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La economia asiatica dominara el mundo en el siglo XXI
Por: Alfredo Toro HardyPúblico, 10 de enero 2011
Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/2897/chimerica-y-chiindia/
La economía del siglo XXI se encontrará indisolublemente ligada a dos contracciones: Chimérica y Chiindia.
La primera de ellas fue acuñada por el historiador Niall Ferguson (The Ascent of Money, Londres, 2008). La misma se sustenta en la imbricación profunda que existe entre las dos mayores economías del mundo: China y Estados Unidos. El analista norteamericano Zachary Karabell llega a comparar a esta asociación de facto con la Unión Europea, en virtud de la intensidad y diversidad que alcanza su complementariedad económica (Superfusion, Nueva York, 2009). Añade, sin embargo, que a diferencia de la experiencia europea, Chimérica es el fruto de las circunstancias y no el resultado de una acción deliberada o aún deseada.
Estados Unidos y China no pueden, para bien o para mal, prescindir el uno del otro. La economía norteamericana está en capacidad de seguir funcionando, a pesar de sus gigantescos y reiterados déficits, porque los chinos están dispuestos a absorber una y otra vez las emisiones de deuda pública que este país emite. Pero, a la vez, los excedentes chinos no podrían existir si los estadounidenses no estuviesen dispuestos a consumir vorazmente sus productos y a aceptar, a pesar de sus periódicas amenazas, una balanza comercial perenne y dramáticamente negativa. Los dos millones de millones de dólares que mantiene China en sus reservas internacionales constituyen la contrapartida natural al déficit comercial mensual de 28.000 millones de dólares que mantiene Estados Unidos frente a ese país.
En los primeros meses de 2009 el Departamento del Tesoro estadounidense ofertó varios cientos de miles de millones de dólares en bonos para financiar las leyes de estímulo financiero a su economía. Quien absorbió la mayoría de esa deuda fue el mismo que lo había hecho cuando el sistema crediticio norteamericano comenzó a hacer implosión en 2008 y cuando los primeros signos de la tormenta se avizoraban en el horizonte en el 2007: China.
A la vez, las corporaciones estadounidenses necesitan del mercado y de la mano de obra de China como condición de supervivencia y crecimiento, de la misma manera en que este país requiere de la transferencia tecnológica por parte de aquellas como elemento vital de expansión económica.
El término Chiindia, de su lado, alude a la fuerza combinada de China e India, quienes hasta 1820 representaron el 50% del PIB mundial, y que ahora vuelve por sus fueros. En la tercera década de este siglo, China deberá ser la primera economía del mundo e India la tercera.
Ser las dos economías de más rápido crecimiento mundial y, a la vez, las de mayor tamaño poblacional, ofrece inmensas ventajas. A pesar de su rápido crecimiento en décadas pasadas, Japón nunca pudo haber superado a Estados Unidos por el simple hecho de que su población es apenas un 40% de la estadounidense. A China, por el contrario, le bastaría con que el ingreso per capita de sus habitantes llegase a una cuarta parte del de Estados Unidos para superar en tamaño al PIB norteamericano. De allí en adelante, su dimensión poblacional le permitiría garantizarse varias décadas adicionales de crecimiento económico sostenido, a tasas elevadas. Algo similar puede decirse de India. No en balde los autores citados estiman que, para la década del 2040, ambos países representarán el 40% del mercado global.
Chiindia tardará algún tiempo en alcanzar lo que los economistas denominan el “punto de inflexión Lewis”: cuando desaparece el excedente de mano de obra y esta se encarece. La vastedad y diversidad regional de la mano de obra disponible en ambos casos permitirá una estrategia dual: especialización tecnológica en sectores de avanzada y producción de bajo costo para la mano de obra no especializada. La capacidad para manejarse simultáneamente en ambos extremos del espectro brinda inmensa flexibilidad a sus economías.
