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martes, julio 03, 2007

Noticias del Frente Historiografico 014

Balizas de la historia: los archivos de la trata negrera

© Archivos Nacionales de Colombia


Colombia - Archivo General de la Nación-Sección Colonia. Fondo: Real Audiencia - Cundinamarca, tomo 16. 1557, 18 junio, Santafé (de Bogotà), acuerdo que prohíbe el comercio de esclavos negros.

Registros y cuadernos de bitácora, memorias y relatos de viajes, censos de esclavos… Los archivos de la trata negrera sirven hoy para balizar los itinerarios del tráfico negrero de antaño entre Europa, América y África. Pero, ¿dónde se hallan esos valiosos documentos?

Veintisiete kilómetros de documentos

Once países relacionados con la Ruta del Esclavo desarrollan el estudio, la salvaguardia y la puesta en común de sus archivos en el marco de un proyecto apoyado por la UNESCO. Más

Los archivos de la trata negrera transatlántica, que desde finales del siglo XIX constituyeron un terreno privilegiado para las investigaciones de los historiadores, han adquirido en los últimos decenios una legitimidad nueva puesto que, al constituir la memoria viva de ese tráfico humano, acceden al rango de bienes culturales.

En principio, los fondos documentales más importantes se hallan en los países europeos que practicaron la trata de esclavos desde el siglo XVI al XIX para explotar sus colonias de allende el Atlántico. En esos fondos se conserva la correspondencia oficial de las autoridades coloniales locales. Los más importantes son los conservados en la Public Record Office de Kew (Reino Unido), que contiene la documentación de la Colonial Office; los Archives d'Outre-Mer de Aix-en-Provence (Francia), donde se guardan los fondos documentales de las colonias ultramarinas francesas; en el Archivo General de Indias de Sevilla (España), que conserva los documentos relativos a la Capitanía General de Cuba; en el Rigsarkivet de Copenhague (Dinamarca); y en el Arquivo Histórico Ultramarino de Lisboa (Portugal).

En el continente víctima de la trata, África, hay archivos en los países donde existía una administración central en la época en que se declaró ilegal y se empezó a reprimir el tráfico de esclavos. Tal es el caso de los primeros Estados formados por esclavos emancipados como Sierra Leona y Liberia, cuyas colecciones documentales han sufrido las consecuencias de las recientes guerras civiles. En algunos Estados de habla portuguesa –Angola, Cabo Verde y Santo Tomé y Príncipe– los fondos documentales de la administración colonial datan a veces del siglo XVII. Tal es el caso del Arquivo da Câmara Municipal de Príncipe, cuya antigüedad se remonta a 1665.

En América, los archivos nacionales de algunos países conservan colecciones a menudo intactas. La colección de la "División Colonial - Sección Gobierno" de Argentina se remonta al siglo XVI, la del fondo "Negros y Esclavos" de Colombia a 1553, la del Fundo da Secretaria de Estado da Marinha Mercante de Brasil al periodo 1786-1895, y la del fondo familiar Valle Iznaga de Cuba a 1606.



Compañías, puertos y colecciones privadas

Por otra parte, las colecciones documentales emblemáticas de la trata negrera son las integradas por los archivos de las grandes compañías que tuvieron el monopolio de ésta. Por ejemplo, los de la holandesa West-Indische Compagnie (1675-1791), conservados en La Haya; los de la británica Royal African Company (1672-1731), depositados en la Public Record Office de Kew; los de la danesa Dansk-Vestindien (1671-1754) custodiados en Copenhague; y los de la francesa Compagnie des Indes (1720-1792) almacenados en Lorient.

Otro tanto ocurre con los archivos de los mayores puertos negreros como Liverpool, Bristol, Londres, La Rochelle, Burdeos, Nantes, Le Havre, Middelburgo y Ámsterdam, donde las cámaras de comercio, las administraciones portuarias y los tribunales de justicia marítima –denominados en algunos países "almirantazgos"– dejaron fondos de archivos importantes sobre el tráfico marítimo de esclavos a lo largo del siglo XVIII. Son notables a este respecto los fondos de Amberes y Burdeos relativos a las quiebras de armadores.

También existen colecciones privadas, por ejemplo en Gante la del capitán negrero belga Van Alstein y en Londres la del traficante de esclavos Humphrey Morice, director del Banco de Inglaterra desde 1721 a 1736.

En Inglaterra, a principios del siglo XIX vieron la luz importantes trabajos de investigación sobre la esclavitud en el marco de los debates parlamentarios previos a la votación de la ley de abolición de la trata negrera en 1807, que están consignados en las actas del Parlamento. Lo mismo ocurrió en Francia durante el periodo comprendido entre la Monarquía de Julio, instaurada en 1830, hasta la abolición de la esclavitud por la Segunda República en 1848.

¿Qué contienen esos archivos?




Los documentos conservados en esos archivos perpetúan la memoria de la trata negrera y la esclavitud. En ellos se pueden encontrar, en particular, importantes series de registros marítimos que permiten a los investigadores explotar datos cuantitativos de la trata para sus trabajos y que, además, proporcionan a veces información detallada sobre las expediciones con cargamentos de esclavos.

