
República Dominicana: ¡Mujeres en Grande!
Munch - El grito
Grito
de Mujer: Mujeres en Grande será
un tributo a una selección especial de las grandes mujeres poetas de todos los
tiempos que han elevado su grito. Será celebrado de manera formal el sábado 16
de marzo 2013, en la Sala de la Cultura Aida Bonelly
del Teatro Nacional ubicado en la Ave. Máximo Gómez ,
en horario de las 4:00 PM (Se ruega puntualidad las puertas del teatro
cerrarán después de esa hora).
La entrada es
gratuita. Habrá brindis, venta de libros, suvenires y otras sorpresas para los
asistentes. Estarán participando delegadas de causas en favor de la mujer,
mujeres destacadas de la literatura dominicana, jóvenes mujeres promesas de la
poesía y mujeres poetas invitadas internacionales, además de contar con
destacadas mujeres artistas solidarias tanto nacionales como internacionales.
El festival Grito de Mujer es un proyecto sin
fines de lucro, creado por la escritora dominicana Jael Uribe, con el apoyo y la solidaridad de hombres y mujeres
del mundo que colaboran de manera altruista con la causa. Cuenta con el
apoyo de entidades culturales de relevancia copartícipes y se estará realizando
simultáneamente durante todo el mes de marzo en diversos países.
Entre los participantes se
cuentan: República Dominicana, Puerto
Rico, España, México, Argentina, Colombia,
Cuba, Perú, Guatemala, Bolivia,
Venezuela, Chile, Panamá, Ecuador, Honduras,
USA, Canadá,
Alemania, Rusia, Luxemburgo, Francia, Marruecos, Varias ciudades de Sudáfrica, Kosovo, Grecia, Antigua y Barbuda, Tanzania,
La India, Israel,
entre otros.
La pasada entrega del
festival contó con la participación de 30 países y 95 eventos a nivel mundial
fueron realizados en favor de la causa en varios idiomas y se estipula una
mayor acogida este año 2013. Puede conocer más del festival visitando sus
distintas páginas y redes sociales.
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La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).
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