¿Globalización del mundo taino?
Interacción comercial y cultural con Yucatán y la Florida.
epistheme tiene el placer de publicar la siguiente versión en español del presente artículo de Ron Cantor, reproducido en inglés en Taino News, un servicio de la Oficina de Coordinación Regional de la Confederación Unida de Pueblos Tainos (UCTP).
Como publicamos la semana pasada (ver Noticias del Frente Ancestral 012, “El renaciente legado taino nos vincula con Meso América”: http://epistheme-tonydemoya.blogspot.com/2006/11/noticias-del-frente-ancestral-012.html), la comunicación Yukatán – Kuba – Florida – Kiskeya – Boriken – Antigua, es decir, entre Mayas, Tainos y probablemente Seminoles (de Florida) es motivo de un candente debate en estos momentos en Puerto Rico, entre quienes defienden y quienes atacan la hipótesis. Este oportuno ensayo viene a sumarse a quienes tratan de arrojar luz sobre la controversia.
Para información adicional sobre la UCTP, visite el portal para revisar el boletín y otras fuentes en línea en: http://www.uctp.org/, así como el blog http://www.uctp.blogspot.com/
Yaguarix
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Más información sobre los nexos comerciales entre los Taino y los Maya. El vínculo al artículo original en inglés está a continuación.
http://research.famsi.org/aztlan/uploads/papers/Canter-Yucatan-Channel-and-Trade.pdf
[Traducción al español: Antonio Yaguarix de Moya]
De: michael ruggeri <michaelruggeri@mac.com>
Sujeto: [Aztlan] NOTICIAS DE SOMETIMIENTO DE ARTICULO A FAMSI JOURNAL OF THE ANCIENT AMERICAS
Ronald Cantor ha sometido un artículo sobre "El Canal de Yucatán y el comercio" a nuestra revista Famsi Journal of the Ancient Americas. El trabajo se derivó de una discusión reciente de este tópico en Aztlan listserv.
Para acceder a la revista gratuita, vaya a este URL; http://research.famsi.org/aztlan/aztlan_journal.php
Buscamos sometimientos a la revista tanto de profesionales como de entusiastas para publicar en ella. Las reglas de sometimiento aparecen en la portada de la revista.
Mike Ruggeri
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El Canal de Yucatán y el comercio
Por Ronald Canter
Resumen:
Este artículo resume parte de la evidencia del tránsito de productos comerciales e ideas hacia el este, y examina los factores que afectaban a la navegación en canoas tanto a través del Canal de Yucatán como del Estrecho de Florida. El reciente hallazgo de artefactos de jade en Antigua [Caribe Oriental] procedentes de minas en la ciudad de Guatemala indica que en el pasado había comercio a través del Canal de Yucatán. Referencias adicionales documentan el comercio entre Cuba y Florida.
El Canal de Yucatán separa la península del mismo nombre del extremo occidental de Cuba. Desde Punta Sur en la Isla de Mujeres hasta Cabo San Antonio hay 194 Km., un temerario cruce empeorado por la Corriente de Yucatán que surca los cabos. Esta corriente es un “intenso chorro que alcanza su máxima velocidad a los 2 metros por segundo”. Oscila de manera irregular en el Canal de Yucatán entre Cabo Catoche y Cabo San Antonio en Cuba. Su velocidad es mayor cuando se aproxima al Cabo Catoche, con una esporádica segunda velocidad máxima en el centro (Badan, 1998). La Corriente de Cozumel es su afluente.
Para los remeros de la costa, la Corriente de Yucatán no representa un problema a menos que uno se aleje demasiado del litoral, después de la punta del Banco de Campeche. Los botes atrapados en la corriente pueden ser arrastrados sin quererlo hasta los Cayos de la Florida o al incesante remolino de la corriente circular en medio del Golfo de México. Cruzar de Yucatán a Cuba es aún más peligroso, ya que la diana es la baja y estrecha punta del Cabo San Antonio. Al regreso es suficiente tan sólo tocar alguna parte de la costa occidental de Yucatán para perder el rumbo.
No obstante, un pequeño pero progresivamente creciente cuerpo de evidencia sugiere la existencia de un comercio directo, aunque esporádico, entre los mayas en Yucatán y los tainos en Cuba. Existe evidencia de comercio indirecto de artículos mayas hacia el este a través del área cultural taina, llegando tan lejos como a la isla de Antigua [al este de Puerto Rico]. La pequeña porción de evidencia sugiere que este contacto era más bien esporádico e infrecuente, antes que sostenido.
