¿Alianza patriarcal por el artículo 30?
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La intermediacion cardenalicia entre el Estado y los medicos puede no ser otra bienaventuranza
Por: Fátima PortorrealAntropóloga Social
13 de julio, 2009
Las negociaciones entre el Cardenal Nicolás López Rodríguez y el Colegio Médico Dominicano parecen muy alentadoras para los médicos y médicas, que tienen una situación bastante compleja y de descrédito frente al Estado dominicano y a la población en general por la demanda justa de un salario. La lucha gremial del Colegio Médico es justificada y pertinente en los actuales momentos, especialmente cuando el movimiento social necesita fortalecerse frente a una política estatal desmovilizadora y excluyente.
No obstante, cuestionamos en muchas ocasiones, las maneras como se producen las demandas salariales de los médicos, sobre todo cuando se ven afectados lo más pobres al paralizarse por varios días los servicios hospitalarios. Justifico las huelgas médicas siempre y cuando se responsabilicen de las atenciones de las emergencias.
Ahora bien, la política actual ha maltratado y vejado a la clase médica situación que ha desalentado y desorientado al Colegio Médico. Una muestra de ese desaliento son las negociaciones que el gremio está realizando con un sector tan conservador como es la Iglesia Católica dominicana. Sin menospreciar la ayuda de muchos sectores religiosos en especial de los grupos de base de la iglesia católica, la postura del obispado no ha sido abierta a la lucha médica, ni a otras demandas que vienen del sector médico como son la eliminación del artículo 30 en la nueva constitución.
Me llama la atención que López Rodríguez haya aceptado la intermediación entre el Colegio Médico y la Secretaria de Estado de Salud Pública y Asistencia Social. A razón de que éste se ha mostrado contrario al gremio y ha criticado abiertamente la demanda justificada de un aumento salarial para los médicos y otros sectores gremiales. ¿Qué intereses se encuentran debajo de la mesa para dar paso a esta negociación? La repuesta no la tengo clara, pero me temo lo peor, dada la postura actual de la jerarquía católica de responder con presión frente a los médicos e interesados en que no pase el artículo 30 en segunda lectura.
A sabiendas que al Cardenal le queda sólo un año para cumplir la edad de retiro del colegio cardenalicio, sería muy inteligente de su parte lograr una alianza estratégica con el Colegio Médico y lograr que estos retiren su oposición al Art. 30º, silenciando al gremio o logrando un apoyo en su cruzada anti aborto terapéutico.
Estamos presenciando una alianza peligrosa para las mujeres dominicanas? Estamos en un momento en que sectores políticos partidistas unen sus esfuerzos para congraciarse con los obispos con el objetivo de lograr votos electorales. Intercambiar la vida y los derechos de las mujeres por un aumento salarial nos mete en la dinámica de una política partidaria que se enorgullece de progresista, pero que en su práctica ha demostrado una defensa de los intereses más retardatarios.
Ojalá esto sea sólo una fabulación mía, pues de comprobarse tal aseveración, las consecuencias para las mujeres refuerzan un estado de desprotección y violación a los derechos humanos por parte de actores sociales que están abocados a defenderlos. Así como el Colegio Médico Dominicano procura un aumento salarial para sus miembros, no puede dar la espalda a la ciencia, como tampoco puede abandonar a su suerte la salud de las mujeres dominicanas. Ojalá me equivoque, sólo me queda esperar para ver si son infundados nuestros temores.
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Entre sospechas e improvisaciones: ¿El colapso del imperio?
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El mundo adquiere forma como un libro. Se reescribe una primera versión. Insatisfecho, se relee, se tacha, se rompe, se reescribe. La nueva forma no gusta y se recomienza de nuevo a partir de la acumulación de lo que se sabe, a partir de la memoria de la antigua redacción, dirigido hacia una finalidad hacia un fin desconocido y no obstante presente desde la primera INTUICIÓN. […] En cada borrador, se amplia el campo de las posibilidades, se amplía el libro, después se precisa, se estructura hasta el Estado final. A fin de cuenta los períodos de ruptura y de reescritura acaban siendo más largos que los de contemplación insatisfecha de las formas pasajeras de la obra.
