¿Muerte Civil para un Embaucador Peligroso?
Senador Alejandro Williams Cordero, SPM, con su carita de relambío
Estimados amigos y colegas:
Nuevamente se presenta una situación que los periodistas y las periodistas de República Dominicana no pueden pasar por alto. Se trata de la intimidación grotesca de espalderos al servicio del senador Alejandro Williams contra las periodistas María Isabel Soldevila, del periódico Listín Diario, Margarita Cordero, del periódico digital 7 Días.com, y Norma Sheppard, de radio Dial, de San Pedro de Macorís y otros colegas mas.
Mediante esta carta, expresaremos nuestra profunda indignación a las autoridades y al presidente del Senado, a quien le reclamamos que disponga una investigación e imponga las sanciones correspondientes. Con esos fines les solicitamos que manifiestan su apoyo y solidaridad con sus firmas. Tenemos como meta entregar esta carta en la mañana del martes de la próxima semana.
Edwin Ruiz
LA CARTA:
Santo Domingo, 31 de marzo 2009
Señor
Reynaldo Pared Pérez
Presidente
Senado de la República
Su Despacho
Distinguido Sr. Presidente:
Con profunda consternación, nos dirigimos a usted para solicitarle de forma enérgica que en su calidad de presidente del Senado de la República disponga una inmediata investigación que esclarezca e imponga las sanciones que correspondan sobre los hechos del pasado 27 de marzo.
Ese día personeros al servicio del senador Alejandro Williams se presentaron en forma intimidatoria a la residencia y lugares de trabajo de las periodistas María Isabel Soldevila, del periódico Listín Diario, Margarita Cordero, del periódico digital 7 Días.com, y Norma Sheppard, de radio Dial, de San Pedro de Macorís.
Los enviados de Williams también profirieron amenazas contra Adalberto Domínguez, corresponsal de 7días y del periódico El Nacional, en Nueva York, Mayra La Paz, secretaria de la Seccional del CDP en esa ciudad, y Ramón Carrasco, presidente de
Tras la “visita” de los personeros del senador Williams, el periodismo dominicano se siente amenazado en su integridad y en su libertad, en las personas de María Isabel Soldevila, Margarita Cordero, Norma Sheppard, Mayra La Paz y Adalberto Domínguez.
Estamos, sin dudas, ante un hecho sospechoso, decadente y de una intolerancia sin precedentes en perjuicio de nuestros colegas, y esto no se puede pasar por alto.
El periodismo dominicano se ha visto sometido en los últimos tiempos a todo tipo de atropellos y vejámenes, sin que las autoridades hayan adoptado, en ningún caso, las medidas que pongan fin a esa situación.
Los periodistas de República Dominicana no estamos dispuestos a permitir un atropello más en contra de nuestra clase, y la acción del senador Williams y sus personeros es una agresión de marca mayor, que desborda todos los límites razonables.
Hemos venido ante usted, señor presidente, al lugar donde el senador Williams tiene una curul, a reclamar medidas ejemplares, conscientes de que la vocación despótica que traen consigo esas acciones sólo puede ser anulada con una sanción a la altura del bochornoso acto que se ha cometido.
¡Qué derecho tiene este hombre de irrumpir la tranquilidad de nuestros colegas con un proceder desenfrenado y amenazante, digno de los peores tiranos!
¡A qué nivel de degradación hemos llegado para que un hacedor de leyes se dedique a promover violaciones de esa naturaleza, en perjuicio de ciudadanos que lo que hacen cada día es acogerse al estado de derecho y a las prerrogativas constitucionales que amparan la libertad de prensa y el derecho a la información!
¡O es que el Congreso va a permitir que uno de los suyos nos conceda las miserias que nos faltan para completar la decadencia de esta sociedad!
Señor presidente, hay un país entero pendiente de sus acciones. El Senado de la República no puede actuar como si nada hubiera pasado y premiar con su indiferencia la vocación despótica de un senador que anda repartiendo temores por el país y lastimando la decencia pública, en lugar de preocuparse de situaciones de orden ético en las que, según despachos de prensa, está involucrado, y que de tan escandalosas, se han convertido en noticia.