Algunos productos culturales y comerciales ocasionalmente lograban cruzar el canal, aunque no hay certeza de que las canoas fueran de los mayas o de los tainos. Un gran panal de cera de abejas, encontrado en el extreme oriental de Cuba en el primer viaje de Colón, debe haber venido de Yucatán, la única fuente lógica (Colón, 1493, Pág. 161). La miel de abejas común no era conocida en las Américas antes del contacto. Sólo las abejas sin ponzoña Meliponini beecheii y M. Yucatánica eran útiles para la producción de miel, y los mayas eran virtualmente los únicos que practicaban la apicultura. Bartolomé de Las Casas, en sus comentarios al “Diario del primer viaje” de Colón, escribió que la gente de Cuba no criaba abejas ni producía cera de abejas. Las Casas especuló que la cera habría venido de alguna canoa maya naufragada. De acuerdo con las corrientes, esto parece poco probable, aunque posible.
Más significativo es el hallazgo de Pendergast de una espátula vómica en una tumba de Altun Ha, Belice, un lugar del Período Clásico. Aún cuando ésta pudiera flotar, no podría haber atravesado el Canal de Yucatán (informe sometido al FAMSI Journal of the Ancient Americas, noviembre de 2006) http://research.famsi.org/aztlan/aztlan_journal.php. Cualquier objeto atrapado en la Corriente de Yucatán termina en la Florida o más allá. La espátula debe haber llegado en una canoa (Graham, 2002).
Dicey Taylor y Chris Jones han investigado las canchas tainas para el juego de la pelota. El juego mesoamericano de la pelota parece haber atravesado el Canal de Yucatán en el período clásico y haberse difundido rápidamente hacia el este, de isla en isla. En La Aleta, República Dominicana, hay una escultura monumental, un campo de pelota, y un cenote [manantial] conteniendo sacrificios (Beeker, 1999). En Puerto Rico, el Dr. Jones encontró canchas de paredes paralelas cerca de Utuado y en Tibes, 10 de ellas en cada lugar. Todas eran posteriores al año 650 de nuestra era, y eran llamadas “batey”, “palabra que parece estar en las inscripciones mayas clásicas en referencia al juego de la pelota” (Jones & Taylor, 2001).
Más importante aún es el rastreo reciente hecho por el experto en mineralogía George Harlow de “hachas” de jadeíta preclásica en la isla de Antigua, procedentes de minas oriundas de Guatemala. Antigua está a unos 3000 Km. al este del valle de Motagua, y a 3500 Km. de Cuba, la Hispaniola, etc. Las rocas no flotan. Sólo en canoas pudieron ellas haber hecho la travesía por todo el Caribe (Petit, 2006).
Un producto comercial único y valioso tiende a cotizarse mejor mientras más lejos de su fuente sea comercializado. El incentivo radica en el beneficio de continuar intercambiándolo hasta que ocurre una de tres cosas: 1) su propietario no puede regresar con él; 2) llega a un área cultural donde el objeto no tiene valor; o 3) llega al final de la ruta comercial. Para las hachas de jadeíta encontradas en Antigua, tanto la segunda como la tercera opciones pueden haberse dado. Antigua era el margen oriental extremo del área cultural taina y de la cadena insular caribeña.
Maurice Ries informó haber encontrado una pequeña cantidad de “implementos mayas de obsidiana en el extremo occidental de Cuba” (William R. Coe II, 1957, Pág. 280). Si algún puerto de almacenamiento maya existió alguna vez en Cuba, aunque fuera por poco tiempo, el lugar más lógico donde mirar sería en el Archipiélago de Los Colorados, cerca de la costa norte del oeste de Cuba. Cualquier grupo de islotes sería modesto y posiblemente estaría sumergido en parte, similar al cayo Caña Brava o los Cayos Franceses en Belice. Si estos existen, probablemente han pasado desapercibidos, o han sido tomados como un lugar de origen taino o guanahatabey de poca importancia. Es igualmente posible que tal lugar no exista, pero sería instructivo cerciorarse.