Jacques Attali. Les trois mondes, pour una théorie de l’après crise, 1982.
En 1997 publiqué el libro Platón, verdad y poder, las notas de mis investigaciones académicas sobre la teoría de las Ideas de Platón, del contexto de surgimiento de ésta y las finalidades históricas del Proyecto Academia. En la página 9, en tercer párrafo dije: Que la caída del Muro de Berlín significó El Fin del Gran y Soberbio Imperio Norteamericano.
Anterior a esto y como parte de mi trabajo como investigador de la Universidad Autónoma de Santo Domingo [UASD], realicé varias investigaciones puntuales, las cuales la UASD publicó dos en el 2004, bajo el título Dossier 97. En las páginas 64 y 65 de ese Dossier se recoge el fundamento, la causa, el porqué de la afirmación hecha sobre los acontecimientos que traerían el fin de la Guerra Fría y de la caída del Socialismo real. Esto es, que antes de publicar la afirmación en la UASD expuse los fundamentos de esta.
“El doctor Summer Slichter, de Harvard University, dijo en 1949, que la Guerra Fría ‘incrementa la demanda de bienes, ayuda a sostener un alto nivel de ocupación, acelera el progreso técnico y en consecuencia ayuda al país a elevar su nivel de vida […] así que debemos agradecer a los rusos por ayudarnos a que el capitalismo de los Estados Unidos funcione mejor que nunca.’ […] El editor de U. S. News & World Report, David Lawrence, expresó también para 1949 que los ‘planificadores del gobierno creen haber encontrado la fórmula mágica para los interminables buenos tiempos […] La Guerra Fría es el catalizador.’ […]
Y para 1954, luego de la explosión de la Bomba H, dijo: ‘Lo que la Bomba H significa para los negocios. Un período largo […] de grandes pedidos.’ […] Se concluye que la Guerra Fría, entre muchas cosas también fue un negocio. […] Esta iniciativa marcó el final de la Guerra Fría, y el surgimiento de la crisis del ‘ciclo económico’. Estos son los fundamentos de la afirmación expresa en la página nueve de Platón, Verdad y Poder.
Si cae el negocio, cae la empresa, sencillo.
¿Fue un diseño externo a los Estados Unidos el Fin de la Guerra Fría? Entiendo que sí. ¿Es esto algo pecaminoso? Jamás. Pues en todo ámbito geoestratégico existe planificación.
¿Está los Estados Unidos en capacidad de responder a este diseño con un contradiseño? La gran pregunta y el motivo del presente análisis.
Los Estados Unidos es un país joven con poca experiencia en manejo de iniciativas de carácter a largo plazo. Las estrategias formuladas por estos, fueron únicamente para fundamentar el imperio económico mediante la Guerra Fría. Fuera de ello se inician las improvisaciones y las sospechas.
La presión sustituye al diálogo. El manejo simultáneo de varias posibilidades geoestratégicas, hacen que grupos externos choquen entre sí provocando una espiral que arrastra de nuevo a la crisis interna. Es el colapso en movimiento. De nuevo a la improvisación, la sospecha y la puesta en escena de crisis prefabricadas como la de Honduras, el Oriente Medio [Irán, Irak, Afganistán] y de nuevo a la espiral. Hasta agotar todas las reservas internas de fondos acumulados durante el negocio de la Guerra Fría.
Lo que acontece en el seno del Imperio es lo que Platón dictaminó en Sicilia con el Príncipe Dión de Siracusa y el juicio que hizo de éste. “Tenía un barniz de conocimiento, que se opacó tan pronto se puso en el fuego del conocimiento”, algo así dijo el Maestro en la Carta VII.
En cada acción que hace sumido en este letargo que me parece agónico es buscar nuevos enemigos y antiguos socios incondicionales se están alejando al ver que el gran defensor de la democracia se asemeja más en sus procedimientos judiciales a un país del tercer mundo. Violando los preceptos de su propia Constitución.