Ante un hecho tan bochornoso cometido por uno de sus miembros bajo el amparo de su condición de senador, el Senado de
Además, los periodistas dominicanos y la sociedad en su conjunto no quieren más candidatos a la galería de mártires.
Queremos periodistas con plenos derechos y con seguridad de que no serán visitados por personeros al servicio de intereses oscuros.
Queremos respeto para esta profesión.
Queremos trabajar con esa libertad sin la cual el estado de derecho sería una mentira y la libertad de expresión un penoso espectáculo de circo.
En desagravio al periodismo dominicano, ¡queremos acciones!
Edwin Ruiz
http://www.clavedigital.com.do/
809-472-1888, ext. 413
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Ya aquí chocamos con el Eoceno. Dicho por el profesor Marcano al pie del cerro San Francisco, en
Fecha aproximada (no podría ser de otra manera en casos como éste) de sus primeros pasos, que hasta los últimos que dio duraron 20 (millones, desde luego). Se entiende que he puesto aquí, con esos 20, la duración del Eoceno. Comenzó, pues, 60 millones de años antes del presente, y acabó hace 40 millones de años.
Montones de grandes peñones de caliza de ese tiempo se le alcanzaban a ver en sus altas laderas. Caliza terrosa, no estratificada, masiva, como la de sus desgarrones blancos o paredes de falla.
Esa es la roca del cerro San Francisco. Eocénica pero diferente de otra caliza de la misma época que también aparece en el costado sureño de la cordillera y aún cerca de allí: la de
La caliza del cerro de San Francisco es además cárstica y cuevosa. Y esta condición que a trechos por minería del agua, le pone obra como de orfebrería geológica en las entrañas huecas, ha convertido una de sus cuevas en estación terminal de romerías religiosas donde los campesinos van con sus hijos para cumplir la promesa del cabello.
Un día, estando yo cerca del cráter de uno de los volcanes sanjuaneros, por Asiento de Luisa, escuché esta razón que me daba un lugareño: —Yo tuve 24 hijos con la difunta, pero diez se me murieron. Y desde entonces, cada vez que nacía uno le he hecho la promesa a San Francisco para que me lo cuidara.
Esa explicación me dio de las largas trenzas del varón que estaba a punto de cumplir los siete años, y que las tenía recogidas con cintas.
La promesa la iría a cumplir en la cueva grande del cerro, donde el 4 de octubre de cada año se celebra la fiesta de San Francisco.
¿Quién no se entretuvo alguna vez, viendo pasar las nubes, en descifrarles las figuras que simulan o sugieren? La humedad de la cueva, que en sus paredes cría hongos, dio pie a los creyentes de la zona para juego semejante: en un punto de la pared la parte más porosa y húmeda que delimita el criadero del hongo, compone una mancha que los campesinos, por la estampa del contorno y el color castaño de la oxidación, identifican como representación milagrosa del santo. Por eso le han puesto a la montaña cerro de San Francisco.
Los padres van con los hijos al cabo de la promesa de los siete años: al cumplir esa edad los llevan a la cueva —Eoceno religioso— para que allí les corten las trenzas que les dejaron correr todo ese tiempo. Es seguro que el día de San Francisco hallarán en la cueva a las mujeres que se encargan del corte sin cobrar. Por devoción ejercen
Adentro, una gran sala de cuyos lados arrancan las galerías en que dejan sus ofrendas los creyentes: generalmente cruces envueltas en papeles de varios colores, que al año siguiente buscarán y encontrarán. O si no, campesinos que van con animales. En este caso, ofrenda menos perdurable, porque allí mismo son puestos a remate. Al pie del ascenso y de la loma, dos cruces:
Y debajo de todo esto, alrededor y encima, el Eoceno con el que Marcano dijo que ya habíamos chocado. Repito sus palabras que puse al comienzo de esta crónica: “Ya aquí chocamos con el Eoceno”. De esa manera enunciaba una importante constatación para la geología del valle de San Juan, la primera que sacó en claro de esta excursión científica que el 22 de mayo de 1981 nos puso de nuevo en ese territorio enigmático.
