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29 de junio de 2008
Una treintena de jóvenes de "La Multitud", junto a algunos amigos e invitados, caminaron 22 kilómetros (trayecto San Francisco de Macorís-Salcedo) para recordar al Héroe Nacional Manuel Aurelio Tavarez Justo (Manolo), fundador del Movimiento Catorce de Junio, contra Trujillo, y posteriormente Comandante en Jefe de la Guerrilla de 1963.
Esta caminata patriótica titulada "Una Ruta por Manolo", partió este 29 de Junio a las 8:00 de la mañana desde la intersección de la calle Libertad esq. Luperón de San Francisco de Macorís, y llegó unas tres horas después al Parque Duarte de la ciudad de Salcedo, donde celebraron un pequeño acto para recordar al héroe antitrujillista y revolucionario montecristeño.
La caminata cargada de gran emotividad recorrió el hermoso trayecto de 22 kilómetros bajo un cielo que la bendecía, mientras el sol parecía ocultarse para no atormentar a los caminantes.
En la caminata en que participaron algunas personas mayores, entre ellas el presentador de televisión macorisano Wiliam García, participaron jóvenes invitados pertenecientes a comités de La Multitud de diferentes lugares del país, tales como Sabana de la Mar, La Vega, Santo Domingo y por supuesto San Francisco.
La persona más popular de la caminata fue un dirigente de la Federación de Campesinos Mama Tingó, a quien los muchachos aplaudieron en diversas ocasiones por su fortaleza y determinación para llegar a la meta. "Setenta" como fue conocido por su avanzada edad (71 años), a pesar de que hubo que esperarlo en algunas ocasiones por su "pasito lento", fue admirado por su deseo de llegar y por su negación a abordar el minibús, a pesar de la insistencia de los jóvenes. El joven "Setenta" llegó entre los primeros al parque de Salcedo y llegó contento.
Mientras los jóvenes caminaban, entonaban diversas consignas referentes a la historia y a la situación actual. Entre las consignas entonadas fueron:
"Manolo vive, la lucha sigue"
"Minerva vive, la lucha sigue"
"Caamaño vive, la lucha sigue"
"En la lucha del pueblo, nadie se cansa"
"Y con Manolo, nadie se cansa"
"Y con Minerva, Nadie se cansa"
Y con Amaury Nadie se cansa"
"Con el Moreno, Nadie se cansa"
"Mama Tingó, nadie se cansa."
.También realizaron denuncias y consignas contra los jueces de la Cámara de Cuentas, los diputados y senadores que se aumentaron el sueldo, y contra Alejandrina Germán, entre otras. En el animado trayecto los jóvenes también cantaron canciones como "Liborio no ha muerto na" y "Francisco Alberto, Caramba", entre otras.
Pero el momento más significativo del recorrido fue la parada que los caminantes realizaron en el Museo de las Hermanas Mirabal, en donde bajo los hermosos árboles que cobijan la tumba de Manolo y de las Hermanas Mirabal, H. Galván, Coordinador Nacional de La Multitud, pronunció un breve discurso sobre la luminosidad del amor entre Manolo y Minerva, entre ellos y por la patria, que supo trascender la vida y que constituye un ejemplo de compromiso revolucionario sin par.
Según Galván, "Manolo y Minerva, como dirigentes revolucionarios, como organizadores y como luchadores, representan lo más puro de la dominicanidad. La deuda moral de nuestro pueblo con esta pareja es sencillamente impagable."
El discurso terminó solicitando un minuto de aplausos para Minerva, Patria y María Teresa Mirabal y Manolo Tavarez Justo, petición que fue accedida por los jóvenes con entusiasmo.
Otro de los momentos emotivos del recorrido fue cuando, a petición del Dr. Raymundo Garrido, salcedence y quien les recibió en esta ciudad, la expedición hizo una parada frente a la casa de la escritora y catorcista Emelda Ramos, quien les ofreció un precioso discurso de motivación.
Unos minutos más tarde una vecina les ofreció, sin pedírselo, agua y mangos, que los jóvenes aprovecharon con mucho entusiasmo.
Finalmente llegaron al Parque Central (Duarte) de la hermosa ciudad de Salcedo, tras recorrer algo más de 22 kilómetros, y donde realizaron un breve acto que contó con algunos discursos, incluyendo las palabras finales de H. Galván, quien recalcó el compromiso y las cualidades que debe tener la juventud para hacer posibles los ideales de Manolo Tavarez y de los expedicionarios de Junio de 1959.
El Proyecto Memoria y la Caminata por la Solidaridad y la Vida
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Esta actividad también se inscribe dentro de las actividades del "Proyecto Memoria" que esta organización viene desarrollando por todo el país desde enero pasado, y se enmarca también dentro de los preparativos para conmemorar el 45 aniversario de la gesta de "Las Manaclas".