El bajo costo de su mano de obra ha propiciado una gigantesca ola de externalizaciones proveniente de Europa y Estados Unidos. Ello abarca plantas manufactureras, centros de servicio y núcleos de investigación y desarrollo. Más allá del valor de la mano de obra de sus obreros fabriles, el costo de su talento científico-tecnológico es de un 10 a un 15% al prevaleciente en los países desarrollados. La combinación de ambos factores plantea una transformación radical en términos de ventajas comparativas.
Son los dos mayores productores mundiales de egresados en ciencia y tecnología. Mientras Estados Unidos otorga anualmente 65.000 títulos de doctorado o maestría en ingeniería, China entrega 75.000 e India 60.000. De los egresados de universidades norteamericanas, a su vez, la mitad son extranjeros y de aquellos la mayoría proviene de Chiindia. China sube con rapidez exponencial por la escalera tecnológica de las manufacturas, mientras que India lo hace por la de los servicios. Si ambos países se decidiesen a combinar sus ventajas comparativas, tendría lugar una auténtica revolución económica.
Sus empresas son las de más rápido crecimiento en el mundo, combinando niveles internacionalmente competitivos de calidad con costos muy inferiores a las de sus contrapartes del mundo desarrollado. Compañías como Huawei, Lenovo, Chery, Infosys o Tata, por sólo citar algunas pocas, están llamadas a transformarse en líderes globales en las áreas de bienes o servicios.
Alfredo Toro Hardy es embajador y académico venezolano
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Después de Túnez, Argelia se une a la revuelta popular
El Magreb se levanta contra los dictadores
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Disturbios en Argelia, ¿principio del fin de las dictaduras en el Magreb? (foto El Pais, Madrid)
Por: Zehira HoufaniMondialisation.ca, 10-01-2011
Fuente: http://www.mondialisation.ca/index.php?context=va&aid=22676
Traducido para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Este inicio del año 2011 estará marcado por el movimiento de las revueltas populares que está sacudiendo el Magreb. Revueltas del hambre, dicen algunos, pero seguramente por la justicia y el final de las dictaduras y otros regímenes mafiosos que gobiernan estos países por la fuerza y la represión. Mientras que en Túnez prosiguen los disturbios desde hace algunas semanas, en Argelia los barrios populares de la capital y de las grandes ciudades se inflaman desde el miércoles [5 de enero] en la explosión de cólera de los jóvenes alimentada por una realidad cotidiana de lo más absurda en un país que se hunde bajo el peso de los petrodólares, de los que se apoderan abiertamente desde hace años los déspotas en el poder.
Se calcula que la juventud argelina forma más del 70 % de la población, pero en las políticas oficiales no se ofrece nada de apertura ni se ocupan seriamente de estos millones de jóvenes abandonados a su suerte sin la menor esperanza en el horizonte. Están abocados tanto a un paro endémico, a la toxicomanía y a la prostitución, a la hogra* [injusticia] y a los intentos desesperados de migración clandestina* y con frecuencia suicida, como a la indigencia, este descomunal vacío cultural y político de un país al que han abandonado el sentido común y la sal de la vida porque está asfixiado bajo las leyes del estado de emergencia, destruido por la corrupción de los gobernantes y sometido a la ignorancia y a su más fiel avatar: la intolerancia.
Saliendo a las calles para manifestarse violentamente contra sus opresores los jóvenes magrebíes ponen así al mundo por testigo de su desesperación, pero indican también su resentimiento hacia sus elites y otros dirigentes de la oposición. Esto es tanto más cierto en Argelia, donde los jóvenes se sienten dejados a su suerte y abandonados por las generaciones precedentes, la de la Revolución, que fue la gloria del país, y la de la Independencia, que nunca supo asumir el papel que era el suyo, es decir, realizar el Estado de derecho, objetivo último de la Revolución argelina.