En definitiva: Los Estados Unidos se mueve entre sospechas e improvisaciones.
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Denuncian asesinato de un líder de la etnia indígena Embera Katío en Tierra Alta, Córdoba, Colombia
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Indigenas colombianos de la etnia Embera Katio trasladan un herido
Según la Organización Nacional Indígena (Onic), el gobernador del resguardo de Changarra, Héctor Betancur Domicó, de 38 años, fue asesinado de siete disparos en la zona rural del municipio.http://www.eltiempo .com/colombia/ caribe/denuncian -asesinato- de-un-lider- de-la-etnia- indigena- embera-katio- en-tierra- alta-cordoba_5608688-1
La Onic "condena y rechaza" el asesinato de Betancur, señaló su comunicado, que exige "la protección a los derechos fundamentales y colectivos del pueblo Embera Katío, cuyo único delito es defender su territorio e identidad cultural".
El asesinato del líder embera katío es "parte de la política de exterminio del cual vienen siendo víctimas los pueblos indígenas en todo el territorio colombiano", agregó la organización.
Los dirigentes indígenas exigieron a "los actores del conflicto armado respetar la vida individual y colectiva de los comuneros (líderes) de los pueblos indígenas" y pidieron a las autoridades civiles y judiciales "que investiguen los móviles para esclarecer este crimen y que no quede impune".
Según el Observatorio de Derechos Humanos de la Vicepresidencia, entre enero y mayo de este año fueron asesinados 56 aborígenes colombianos, frente a 25 en igual período de 2008, lo que representa un aumento de 124 por ciento.
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Dos Altos Chamanes se mudan a Soraya, la dimensión de la inmortalidad taina
1. Carlos se nos ha ido en una nube.... en camino a una fiesta
Carlos Goico, mágico y manso, el Van Gogh dominicano, rodeado de sus cuadros en su atelier
Carlos filosofa al compas de una pizza. El diseño de su t-shirt es parte de su obra.
Diablo cojuelo azul, coleccion del Dr. Gregory Pappas, Universidad de Pakistan
Carlos se ha ido en una nube, la ciudad se reciente; derecho hasta el puente, en un solo rumor se desmadejan duendes y aleaciones, llenando de casi azul las voladoras. Puertas y ventanas: Jugar a ser lo que somos.De vez en cuando
Acuarela y trazos rotos
Si la ciudad fuera un lienzo, plácidamente extendido sobre el baldío lleno de verdes juguetones, todos amaríamos a Carlos.
Por: René Rodríguez Soriano © mediaIsla
Papel de estraza
No atino a recordar ni lugar ni momento preciso de mi primer encuentro con Carlos. No creo que tenga importancia ahora. Lo conocí. Puedo contar cientos de historias llenas de colores ocres, pardos, mustios, relacionadas con Carlos, relacionadas con una resbalosa realidad que, aunque se intentara empañar con óleos o acrílicos, tiene color y vida. Pero no las contaré.
Pudiera hablar del día en que la contadora entró corriendo a mi oficina para anunciarme que, agresivo, Carlos andaba destruyendo azules y rojos intensos en plena calle. Venga a ver –me dijo– acaba de quebrar un cuadro, tiene unos ojos rarísimos. El rojo es amor, René –me desarmó Carlos, con su mirada de niño sorprendido en el instante mismo en que acaba de derramar la leche sobre el punto de cruz que bordaba la abuelita–. Pero no, tampoco hablaré del otro día en que, pálida como una lámpara, la recepcionista llamó a Juan Freddy porque Goico –por amor–, quiso pintar un fresco con su sangre sobre la alfombra de la agencia...
La realidad es simple: Carlos existe y, en cierto modo, si no somos todos, casi tengo la razón.
Todos somos Carlos
Si la ternura fuera un trazo rojo intenso que nos golpeara la vida con locura, todos conoceríamos a Carlos.
Si la alegría fuera un pez chorreando de azul por la avenida de la tarde que se puebla de amarillas consecuencias, todos soñaríamos con Carlos.