Evocando una anterior
Caminata Santo Domingo-San Cristóbal que los jóvenes de "La Multitud" de la capital, realizaron en noviembre pasado para recolectar donaciones para los damnificados de Noel; los muchachos/as de San Francisco de Macorís se idearon esta importante iniciativa con el objetivo de concienciar sobre la importancia de seguir los ejemplos de los héroes de nuestro pueblo.Evocando una anterior
El "Proyecto Memoria" de "La Multitud" se inició en enero pasado en San Francisco de Macorís con un homenaje a Amaury Germán Aristy y los Palmeros el pasado 12 de enero, continuó el 28 de marzo en Sabana de la Mar con un homenaje a Francisco Alberto Caamaño; continuando con un homenaje a Fernández Domínguez el pasado 20 de mayo en Cuesta del Libro Santo Domingo, un conversatorio sobre el Mayo Francés de 1968 en la Cinemateca de Santo Domingo el pasado 28 de mayo, y un acto en San José de Ocoa en Homenaje a Orlando Mazzara el pasado 30 de mayo. El proyecto continuará por distintos puntos del país. Se encuentran en agenda un Homenaje a la Expedición del 14 de Junio en Sabana de la Mar el 21 de este mes, un homenaje a Jacques Viau para julio en Santo Domingo, y un merecido acto de homenaje a Juan María Lora Fernández en su provincia natal de La Vega el próximo día 25 de julio.
Los/as jóvenes de "La Multitud" se sienten profundamente satisfechos con la misión cumplida, agradecen a todos/as quienes les acompañaron, y se preparan para seguir adelante trillando el camino de defender los ideales de Patria Libre y Digna para todos y todas
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¡GRACIAS! Mayor información en
http://www.lamultitud.es.tl/Pulse para ampliar
Junio 27, 2008
marco.pj@psicologico.cl
San Juan, PR: Publicaciones Puertorriqueñas
Reseña: Prof. Sara Benítez Delgado
Sub-Procuradora de las Mujeres
Puerto Rico
No tengo dudas que el en caso de los estudios sobre masculinidades y los estudios feministas aplica ese refrán, un poco duro, pero real, que dice que “el enemigo de mi amigo es mi enemigo también”. Ciertamente los estudios feministas y los estudios de las masculinidades son cómplices en los estudios sobre género y tienen un referente común que aunque vigorosamente combatido, sigue dominado nuestras historias y nuestras esquemas personales. Muy bien lo describe José Toro Alfonso en su epílogo de las masculinidades:
“el referente continua siendo la masculinidad que es heterosexual, de clase media, profesional, de tez blanca, con poder adquisitivo, con acceso y disposición a la violencia refrendada por la sociedad. Una masculinidad genital que se le reconoce autorizada la sexualidad descontrolada y orgiástica” .
Este es el mismo referente y “enemigo” que coloca a las mujeres en situaciones de peligro y de opresión. El dominio de estos valores tradicionales asociados a la masculinidad hegemónica y la re-creación del mismo en nuestras vidas cotidianas lleva a las mujeres a posiciones de peligro y a ser víctimas de la violencia. A través de la lectura del libro de José Toro Alfonso vamos conectando cómo este mismo dominio - no sólo oprime a las mujeres, sino que incide en forma similar en la mayoría de los hombres.
Para la mayoría de los hombres es simplemente imposible cumplir los requisitos de los ideales dominantes de la masculinidad. Estos requisitos se mantienen casi siempre como una espada de Damocles – esperando que caiga y los descuartice – porque tienen una poderosa y a menudo inconsciente presencia en sus vidas. Como nos dice Michael Kaufman “el patriarcado existe no sólo como un sistema de poder de los hombres sobre las mujeres, sino de jerarquías de poder entre distintos grupos de hombres y también entre diferentes masculinidades”. Así lo confirma nuestro autor cuando apunta al hecho que la mayoría de los hombres no representan el esquema de la masculinidad hegemónica. Lo que sucede es que:
“..todos los hombres hacen malabares para proyectar una imagen sobre la cual tienen grandes dudas” .
Pero en ese proceso, los “otros” – hombres y mujeres- quedamos marginados, excluidos y en muchos casos como víctimas de la violencia que genera la homofobia. Ejemplo de esta situación lo plantea el autor en unos de los hallazgos de sus investigaciones sobre Masculinidades y Homosexualidades, particularmente sobre la actividad sexual entre hombres. Nos dice el autor que encontraron:
"…una correlación entre la adherencia a los valores de la masculinidad hegemónica y las actividades sexuales de alto riesgo para la infección por el VIH/SIDA y otras infecciones de transmisión sexual".
