Teologo Hans Kung, crítico papal y reformador eclesial
El Trastevere José Martínez de Velasco
Posted on abril
14th, 2013 by trastevere
Para el teólogo
Observando los
grandes eventos masivos, precisamente con ocasión de los viajes del papa,
podría pensarse que en esta Iglesia todo funciona de maravilla. Pero la
pregunta decisiva es: ¿cuánto tiene esto de fachada y cuánto de sustancia? En
cualquier caso, sobre el terreno las cosas presentan otro aspecto.
En modo alguno
subestimo el inmenso trabajo que se lleva a cabo sobre el terreno en las
parroquias y comunidades del mundo entero: el tenaz compromiso pastoral y
social de innumerables sacerdotes y laicos, varones y, sobre todo, mujeres. A
lo largo de mi vida he conocido sin cesar a muchos testigos de la fe así de
fidedignos… Pero ¿quién se lo agradece?
Cuánto me apena
ver en ocasiones ante mí tan sólo a unas cuantas decenas de fieles en la
eucaristía dominical en mi parroquia de origen, donde en décadas anteriores
siempre encontraba el templo lleno. Sin embargo, esto no se debe solo, como una
vez y otra afirma Roma, a la creciente secularización sino también a una nefasta
evolución intraeclesial de la que hay que responsabilizar a Roma. Todavía
existen en algunos lugares grupos activos de jóvenes y una vigorosa vida
parroquial, sostenida por intrépidos varones y mujeres de la comunidad. No
obstante, la Iglesia parece estar desapareciendo crecientemente de la
conciencia de la generación más joven. Ya ni siquiera se enfada la gente por el
poco realista retraso de la jerarquía en tantas y tantas cuestiones de moral y
dogma. No existe interés por la
Iglesia , que ha perdido todo significado para la vida de muchos
jóvenes. Pero en el Vaticano apenas se percatan de esto. Allí se hace
ostentación de números cada vez mayores de peregrinos, aun cuando muchos de
ellos son simplemente turistas, y las Jornadas Mundiales de la Juventud se consideran
representativas de “la juventud”.
Karl Rahner
murió en invernal resignación en 1984, sin haber vivido una nueva primavera de
la Iglesia bajo un nuevo papa. ¿Qué diría él sobre la situación de la Iglesia veinticinco
años después? Es una amarga realidad: nuestra común esperanza en un Juan XXIV
no se ha cumplido.
Madrid, 14 de abril de 2013 (por Trastevere).- ¿Tiene salvación
El teólogo asegura en la introducción al libro de Trotta que hubiese preferido no escribir este libro. “No es agradable dedicar a
En la actual situación, añade, no puedo permanecer callado: llevo décadas llamando la atención -con éxito variable y, entre la jerarquía católica, más bien moderado- sobre la gran crisis de la Iglesia católica, que es, de hecho, una crisis de gobierno de
Hans
Küng asegura que no habría escrito el libro si:
Se hubiese cumplido la esperanza de que el papa Benedicto, en el
espíritu del Concilio Vaticano II, iba a mostrar a nuestra Iglesia y al cristianismo
en su conjunto un camino hacia adelante. Concebí esta esperanza a raíz de la
amistosa conversación personal que en 2005 sostuve durante cuatro horas en
Castelgandolfo con mi antiguo compañero de la Universidad de Tubinga. Pero Benedicto ha proseguido con testarudez el
camino de la restauración emprendido junto con su predecesor, se ha
distanciado del concilio y de numerosos sectores del pueblo cristiano en
algunos puntos importantes y ha fracasado a la hora de afrontar el problema de
los abusos a menores por parte de clérigos del mundo entero.
Si los obispos, asumiendo de verdad la responsabilidad colegial
sobre el conjunto de la Iglesia que les reconoce el concilio, se hubiesen
manifestado al respecto de palabra y obra. Pero bajo el dominio de la pareja Wojtyla-Ratzinger
la mayoría de ellos se han convertido de nuevo en fieles ejecutores de las
órdenes del Vaticano, sin mostrar perfil ni responsabilidad propios: su
respuesta a los más recientes desarrollos eclesiales han sido asimismo dubitativa
y poco convincente.
Si los teólogos se hubiesen opuesto antes vigorosa, conjunta y
públicamente a la nueva represión de Roma y a su influencia en la elección de
las nuevas generaciones de profesores e investigadores en las facultades de
Teología y en los seminarios. Pero la mayoría de los teólogos católicos temen
con razón abordar de forma crítica y libre de prejuicios temas tabú de
dogmática y moral y ser censurados y marginados a causa de ello. Sólo unos pocos
se atreven a apoyar el reformista movimiento de Somos Iglesia. Y tampoco por parte de teólogos y líderes eclesiásticos
protestantes reciben suficiente respaldo, ya que muchos de estos restan
importancia a tales demandas como problemas meramente intracatólicos y, en la
práctica, anteponen las buenas relaciones con Roma a la libertad del cristiano.