Si la tarde fuera un espacio imaginario que, de tres pinceladas tenues a la taza, hiciera café fortísimo sin cafeína, todos odiaríamos a Carlos.
Si la ciudad fuera un lienzo, plácidamente extendido sobre el baldío lleno de verdes juguetones, todos amaríamos a Carlos.
Si las islas –sin fronteras, todas– fueran un jardín flotante con un rey manco, con la sonrisa rota de miel y mariposas, todos le temerían a Carlos.
Pero, ¿quién le teme a un trazo afónico con la sonrisa trunca, gris y chata, como las uvas de la ira, mal calzado y mal peinado?
¿Quién se ocupa de un duende taciturno que, una tarde de lirios y margaritas, tratando de descifrarle un guiño a la Vía Láctea, perdió el tren y se quedó sin calendario en el andén?
¿Quién le sigue los pasos (taciturno, atrevido, retozón, mágico y lúdico), por las calles y plazas y, en alados corceles de espuma, se interna sin visa por los claros pasadizos que conducen a sus sueños poblados de sirenas, faunos y reyes sin reinos de este mundo?
¿Cuántos saltimbanquis o atildados funcionarios se ríen, lloran o se doblan de ternura ante una Alfonsina desgarbada de Carlos?
¿Cuántos rabian sus horas por las calles sin rumbo junto a una Reina amarilla o un Rey solo siempre, negro?
¿Y, a fin de cuentas, quién viene a ser el desdentado Carlos, en cuestión? ¿De dónde diablos viene? ¿Adónde va?
Todos, a tiempo completo, lo ignoran. Y, aunque se hagan de la vista gorda, engañándose en blandas realidades de videocasete, Carlos existe. Pinta. Se desangra y nos estruja la vida con todos sus matices. Todos soñamos con él y, sin proponérnoslo, lo miramos sin verlo cada día, en cada trazo suelto, en cada esquina.
Y, aunque le pongamos todo el amargo azúcar, él nos endulza la existencia, casi sin intentarlo. Carlos Goico es así: mágico y manso. En la inmancable compañía de sus héroes mitológicos, sus pinceles, sus colores y sus lienzos, viene y se va por los recodos de las horas y el silencio. Todos somos Carlos.
Puertas y ventanas
Jugar a ser lo que somos
Podríamos entrar al jardín de las delicias, dilatarnos en la transparencia de los sueños, soñar. Despatarrarnos de azules consecuencias y desmorirnos en la flauta de un fauno edulcorando margaritas y lirios y geranios y un rey, con la sonrisa trunca, gris y chita, como las uvas de la ira, o un sortilegio de la nada; un pincel afónico y pleno de colores sin mando, sin remos en las olas y Carlos pilotando las horas y las aguas, y Alfonsina, funámbula, mágica, desdoblando los pétalos del trópico en pañales, en la acuarela sin bridas de esta expresión que somos cuando no nos dejan ser.
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2. Adiós a la alegría y al colorido de Linda
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Por: Pachico Tejada - 7/13/2009
DANIEL HENDERSON, EL LÍDER DEL TEATRO COCOLO DANZANTE LOS GULOYAS, PERDIÓ SU LUCHA CONTRA EL CÁNCER LA MADRUGADA DEL DOMINGO Y SERÁ SEPULTADO EN SAN PEDRO
Santo Domingo.- Linda, el presidente del Teatro Cocolo Danzante ha dejado esta tierra y sus compañeros guloyas lo despedirán esta tarde como es su tradición. “Tenemos planeado hacer un recorrido y danzarle como lo manda la ley”, declaró Julián Adames, secretario general del grupo.
Como ley natural de la vida, la muerte le sobrevino a Daniel Henderson, nombre de pila de Linda, la madrugada del domingo.
El cáncer con el que venía luchando desde hacía tiempo le ganó la partida a este importante personaje, calificado como un valor cultural y un patrimonio del pueblo dominicano, por Xiomara Pérez, quien está al frente de la Dirección Nacional de Folclor.