— ¿Qué ha visto?
—No. Nada.
Marcano iba encerrado, callado, rumiando conjeturas y explicaciones. Lo ve todo, lo compara mentalmente con lo observado en otro sitio (“La teoría que algunos sostienen, de que por aquí
Kilómetros adelante me puso en la pista de las deducciones con que iba descifrando los secretos de esa geología.
En la ruta hacia el cerro San Francisco y en todo lo que se vio desde el cruce de Matayaya, donde pusimos proa hacia Bánica, lo que había eran formaciones del Mioceno. Sobre ellas podría decirse que marchaba el jeep. Y esas rocas del Mioceno llegaban exactamente al pie del muro montañoso que alza el Eoceno en
Lo que él realmente había querido decir con aquello, era que en esa parte del valle las formaciones del Mioceno caen directamente con las del Eoceno.
Para entender lo que eso significa, tengamos cuenta con lo siguiente: el Eoceno, como ya se dijo, empezó hace 60 millones de años; el Oligoceno, 40 millones de años, y el Mioceno 26 millones.
En ese orden.
En cada uno de esos períodos, los materiales de las respectivas formaciones geológicas se sedimentaron en el fondo del mar, tras lo cual emergieron para constituir (con otras más antiguas y otras más recientes) los distintos pisos de nuestro territorio.
Y allí faltaban las correspondientes al Oligoceno.
La geología saltaba del Eoceno al Mioceno. La ausencia de formaciones del período intermedio indicaba que durante el Oligoceno esa parte del valle no estuvo sumergida recibiendo depósitos de sedimentos, sino a flote, emergida, en seco, con las rocas del Eoceno a flor de agua o por encima del agua. Que así ha de haber permanecido unos catorce millones de años o algo más, hasta que hace 26 millones o algo menos volvió a hundirse, y que, otra vez debajo de las aguas del mar, recibió entonces los materiales del período miocénico con que se constituyeron las formaciones que ahora “chocan” con el cerro San Francisco. Pero no sólo eso. La formación conglomerado Bulla había sido encontrada por Marcano, al sur de
Digamos de paso que este fue otro resultado importante de la expedición geológica; confirmar que la extensión lateral de dicha formación, hacia el oeste, se detiene en ese punto que hemos dicho.
Más allá, el Mioceno más temprano que aparece, tiene todos los visos de ser
Y ahora sigamos: en todos los puntos del Sur en que la ha descubierto Marcano (Carrera de Yegua, Yabonico, Punta Caña, Hato del Padre, Cañafistol, Loma del Yaque) la formación conglomerado Bulla, que por ser la primera está en la base de las siguientes formaciones geológicas del Mioceno, se halla, también ella, directamente sobre calizas del Eoceno, sólo que esta vez no las terrosas y masivas que afloran por el cerro San Francisco, sino las cristalinas y claramente estratificadas de
—En la parte norte del valle de San Juan, y no solamente en los alrededores de
Toda esa porción del valle, pues, permaneció emergida a lo largo del período oligocénico. Punto importante para la historia geológica de la llanura.
Al día siguiente salimos bien temprano de San Juan y anduvimos merodeando en sus alrededores, por los vecindarios del volcán que se ve en Asiento de Luisa, más allá de Hato del Padre. Nos llevaba el propósito de acercarnos al cráter para admirarlo y poder rastrear nuevas evidencias de su flujo de lavas.
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METODO DE LAS OCHO PREGUNTAS
Método SAM/PLD[1]
Aplicado 1981-1982 (“Aprés le Deluge”); vuelto a utilizar Septiembre 1995.¨
Escuela Nacional “Urania Montás” (San Juan de la Maguana) y Programa INTEC-PRODEP, Capacitación Maestros Normales; vuelto a usar en 1997, 1998, 1999 y 2002.