Nuestra experiencia con los trabajos de prevención de violencia hacia las mujeres y de concienciación sobre la perspectiva de género es que el análisis de la homofobia provee al grupo de jóvenes una ventana poderosa para el análisis del sexismo y el patriarcado. El estudio, discusión y manejo del mismo concepto de homofobia ha sido incorporado en los proyectos de trabajo de las mujeres feministas. Cuando discutimos la violencia hacia las mujeres hemos incorporado la homofobia como un factor importante para entender este tipo de violencia. Quizá uno de los costos más altos de la masculinidad en una sociedad heterocentrista sea la homofobia. Para muchos hombres resulta complicado asumir su deseo homoerótico, adoptar una identidad gay o incluso desempeñar un determinado rol sexual, mostrando con ello que lo que está en juego es su posición y jerarquización en la sociedad y la dominación de lo masculino sobre lo femenino, lo que en sí mismo conlleva una naturaleza sexista y misógina. De esta manera, los estudios sobre las masculinidades, contribuyen a que se unan las luchas contra la homofobia y contra el sexismo logrando así entender en la práctica que la homofobia es uno de los factores principales que promueven la misoginia y el sexismo entre los hombres.
No hay duda que la categoría de género ha sido la contribución teórica más significativa del feminismo contemporáneo. A través del mismo nos adentramos al examen crítico del conjunto de ideas en una cultura sobre lo que es “propio” de los hombres y “propio” de las mujeres. Nos ayudó a exponer la supuesta objetividad y universalidad del discurso científico, a combatir la concepción de un sujeto supuestamente neutral. Igualmente, nos proveyó las herramientas para explicar la desigualdad, rompió con el determinismo biológico y, por supuesto, socavó la visión tradicional de los roles por sexo.
Por otro lado, en el movimiento nos dimos cuenta que si la categoría del género trata del poder, entonces, en la medida en que fuimos “descubriendo” y analizando las relaciones reales de poder entre hombres y mujeres, y entre distintos grupos de hombres (como, por ejemplo, entre heterosexuales y homosexuales, entre blancos y negros) comenzamos a cambiar nuestras definiciones de género. Así, nos dimos cuenta que, como lo han llamado las feministas latinoamericanas, “el trabajo de género”, es constante y necesariamente incluye reformulaciones y transformaciones.
En la medida que fuimos acercándonos a las feministas europeas, integrando las conceptualizaciones de los estudios de masculinidades y últimamente de los estudios queer, nos hemos enfrentado con las diferencias sexuales en toda su complejidad. Asumiendo el género como un proceso que articula sexo, deseo y práctica sexual en el cual el cuerpo es moldeado por la cultura mediante el discurso. Fuimos asumiendo la perspectiva que las personas nos construimos a nosotras mismas y el resultado de un proceso mediante el cual recibimos significados culturales, pero también los innovamos. En ese sentido interpretamos las normas de género recibidas y generamos múltiples posibilidades de construir nuestras propias versiones del género. Como dice Judith Butler: nos dimos cuenta que género es “performance”- es decir, se hace, lo construimos. A partir de estas concepciones nos enfrentamos con el hecho que género requiere un análisis más complejo que su significado inicial y limitante, basado en dicotomías y los opuestos de lo femenino y lo masculino. Requiere también de un estudio del tejido intercultural, incluyendo las costumbres, valores y tradiciones sexistas, homofóbicas y machistas y la incorporación del papel que juega en nuestras vidas colectivas e individuales las fantasías, las angustias, los miedos y los deseos.
Los estudios sobre masculinidades y los estudios feministas se integran en un frente común de enfrentar las prácticas, discursos y representaciones sociales que discriminan, oprimen o vulneran a las personas en función de la simbolización cultural de la diferencia sexual. Hay que destacar que los estudios sobre las masculinidades, a través de sus estudios sobre los códigos culturales que sostienen los estereotipos de género vigentes y al ir, como dice Marta Lamas: “más allá del género”, - han ayudado a comprender la articulación de los procesos psíquicos y culturales mediante los cuales las personas nos convertimos en hombres y mujeres en un esquema social que todavía postula la complementariedad de los sexos y lo heterosexual como la norma social.
Los trabajos que esta haciendo José Toro son muy pertinentes y ponen a Puerto Rico en el mapa de los estudios que están documentando las variadas formas de la existencia social de de las personas. Sus trabajos exponen, al igual que Marta Lamas que:
“Cada vez un número mayor de personas tiene experiencias de vida que no se ajustan a los esquemas tradicionales de género. Estas mujeres y hombres se sienten violentados en su propia identidad y subjetividad por los códigos culturales y los estereotipos de género existentes. No reconocer la multiplicidad de posiciones de sujeto y de nuevas identidades entre mujeres y hombres, reduce la complejidad de la problemática de las relaciones humanas. Requerimos ampliar nuestra comprensión: hay varias combinaciones posibles entre el cuerpo de una persona, su orientación sexual, y sus habitus de género. O sea, hay muchas maneras de ser mujer y muchas de ser hombre.”