Luego de un largo padecimiento tras serle detectado un cáncer en la próstata y hepatitis, que le afectó el hígado, Henderson había sido ingresado en el hospital Marcelino Vélez Santana de Santo Domingo y luego en la Plaza de la Salud.
Más adelante estuvo internado en la clínica Franklin Peña de San Pedro de Macorís, de donde luego fue dado de alta.
Henderson era oriundo de Saint Kitts, de ascendencia inglesa y formaba parte de los emigrantes conocidos como cocolos, quienes se asentaron en el siglo pasado en el barrio Miramar, procedentes de varias islas del Caribe.
Adames informó que el entierro se llevará a cabo hoy a las 4:00 de la tarde, luego del mencionado recorrido. El cuerpo de Linda está siendo velado en la Logia “La Experiencia”, del barrio Miramar, en la ciudad de San Pedro de Macorís.
A pesar de haber sido declarada Patrimonio Oral Intangible de la Humanidad por la UNESCO, en noviembre de 2005, esta manifestación cultural como otras de nuestro país corren el riesgo de desaparecer.
Sin embargo, según personas entrevistadas, con esta no sucederá. “Dentro de la misma organización hay jóvenes y existe un pequeño grupo infantil”, dice Roldán Mármol, lo que garantiza que el grupo que ha llevado esta expresión a países como Francia, Italia y España, continúe.
Apoyo a los Guloyas
Según narra Adames el reconocimiento hecho por la UNESCO hizo que el Estado los tomara en cuenta a pesar de que aún hay algunas promesas que no han sido satisfechas.
“Ofrecieron donar un local para la nueva oficina y hacer una escuela”, dijo el secretario del grupo quien tiene la esperanza de que pronto sea una realidad.
Linda, quien empezó su relación con esta manifestación cultural el 25 de diciembre de 1944, fue la cabeza tras la muerte de Theophilus Chiverston (Primo), anterior jefe de la agrupación.
Henderson fue el Rey (Momo) del Desfile Nacional de Carnaval en 2006 y se mantuvo activo al frente de la agrupación hasta hace poco, pese a su padecimiento.
Según Xiomara Pérez, esta expresión cultural, cuya celebración principal se realiza el 25 de diciembre de cada año, “es una danza festiva que adquiere caracteristicas carnavalescas”, por la vistosidad de los trajes y la música contagiosa que les acompaña.
La folclorista expreso su satisfacción porque la Secretaría de Cultura acompañó a Henderson en el difícil momento y entiende que en su memoria hay que preservar al Teatro Cocolo Danzante.
Recordó que hace más de un año se gestionó una pensión para los más ancianos miembros del grupo. Según Adames, solo Linda disfrutaba de esta pensión.
La Secretaría de Cultura
La SEC, a través de la DINAFOLK, envió un comunicado en el que se expresa la postura de la entidad ante el fallecimiento.
“Representa una pérdida irreparable y tratará de que se mantenga su legado, apoyando a sus compañeros del Teatro Danzante Los Guloyas para que se mantenga la tradición y la agrupación no se transforme en algo distante a su auténtica representación de lo que fueron los cocolos inmigrantes de las antillas inglesas que llegaron al país por el 1885 a trabajar en la industria azucarera”, dice la misiva.
El baile del “Cocolo”, que se danza en navidades, carnaval y en las fiestas de San Pedro, en junio, es una tradición desarrollada entre los inmigrantes anglófonos que llegaron a mediados del siglo XIX a República Dominicana procedentes de otras islas del Caribe.
Las mayores raíces de los migrantes caribeños llegados al país están en San Pedro de Macorís.
En sus espectáculos, la música, el baile, la pantomima y los personajes de origen africano mezclan intrigas dramáticas, leyendas y héroes tomados de la literatura medieval europea y de la Biblia.
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Avance de Noticias
Dos fotos históricas del seminario-taller de COPRESIDA/TCHARI sobre investigación comunitaria en VIH/SIDA en San Juan de la Maguana (10-11 de julio, 2009)
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La Dra. Yeycy Donastorg, de la Unidad de Vacunas del Instituto Dermatológico, energiza al grupo con un divertido ejercicio de dinámica de grupos
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