Se volvió a utilizar por el Prof.
1. ¿Cuál es el Problema?
¿Cuáles son los componentes más importantes que ustedes entienden tiene el problema?
2. ¿Dónde está el Problema?
¿Cuál es la ubicación geográfica del problema? ¿Dónde está?
3. ¿Cuál es la Solución?
¿Cuál o cuáles son las posibles soluciones?
¿Cuáles se creen las más adecuadas para resolverlos?
¿Cuáles soluciones pueden ser aportadas y ejecutadas por la comunidad?
¿Cuáles son de alguna institución gubernamental o estatal (Ayuntamiento, Secretaría de Estado, etc.)?
¿En cuáles hay que hacer énfasis para iniciar rápidamente la solución?
4. ¿Qué hacer para solucionar el Problema?
¿Qué se debe reclamar a las instituciones estatales o gubernamentales?
¿Qué se puede hacer desde la comunidad?
¿Qué se puede reclamar y qué se puede hacer a la vez o simultáneamente en el estado u otras instituciones y la comunidad?
5. ¿Cómo hacerlo?
¿Cuáles actividades podríamos escoger o seleccionar?
¿Quiénes participarían?
¿Con cuáles medios o recursos?
¿Por cuáles vías y caminos específicos? ¿Cuál sería la vía o camino más rápido para lograrlo?
6. ¿Cómo se puede lograr?
¿Por dónde comenzaríamos?
¿Cómo aseguramos que las actividades no se detengan?
¿De qué manera se pueden combinar los diversos esfuerzos necesarios?
7. ¿Cómo hacer las actividades?
¿Cómo es mejor planearlas, ejecutarlas y evaluarlas?
¿Semanal? ¿Mensual? ¿Semestral? ¿Anual?
¿Cómo harían un cronograma o secuencia para el control de las actividades programadas y calendarizadas?
¿A quién le toca qué?
¿Cómo se sabe quién cumple?
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Arte nacional se ve en Cuba
En la bitácora del Aequatorlab V.4, evento colateral a
En la presente edición de la Bienal de arte de La Habana participan nueve artistas contemporáneos.
ANTECEDENTES
Marcelo Aguirre (quiteño) participó en
Pablo Cardoso (cuencano) representó a Ecuador en la cuarta edición en 1991.
Prolongación, obra que se exhibe en esta bienal de La Habana, recibió mención de honor en
El colectivo Aequatorlab realiza un evento colateral en
La propuesta de Aequatorlab, curada por Simonetta Lux y Domenico Scudero, se realiza en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana.
Previo al viaje se inauguró el blog aequatorlabhabana.blogspot.com, donde se recopilan fotos y frases proporcionadas por personas que han visitado Cuba.
Con este material se trabajará en Aequatorlab V.4, donde convergerán la labor artística y la investigación académica, que reúnen personas, geografías e intenciones.
Mientras, en la zona de
Entre ellos se aprecia uno ideado por Jaime Núñez del Arco y
Con una manguera negra y delgada de casi un kilómetro saliendo de ella, que se enmaraña a través del entorno y regresa a su lugar de origen se denuncia la dependencia de varias naciones latinoamericanas en el petróleo, para su desarrollo y subsistencia.
Con técnicas que podrían llamarse de avanzada, los nueve artistas nacionales que exhiben o comparten conocimientos en
La bienal como institución ha cumplido 25 años y en esta oportunidad el arte nacional está posicionado en medio de los actuales creadores del mundo. De la misma forma en la reunión de artistas predominan los de América Latina con sus irreverentes críticas a los problemas actuales y a la política.
Walter Franco
[1] Buscar en Internet información sobre la técnica similar del Grupo Nominal, para detectar y priorizar de manera participativa los problemas comunitarios. Ambas técnicas suponen la inclusión en los ejercicios de todos los grupos comunitarios activos, formales o informales, con equidad de género.
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