Desde la violación de la constitución por parte del presidente Buteflika para regalarse un tercer mandato a pesar de que el balance de los dos anteriores ha sido de lo más deplorable tanto para el país entregado a los incondicionales del mercantilismo local e internacional con frecuencia sin escrúpulos, como para el pueblo sometido a unas condiciones de vida espantosas y que lucha denodadamente para sobrevivir al tiempo que es agredido por el lujo indecente que exhiben abiertamente quienes detentan el poder. La situación ha ido empeorando desde hace años pero hay que constar que al seguir humillando y despreciando al pueblo, reprimiendo la libertad de expresión, prohibiendo la apertura del campo político y mediático, garantizando la impunidad a los grandes violadores y corruptos conocidos por la opinión pública y denunciados por múltiples prevaricaciones y traiciones, el régimen de Buteflika es ya responsable de cualquier tragedia que amenace a Argelia.
El presidente ha faltado a todas sus promesas electorales, ha mentido a los argelinos y, peor, ha innovado en la mala gobernanza rodeándose de 13 o 14 ministros de su propio pueblo, con lo que vuelve a poner de moda el poder de los clanes en vez de moralizar un tanto las costumbres políticas iniciando y balizando una buena gobernanza, preludio del Estado de derecho que había prometido. El único acuerdo que parece importarle al presidente aparte de la megalomanía y la vanidad que caracterizan a los dirigentes árabes, acuerdo que ha ejecutado bien desde su llegada al poder, es el de bombear más petróleo para que el peculio que se reparte entre su clan y los militares sea cada vez más imponente y garante de una clientela totalmente entregada a su presidencia. Una clientela que ha elegido vivir lejos de la miseria ambiente, en unas fortalezas señoriales, ciudadelas inaccesibles con verdes extensiones y playas públicas privatizadas por “decreto” para robarlas al patrimonio público.
Con el dinero del pueblo han edificado pequeños paraísos y se han convertido en los más afortunados de los millonarios porque contrariamente a los occidentales que con frecuencia se han esforzado para edificar sus fortunas, los dictadores, entre ellos los dirigentes argelinos, sólo tienen que recurrir al patrimonio público de sus países para saciar el menor de sus deseos.
Una situación que el pueblo argelino ya no quiere soportar. Reivindica la dignidad humana que le ha confiscado el poder totalitario privándole de un mínimo decente para vivir, a saber, de una distribución equitativa de los recursos nacionales, el derecho a un trabajo correctamente remunerado, a una vivienda para fundar una familia y, por supuesto, esta libertad de pensar y de evolucionar serenamente. Tantas reivindicaciones que no se llevan bien con una dictadura sino que más bien exigen la instauración de un Estado de derecho.
¿Es esto en principio del fin de las dictaduras en el Magreb? La pelota está en el campo de las elites y de los políticos íntegros de estos países que deben no sólo asumir las reivindicaciones de sus pueblos sino también hacer que se escuchen no sólo en las tribunas locales sino también en la escena internacional. Una manera de hacer ver sus responsabilidades a las grandes potencias que apoyan a las dictaduras despreciando a tantos pueblos del planeta. En adelante ya no puede perdurar la negación de los derechos humanos, ni en el Magreb ni en África ni en América Latina. Los gobernantes se han puesto de acuerdo para promover, e incluso imponer, la globalización de los mercados y hoy, en 2011, los pueblos se lanzan a la globalización de la democracia.
* N. de la traductora: El término utilizado por la autora es “harraguisme”, que procede de la palabra árabe “harraga” con la que se designa en el Magreb a las personas que antes de cruzar el Estrecho queman sus papeles para salir del país sin dejar rastro y dificultar así su repatriación. Por su parte, la palabra “hogra”, “desprecio” en dialecto argelino, es el término que expresa a la vez el desprecio, el abuso de poder y la injusticia de las autoridades argelinas hacia su pueblo.
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Mañana miercoles 12 de enero se conmemora el 39 aniversaro de la inmolacion de Los Palmeros
EL LEGADO DE AMAURY GERMAN ARISTY SE HACE CADA DIA MAS RELEVANTE A LA DECADENTE REALIDAD SOCIAL DOMINICANA
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Amaury German Aristy, Cacique de Latitudes, Patron de las Fuerzas de Defensa Dominicanas
Logo de Los Palmeros, ultimo bastion de la dignidad en Dominicana
******La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1917).
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