Al igual que en otros debates públicos, la propia teología ha desempeñado un
papel menor en las recientes controversias sobre la Iglesia católica y otras
Iglesias, desaprovechando así la oportunidad de reivindicar con decisión las
tan necesarias reformas.
Una Iglesia gravemente enferma
Según sostiene Küng la Iglesia católica está gravemente enferma, padece el sistema de dominación romano que, contra toda resistencia, se consolidó durante el siglo XX y perdura hasta
Del siglo XI en adelante, explica el teólogo alemán, el ministerio petrino se fue transformando cada vez más en un papado monárquico-absolutista que ha dominado la historia de
La fracasada política de restauración
No deja de resultar llamativo -señala Küng en otro capítulo de su libro- que incluso contemporáneos nuestros que no se sienten pertenecientes a
La recién descrita consunción de la Iglesia ha progresado mucho en las tres últimas décadas. Pero en gran parte, explica Hans Küng, ha sido asumida como un destino inexorable, rezongando y lamentándose, sin duda, pero en último término desde la sumisión a Dios y al papa. Solo la acumulación de indignantes escándalos sexuales del clero ha terminado sobresaltando a la opinión pública mundial, sobre todo en los abusos a miles de niños y jóvenes por parte de clérigos en Estados Unidos, Irlanda, Bélgica, Alemania y otros países, todo ello asociado a una inaudita crisis de liderazgo y confianza.
Para el teólogo, no se debe silenciar el hecho de que el sistema de encubrimiento de delitos sexuales de clérigos vigente durante años en el mundo entero estuvo dirigido por la romana Congregación para
Entonar un mea culpa
Por eso, afirma Küng, muchos exigen al antiguo prefecto de
En el capítulo V de su libro, que titula Una gran operación de salvamento: la reforma y la modernidad asumidas tardíamente y solo a medias, Hans Küng se pregunta sobre cómo salvar la Iglesia y hace un breve análisis de los pontificados que arrancan con León XIII hasta nuestros días. Habla de la reanimación de
Estaba previsto, recuerda el teólogo, que Juan Pablo II fuera beatificado el 16 de octubre de 2010, en el trigésimo segundo aniversario de su elección como papa. Pero cinco años después de su muerte aparecieron en el Vaticano, a pesar de todo, dudas relacionadas con la crisis de los abusos a menores por parte de clérigos… Con este papa, sentencia Küng, la fidelidad de vasallaje parecía disculpar todo fracaso y todo delito… La respuesta en extremo vacilante a los escándalos sexuales y, en especial, el fracaso en el caso Maciel son considerados por los entendidos la verdadera razón de que en el Vaticano surgieran dudas respecto al santo subito. Bajo Juan Pablo II, afirma el teólogo citando a H. Oschwald, “los rústicamente combativos Legionarios de Cristo pasaron a contarse, junto al elitista Opus Dei, entre los enchufistas más poderosos en el aparato de
Así y todo, prosigue su análisis y diagnóstico Küng, Karol Wojtyla fue beatificado el 1 de mayo de 2011, aunque el acreditado milagro de curación necesario para la beatificación, que se atribuye a la intercesión del papa polaco, es sumamente controvertido. Pues los médicos dudan de que la religiosa francesa que se supone que se curó inexplicablemente de Parkinson a poco de la muerte de Juan Pablo II padeciera jamás esa enfermedad.
La visión de Küng para salvar
Como conclusión del libro, el teólogo alemán responde a la pregunta del título del mismo “¿Tiene salvación
No es posible salvar una Iglesia que, vuelta hacia el pasado, siga
enamorada de la Edad Media ,
la época de la Reforma
o incluso la
Ilustración. Pero una
Iglesia orientada hacia los orígenes cristianos y concentrada en las tareas
actuales sí puede sobrevivir.
No es posible salvar una Iglesia que se halle patriarcalmente
comprometida con imágenes estereotipadas de la mujer, con un lenguaje
exclusivamente masculino y con roles de género definidos de antemano. Pero una Iglesia igualitaria que anude
ministerio y carisma y acepte a mujeres en todos los ministerios eclesiásticos
sí puede sobrevivir.
No es posible salvar una Iglesia que, ideológicamente constreñida,
se entregue al exclusivismo confesional, la arrogancia ministerial y la
negación de la
comunidad. Sí que puede sobrevivir, sin embargo una Iglesia
ecuménicamente abierta, que practique el ecumenismo hacia dentro y que a las
múltiples palabras ecuménicas haga seguir, por fin, hechos ecuménicos, como el
reconocimiento de los ministerios, la revocación de todas las excomuniones y la
plena comunión eucarística.
No es posible salvar una Iglesia eurocéntrica que defienda la
exclusividad cristiana y el imperialismo romano. Lo que sí puede sobrevivir, en cambio, es una tolerante Iglesia
universal que cultive el respeto a la verdad -siempre mayor- y que, por
consiguiente, procure aprender de otras religiones y conceda una mesurada
autonomía a las Iglesias nacionales, regionales y locales. Y que, a
consecuencia de esto, también ella sea respetada por los seres humanos, tanto cristianos
como no cristianos.
¿Tiene salvación
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La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).
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