La documentación de a bordo de los navíos aporta también datos muy valiosos. En efecto, hay reglamentos y contratos de navegación que nos hablan de la disciplina en los barcos, relaciones de capitanes de navíos en las que figuran descripciones de los lugares de la trata, o cuadernos de bitácora donde se relatan las rebeliones de esclavos que estallaban durante la travesía del Atlántico.

Las memorias y relatos de viajes, que proliferaron mucho en el siglo XVIII, narran la historia de la esclavitud con una óptica diferente. Describen las distintas rutas de la trata negrera, contienen a veces mapas de las costas africanas y refieren a menudo las costumbres de los pueblos que fueron víctimas de la esclavitud.

Otras colecciones privadas procedentes de las haciendas americanas contienen contratos de venta de esclavos, pagarés y registros de contabilidad. Todos esos documentos permiten reconstituir la vida diaria de los esclavos que trabajaban en las plantaciones.

Con respecto a los censos de esclavos efectuados antes y después de la abolición de la trata, existen documentos de las colonias hispánicas y lusitanas de América. Por ejemplo, libros de ventas e hipotecas de esclavos en Brasil, o listas de peticiones de emancipación en Argentina. En África también hay documentos de este tipo, por ejemplo los "Liberate African Registers", esto es, las listas nominales de los esclavos liberados por la flota británica que fueron reasentados en Sierra Leona.

Algunas colecciones del África Negra dadas a conocer públicamente en épocas recientes –por ejemplo, los manuscritos árabes de Chinguetti y Tombuctú, o los de las hermandades religiosas llamadas "zauias" del Sahara argelino y marroquí– quizás puedan aportar nuevos datos sobre la esclavitud en el continente africano.

La dispersión de los fondos documentales por el mundo entero nos da una idea de la inmensa tarea que queda pendiente para hacer un inventario de los archivos de la trata negrera y preservarlos. En este ámbito, y en lo que respecta a Europa, puede servir de ejemplo la guía general de las fuentes de la trata negrera y la esclavitud que han publicado los Archivos de Francia en 2007. En el África Occidental, una región en la que algunos países acaban de salir de cruentas guerras civiles, la comunidad internacional debe fijarse el objetivo de salvaguardar las importantes colecciones existentes, por ejemplo las de Sierra Leona.

Louis Bergès, Conservador jefe del patrimonio (Ministerio de Cultura de Francia)

© Archivos Claude-Joseph Vernet

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Ceremonia de inauguración del Año Internacional de Conmemoración de la lucha contra la esclavitud y de su abolición; 10 de enero de 2004 en Cape Coast (Ghana).

Veintisiete kilómetros de documentos

© UNESCO/Georges Malempré


Porte du Non Retour, sculpture de l'artiste Béninois Dominique Kouass - Ouidah, Bénin

Once países relacionados con la Ruta del Esclavo desarrollan el estudio, la salvaguardia y la puesta en común de sus archivos en el marco de un proyecto apoyado por la UNESCO.

Entre marzo de 1806 y febrero de 1807 atracaron en la bahía de La Habana más de treinta buques con tripulaciones y pabellón norteamericano, pero fletados por cubanos. A bordo, transportaban más de 5.000 africanos destinados a la esclavitud. Estas cifras, que dicen mucho sobre el papel que Cuba desempeñó en el tráfico negrero, son algunas de las preciosas informaciones recientemente descubiertas por archiveros locales, tras el análisis minucioso de más de 27 kilómetros de documentos de 38 fondos procedentes de la época colonial.

Unos 500 documentos extraídos de 11 de estos fondos pueden ahora consultarse gracias a un CD-ROM realizado en el marco del proyecto de Archivo sobre el Comercio de Esclavos, iniciado por la UNESCO en 1999 con apoyo de la Agencia Noruega de Desarrollo y Cooperación (NORAD). Desde entonces, Namibia ha publicado una síntesis de sus archivos nacionales y Senegal propone una visita virtual de la isla de Gorée, plataforma de la trata negrera, y de su tristemente célebre Casa de los Esclavos.


El objetivo de este proyecto es mejorar el acceso a las fuentes documentales, en particular mediante la digitalización. Además, permite a los archiveros de los países participantes de África, América Latina y el Caribe modernizar sus equipos, intercambiar y copiar documentos y formar a personal especializado. Juntos, han ordenado y escaneado documentos procedentes de todo tipo de fuentes históricas, desde correspondencia oficial y registros marítimos hasta actas de venta y testimonios personales.

Once países de África y América –Argentina, Barbados, Benin, Brasil, Cabo Verde, Colombia, Cuba, Gambia, Ghana, Haití y Senegal– participaron entre 2000 y 2004 en el proyecto, que permitió organizar seminarios conjuntos y crear varios sitios de Internet que contienen doce bases de datos con más de 10.000 documentos y unas 200.000 imágenes digitales. Catorce instituciones han podido además beneficiarse de material informático nuevo… un proyecto de largo aliento que se propone resucitar una faceta olvidada de nuestra memoria colectiva al que pronto se unirán nuevos países.

http://portal.unesco.org/es/evphp-URL_ID=37917&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html

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