En esa dirección nos apunta el autor cuando nos indica en su trabajo sobre masculinidades y homosexualidades que:
“Más allá del estereotipo que plantea las relaciones entre los hombres dentro del contexto del binomio de género, los trabajos etnográficos y los análisis transculturales nos presentan un homoerotismo mucho más complejo” .
Para ello nos refiere a los trabajos de Richard Parker en Brasil y nos apunta que: “No se trata entonces de una visión estática de una sexualidad que se construye únicamente por la construcción del género, sino sobre la complejidad de los significados de la sexualidad.”
Esa visión “más allá del género” ha provisto a los estudios feministas una ampliación – y también una tensión – del factor social como determinante de lo psíquico. Al igual que los estudios feministas, los estudios sobre masculinidad han reconocido la diversidad de formas en que un sujeto puede asumir su condición de género y, por ello, en un sentido se habla de “masculinidades”. Es la misma historia de avances conceptuales que vivió el feminismo cuando pasamos de estudiar a la mujer y empezamos a estudiar la experiencia de “las mujeres”. Lo reconoce así el autor cuando – en el marco de la conceptualización de Kimmel- nos dice que:
“La substitución del concepto unitario de masculinidad con el concepto heterogéneo de masculinidades ocurre dentro del reconocimiento que existen jerarquías entre los hombres al igual que entre los hombres y las mujeres” .
Hay que destacar que una de las contribuciones de los estudios de las masculinidades a la perspectiva de género es los estudios que abordan las expresiones de la sexualidad fuera de la norma heterosexual. Las investigaciones que nos presenta José Toro nos ayudan a comprender que existen diversas formas de asumir nuestra sexualidad y cómo éstas nos platean las rupturas de la sexualidad hegemónica, y su impacto en el sistema que determina las relaciones sociales de poder, es decir, de género. Así, a través de la lectura de las investigaciones de José Toro nos adentramos a las diversas masculinidades, pero aún más pertinente para los estudios feministas es conocer los aspectos problemáticos de la masculinidad, particularmente los costos y peligros que enfrentan los hombres que no responden a la masculinidad hegemónica. Las formas de vida no heterosexual que se construyen bajo un sistema de dominación masculina o patriarcal margina y segrega a las y los transgresores de la norma de género.
Los estudios feministas y los estudios de masculinidades tienen en común que son subversivos, conspiradores y transformadores. Planteamos claramente que las personas recibimos significados culturales, pero también los podemos reformular. Pero para que exista verdadera democracia, nuestras reformulaciones requieren que las mismas dejen de ser discriminatorias. Una resignificación igualitaria del género haría que proliferaran muchas maneras de ser mujer y de ser hombre, más allá del marco binario existente y los estereotipos. Contribuyen a dar respuestas a preguntas que desde muy a principio de sus trabajos Michael Kaufman planteaba sobre cómo lograr que los hombres entiendan que apoyar el feminismo significa más que apoyar cambios institucionales y legales; que también significa cambios en sus vidas personales; y sobre cómo podemos lograr apoyo masivo y activo a favor del feminismo entre los hombres.
Los estudios – como los que presenta Toro Alfonso en el día de hoy – nos señalan hacia la deconstrucción de las creencias, prácticas y representaciones sociales que discriminan, oprimen o ponen en peligro a las personas en función del género. Sabemos que es posible reformularlas – tanto a nivel cultural como político.
No quiero terminar sin mencionar una aportación importante del autor al incluir una sección sobre los estudios sobre masculinidad en América Latina y el Caribe donde como nos dice él mismo, nos presenta “una mirada a aquellas aportaciones de mayor importancia” sobre el tema. Además, quiero destacar que el autor se preocupó por identificar, en su trabajo, una agenda de investigación para el futuro y un planteamiento para el desarrollo de políticas sociales de inclusión y recreación de la masculinidad. Sin embargo, quisiera añadir que dentro – o al lado- de los estudios sobre las masculinidades que es sumamente importante también incluir y hacer concreta una agenda para el activismo – que incorporado o no al movimiento feminista - pueda incidir en el cambio social desde el espacio de la lucha, los reclamos y la práctica política.
Trabajos como los de José Toro nos permiten mirar la experiencia de grupos particulares de hombres y pensaríamos que estos estudios pueden beneficiar a todos los hombres en su conjunto; encontrando en las experiencias particulares de estos hombres apuntes hacia las causas, preocupaciones y desafíos comunes. Desde el movimiento feminista podría entonces plantearse que aquí hay una base para que los hombres se organicen como hombres. Así podríamos allegar un movimiento anti patriarcado más amplio.
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Web Site: http://www.publicacionespr.com/cgi-bin/libro.cgi?id=424
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