Larry Koenig, un atleta del kayak, tiene planes de completar su circunnavegación del Golfo de México remando desde el extremo de Yucatán hasta la Florida. El había pensado originalmente cruzar el canal de Yucatán y luego bordear la costa norte de Cuba. En su lugar, él planea navegar directamente las corrientes de Yucatán y del Golfo desde la Isla Mujeres hasta la isla de las Tortugas Secas [parque nacional].
Esto tiene poco que ver con la política. Él calcula que le tomaría tres días trasladarse por mar 200 Km. a través del Estrecho de Yucatán hasta el Cabo San Antonio en Cuba, o tres días para navegar los 600 Km. a favor de las corrientes hasta allí. Tortugas Secas está a 110 Km. de Cayo Hueso. La segunda opción es sencillamente más eficiente. Los estimados de Koenig parecen razonables, teniendo en cuenta que él y Arthur Hebert han navegado la costa del Golfo en kayak desde Cayo Hueso hasta la Isla Mujeres. En 1998, Arthur Hebert pasó 20 días en el mar remando 900 Km. de la Isla Mujeres directamente a través del Golfo hasta Nueva Orleans (Hebert, 1998).
Tres peligrosos días surcando el mar requiere un conductor más fuerte que los juegos simbólicos o las espátulas vómicas. Cualquiera que haya sido el principal objeto del intercambio comercial Maya-Taino es algo por aclarar, pero el comercio entre Florida y Cuba en el siglo 18 podría ofrecer ciertas pistas. William Bartram preparó una lista de los productos que iban de un lugar a otro: pieles de venado, abrigos, peces deshidratados, cera de abejas, miel (de las abejas melíferas introducidas), y aceite de oso desde Florida, y “licores espirituosos, café, azúcar y tabaco” desde Cuba. Todos estos son productos perecederos que, con excepción de las botellas de licor, no dejarían rastros a largo plazo en ninguno de los dos extremos (Bartram 1791, Pág. 193).
Tratando de localizar la fuente de una nota que sostiene que a los comerciantes mayas les tomaba tres días cruzar el canal hacia Cuba, el autor analizó varias citas usadas a menudo para señalar que los españoles en Cuba tenían informes de Yucatán antes de que fuera localizada por los europeos. En su cuarto viaje, Colón recogió una referencia inequívoca a Yucatán antes de su descubrimiento europeo, pero no de Cuba. Los comerciantes marítimos mayas, a quienes conoció en las Islas de la Bahía de Honduras, indicaban claramente que ésta procedía del oeste. Colón, por razones desconocidas, zarpó hacia el este y perdió la oportunidad de explorar la “Tierra del Venado y el Pavo” [Yucatán].
Una “tierra firme a diez días de distancia” citada a menudo, del primer viaje de Colón, no parece tener mucho sentido. Colón entendió "que desde allí hasta la tierra firme habría que navegar diez días según la noción derivada del mapa o dibujo que el Florentino le había enviado" (Colón, 1493, Pág. 131). “Allí” estaba en el este de Cuba, y no había tierra firme remotamente al cabo de diez días, de acuerdo a los parámetros indígenas.
Yucatán dista unos 1400 Km. al oeste, y la Florida unos 900 Km. al oeste y al norte. Los “diez días” parecen ser una combinación de un trabajo pobre de parte de su traductor taino y de nociones preconcebidas de su parte. Colón escribió más tarde que, sin la ayuda de las corrientes, una canoa viajaba en promedio 7 leguas (alrededor de 30 Km.), lo que parece más o menos correcto para la travesía costera diurna.
Por otro lado, el comercio directo entre Cuba y la tierra firme en la Florida parece bien documentado para los períodos anterior y posterior al contacto español, y probablemente comenzó mucho antes. Los españoles en Cuba prontamente tuvieron referencias vagas de los indígenas norteamericanos en “tierras hacia el norte” lo cual inspiró a Ponce de León a dirigirse a las islas de Bimini [“Madre de Muchas Aguas,” en taino, archipiélago de las islas Bahamas: NT] – no a la Florida.
Hay una importante referencia en la crónica de Herrera sobre el descubrimiento de la Florida, que indica que la población de los Lucayos, en las Bahamas, estaba muy al tanto de la existencia de tierra firme. Pensando que la Florida era una isla, De León y sus acompañantes quedaron confundidos por la gente de la Florida, cuando cada uno de ellos nombraba a su propia provincia al preguntársele por el nombre de aquella tierra. Los guías de Bahamas, traídos por los españoles, les descifraron el acertijo. “Ella se llama Cautio, nombre que los indios Lucayos le daban a esa tierra porque su gente se cubría ciertas partes del cuerpo con las hojas de la palma” (Herrera, 1513, Pág. 22).
Al dejar la Florida, De León navegó hacia el “suroeste un cuadrante al oeste” de las Tortugas Secas “con la intención de descubrir en la ruta algunas islas de las cuales tenía información de los indios”. Navegando al suroeste y compensados por la influencia de la Corriente del Golfo hacia el este, la brisa los llevó directamente a Cuba, aunque a una parte desconocida para los españoles (Herrera, 1513, Pág. 20-21).
El portal de ornitología de la Universidad de Cornell destaca la presencia del pájaro carpintero pico de marfil [Campephilus principalis] en referencia al comercio precolombino entre la Florida y Cuba. "Los primeros exploradores notaron un comercio considerable en aves vivas entre los pueblos de Cuba y de la península de la Florida. Los indígenas norteamericanos les daban gran valor a estos pájaros carpinteros." Jackson especuló que el carpintero pico de marfil podría haber entrado en Cuba a través de este comercio (Jackson, 2004).
Varias palabras de la cultura timucua son palabras tomadas en préstamo al taino. Al no ser lingüista, simplemente citaré. La fuente es Julian Granberry, A Grammar and Dictionary of the Timucua Language, The University of Alabama Press, 1993. Las palabras específicas son hinino (del taino hynino 'tabaco') y casino (Ilex vomitoria -- árboles y arbustos eméticos que tienen flores pequeñas y frambuesas: NT). Esta tiene la forma de tres sílabas típicas de las palabras tainas. Hay otro término timucua para Ilex, ipopi, que se deriva del término nativo ipo - encantar o embrujar, ingerir medicina. Ilex era la base del bebedizo ceremonial por excelencia en el sudoeste, el "trago amargo," usado (aún) como purgante para desintoxicar el cuerpo antes de las ceremonias.
Este también es el ingrediente secreto en la Coca Cola, que empezó siendo una medicina en Georgia y luego se convirtió en refresco, como Smilax campestris (zarzaparrilla), usada como medicina (para las enfermedades venéreas) en el siglo 16, la cual se convirtió, más tarde, en la famosa "sasparilla" tomada por los debiluchos en las películas de vaqueros” (Hopkins, 2006).
En el siglo 18, en Talahasochte, en las entrañas de Río Suwanee al norte de la Florida, William Bartram fue testigo del regreso de 850 Km. de un viaje comercial en canoa desde Cuba (1700 Km. ida y vuelta), y escuchó de otros a las Bahamas. Sus canoas de cipreses podían albergar de 20 a 30 guerreros. La ruta bordeaba principalmente la protegida costa occidental de la Florida pero terminaba en la parte más peligrosa y difícil – un cruce de 150 Km. del accidentado Estrecho de la Florida, arrastrado por la poderosa Corriente del Golfo. El trayecto es menos desafiante que el de Yucatán a Cuba, pero aún así es serio. El cruce tiene la ventaja de grandes embarcaderos a cada lado de los estrechos: la línea de los Cayos de la Florida al norte y la costa de Cuba al sur. Los remeros aun tendrían que navegar en ángulo hacia el oeste para evitar ser arrastrados lejos hacia el este mientras cruzan.
En abril de 2006, una canoa de 15 metros fue encontrada en el Río Apalachicola, en el norte de la Florida. La canoa no es antigua (tiene sólo unos 200 años) pero el diseño sí lo es (Ensley, 2006). Consiste en un tronco ahuecado, que se distingue por proyectar plataformas extremas usadas como sujetadores de cuerdas. Con excepción del tamaño, su diseño es idéntico a las que han sido usadas desde el preclásico hasta el presente tanto en las aguas caribeñas como en las centroamericanas. De 55 canoas arcaicas examinadas en el Lago Newnans, Florida, cuatro mostraban similitudes con el diseño ahuecado, aunque no desarrollado totalmente. “Los extremos de las canoas del Lago Newnans se curvan y estrechan hacia arriba, y algunos tienen una leve plataforma colgante – formas de terminado que antes se creía que estaban asociadas sólo con las canoas más recientes” (Wheeler, 2003).
Finalmente, existen similitudes culturales que sugieren la posibilidad de difusión de valores culturales Maya hacia la Florida y tal vez más allá. Una vasta llanura con cuevas y manantiales, el centro de la Florida es geológicamente gemelo del norte de Yucatán. Al momento del contacto con los europeos, se puede argüir que de las sociedades que existían a lo largo del río Mississippi, el estado de Calusa al sur de la Florida, con poblados planificados, canales e islas artificiales, templos en forma de colina, arte sofisticado, y un reino del tamaño de Irlanda, era tan civilizado como muchas ciudades mesoamericanas (Arrington, 1997). Por el contrario, no se ha encontrado un solo artefacto Maya en la Florida, y dos grandes canales marinos lo separan de Yucatán. Mientras no se halle algo hecho específicamente en la “Tierra del Venado y del Pavo”, la transmisión de conceptos Maya a la Florida, ya sea directamente o a través de los tainos, seguirá siendo sólo una tentadora posibilidad.
Fuentes citadas
Arrington, Arden. (1997). "Learning from the Fierce People." In American Archaeology, Vol 1 No. 2. Archaeological Conservancy.
Badan, A., J. Candela, J.L Ochoa, J. Sheinbaum. (1998). “The General Current Field in the Straits of Yucatan.” Intra-Americas Sea Initiative. http://www.iaslinks.org/
Bartram, William. (1791). “Travels through North & South Carolina, Georgia, East & West Florida, etc.” Reprinted 1988, Penguin Books, New York, NY. Complete at http://docsouth.unc.edu/nc/bartram/bartram.html
Beeker, Charles D., John W. Foster. (1999). “Archaeological Study of a Limestone Sinkhole: Diving in Manantial de la Aleta, East National Park, Dominican Republic.” Underwater Science Program, Indiana University, In http://archaeology.about.com/gi/dynamic/offsite.htm?site=http://www.indiana.edu/%7Er317doc/dr/cenote/cenote.html
Coe, William R. II (1957). “A Distinctive Artifact Common to Haiti and Central America.” American Antiquity, Vol 22 No. 3, 1957.
Colombus, Christopher. (1493). “Journal of the First Voyage of Columbus.” In American Journeys: a Digital Library and Learning Center, Document No. AJ-062, Wisconsin Historical Society. With notes by Bartolome de Las Casas. http://www.americanjourneys.org/texts.asp
Petit, Charles. (2006). “Jade Axes Proof of Vast Ancient Caribbean Network, Experts Say.” National Geographic News, 6-12-06. http://news.nationalgeographic.com/news/2006/06/060612-caribbean.html
Herrera y Tordesillas, Antonio de. (1513). “Ponce de Leon, Voyages to Florida.” In American Journeys: a Digital Library and Learning Center, Document No. AJ-095, Wisconsin Historical Society. http://www.americanjourneys.org/texts.asp
Hopkins, Nicholas A. (2006). “Island-Mainland Contact.” Aztlan Digest Vol 11, Issue 19.
Graham, Elizabeth. (2002). “Archaeology in Cuba.” Archaeology in Belize and the Caribbean, http://www.belizecubadigs.com/cuba.html
Ensley, Gerald. (2006). “Old Canoe Draws Crowd.” In Tallahassee Democrat, 6-12-06, Tallahassee, FL
Hebert, Arthur. (1998). “Yucatan to New Orleans by Sea Kayak.” http://seacajun.com/yucatan/path.htm
Hebert, Arthur, Larry Koenig. (2004). “La Costa del Golfo Expedition.” http://www.lacostadelgolfo.com/index.html.
Jackson, Jerome. A. (2004), “In Search of the Ivory-billed Woodpecker.” Smithsonian Books, Washington, DC
Jones, Chris. (2001). “The Ballcourts of Puerto Rico.” Precolumbian Society, lecture 5-12-01, Philadelphia, PA
Taylor, Dicey. (2001). “Taino: Ancient Voyagers of Sea and Spirit.” Precolumbian Society, exhibit/lecture 12-8-01, Philadelphia, PA http://www.nyboricua.com/comnovpg04.htm
Wheeler, Ryan, James J. Miller, Ray M. McGee, Donna Ruhl, Brenda Swann, Melissa
Memory. (2003). “Archaic Period Canoes from Newnans Lake, Florida.” American Antiquity, Vol. 68. http://www.questia.com/PM.qst;jsessionid=FzJXkc86sJWdXJZTDQ3GmW3dBp
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