lunes, diciembre 15, 2014

Noticias del Frente Historiográfico 167

POTENCIAL DE REDUCCIÓN DEL IMPACTO PSICOSOCIAL DEL SIDA EN BATEYES DEL DISTRITO NACIONAL: Factores Ecológicos, Amenaza Percibida del SIDA y Valor Percibido de la Acción Preventiva (1990)[1]


Ramón Arturo Blandino Gómez, Universidad Autónoma de Santo Domingo, Facultad de Humanidades, Departamento de Psicología[2]
PROPÓSITO DEL ESTUDIO
Este estudio tiene como propósito conocer aspectos relativos a la conducta de poblaciones rurales en torno al SIDA en materia de prevención y de creencias asociadas a la muerte. La finalidad es valorar la posibilidad de reducir el impacto psicosocial de la epidemia en estas comunidades analizando la factibilidad de establecer una red solidaria de atención primaria en salud, a través de líderes comunitarios (hounganes o sacerdotes vodú, servidores de misterios, curiosos, curanderos y dueños de gagás, entre otros).
PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
Determinar si las diferencias sociodemográficas entre los moradores de las colonias agrícolas azucareras pertenecientes a tres diferentes grupos étnicos de ambos sexos (dominicanos, dominico-haitianos o “arrayanos”, y haitianos) están asociadas a diferencias en conocimientos, creencias, actitudes y practicas relevantes al SIDA y su prevención.
JUSTIFICACIÓN
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1990), la República Dominicana (R.D.) ocupa el 4to lugar en incidencia acumulada del SIDA en América Latina y el 14to lugar en incidencia por 100,000 habitantes en el mismo subcontinente. Haití ocupa el tercer lugar en número de casos de SIDA y el octavo lugar en términos relativos (PROCETS, 1990). Aunque ambos países comparten la isla, poseen antecedentes coloniales diferentes y elementos comunes provenientes de culturas africanas e indígenas, que dan como resultado un complejo sistema donde se podrían observar discrepancias en torno a la percepción de las enfermedades y la muerte, y las prácticas sexuales y religiosas. En materia de VIH y de otras enfermedades, las diferencias lingüísticas y culturales señaladas pueden limitar .la efectividad de la educación preventiva en ciertos segmentos poblacionales de la R.D. donde habitan los nuevos inmigrantes.
MARCO TEÓRICO
El Batey
Los campamentos pertenecientes a la industria azucarera donde albergan a los picadores, al personal de apoyo y a sus familiares se les llamaban “bateyes”[3]. La composición étnica fundamental de los bateyes son: dominicanos, arrayanos (dominico-haitiano), haitianos residentes (“viejos”), haitianos inmigrantes (“congoses”), haitianos indocumentados ilegales (“en bas fil”) y los inmigrantes de las Antillas Menores inglesas (“cocolos”).
Las condiciones sociales de los bateyes ha sido considerada como “la más brutal y esclavizante del mundo” (Moscoso Puello, citado por Moya Pons, 1986). Dicha población está constituida por un 56% de hombres (mayoría jóvenes, 9% es mayor de 55 años) mientras que las mujeres constituyen el 44%. El ingreso económico se mantiene por 6 meses al año, durante el resto, denominado “tiempo muerto” no hay producción, se cosecha y siembra la caña de azúcar. En este periodo, los hombres emigran del batey hacia otras regiones de economía agrícola y las mujeres se dedican a trabajos caseros; en menor proporción se dedican al trabajo sexual (Moya Pons, 1986).
La estructura de poder dentro del batey tiene dos vertientes, una tradicional o secular y otra religiosa. La tradicional incluye los guardias campestres, alcaldes pedáneos, el ejército y la policía. La religiosa incluye líderes carismáticos informales (sacerdotes vodú o hounganes; curiosos o servidores de misterios, curanderos y otros) (Kreniske, 1990).
Creencias y prácticas mágico-religiosas
Una de las características principales de los bateyes son sus prácticas religiosas tanto ortodoxas (católicas, como protestantes), como populares. Éstas últimas por ser de mayor interés para éste estudio, se analizan a continuación:

a)  Espiritismo: Consiste en la creencia de fenómenos mentales o naturales inexplicables en el mundo ordinario o científico. En R.D. predominan el kardeciano (de influencia europea) y la santería de origen africano.

b)  Curanderismo: Es la práctica mágica con fines curativos.

c)  Movimientos Mesiánicos: Son expresiones de la religiosidad popular, que hacen alrededor de un personaje carismático que encarna las aspiraciones, deseos e inquietudes de fiel seguidor, Metraux (1973) dice:

“Los promotores de los movimientos mesiánicos sudamericanos se atribuyen tal potencia sobrenatural y exigen de sus fieles una fe tan absoluta en sus predicciones y promesas que merecen el titulo de hombres de dioses”.

d) Vodú: El termino vodú se refiere a un conjunto de creencias y ritos de origen africano mezclado con prácticas católicas, constituye la religión de la mayor parte de los campesinos y del proletariado urbano de la República de Haití. Patín Veloz (1974) divide el vodú haitiano del dominicano, este último supuestamente se deriva del primero.

          a.       El vodú como religión de vida

La vida diaria, para los hombres y mujeres del vodú, es muy dura, la falta de alimentación adecuada, empleo, viviendas, salud, respeto y dignidad socialmente reconocida. Esta religión no se preocupa, ni práctica ni teóricamente, por un más allá, ni por recompensas o castigos después de la muerte (Hurbon, 1978), el vodú tiene que ver con la “vida” con un “más acá” donde se vive o se muere, donde se sufre o se enferma, la vida o se posee o no se posee nunca. Por eso los muertos de alguna manera pueden seguir viviendo gracias a la acción de los vivos. Por eso su interés en lo cotidiano, en el diario vivir.

e)  La Magia y la Hechicería: Dentro del vodú, la magia y la hechicería están mezclados con la religión en el haitiano, por ejemplo, existen dos tipos de sacerdotes: Los Hounganes, que trabajan la magia y los Bokor que trabajan la hechicería, a estos últimos se les acusa de trabajar o “servir con las dos manos” (pueden hacer el bien o el mal). El concepto de hechicería esta asociada al de “enviación” de enfermedad o muerte.

La base del comportamiento mágico es la manipulación y administración de lo “numinoso”, concepto utilizado por Rudolf Otto (1985). Este autor plantea que esto viene de las modalidades adoptadas por la experiencia religiosa en su vertiente irracional, la cual descubre en dios no una idea o noción abstracta, sino un poder terrible manifestado en la “cólera divina”. Así lo numinoso (de numen), de dios, es lo enteramente distinto al hombre cuya promesa característica es el “misterium”, lo oculto y secreto, lo que no es público, lo que no se concibe ni se entiende, lo que no es cotidiano ni familiar, este misterium es a la vez “tremendum" y "fascinans”.
SIDA Producto Numinoso o de Hechicería
Muchos africanos creen que las enfermedades y la muerte tienen una causa espiritual que obedece a una fuerza espiritual maléfica (Parrinder, 1980). Farmer (1989) documenta ampliamente en un estudio de Creencias, Comportamiento, Actitudes y Prácticas (CCAP) en torno al SIDA realizado en la aldea de Dokay (Haití) los siguientes hallazgos:

  • El SIDA es una enfermedad nueva.
  • Es una enfermedad fuerte asociada a la diarrea y a la tuberculosis.
  • Puede ser natural: contacto sexual, enfermedad de Dios (numinoso); no natural, enviación o hechicería.
  • Puede ser causada por un microbio o por sangre mala.
  • El SIDA tiene connotaciones políticas, asociado con el término “FORUM CEDHA” que es el grupo militar organizado en torno al ejército como maquinaria para propósitos electorales.
  • Otros conceptos se encuentran ligados a la mala suerte (azaramiento) y al castigo divino por “corrupción” moral de la gente (carácter “numinoso-tremendum”).
El gagá
Son organizaciones de carácter mágico religioso, que operan en la época de cuaresma regularmente (aunque no exclusivamente) en zonas donde hay ingenios azucareros. Tienen una organización jerárquica de tipo militar con rangos, títulos y mandos divididos. Su actividad incluye música, bailes, fenómenos de trance y se desplazan por áreas contiguas al lugar de origen (a veces se desplazan en camiones por lo que el radio de acción es de muchos kilómetros). Es una celebración de tipo carnavalesco donde participan, además de los miembros más activos, la mayoría de la comunidad. Durante ese periodo la relación marido-mujer en cierta medida desaparece y las actividades sexuales de los individuos que participan adquieren cierta libertad, en donde cada cual puede establecer relaciones sexuales con otros miembros del gagá o con otras personas de los residentes de los bateyes que visitan en su recorrido (Mañaná y Gamboa, 1989),
Definiciones operacionales
Variables predictoras: grupos étnicos (haitianos, arrayanos, dominicanos) y sexo (masculino, femenino).
Variables criterio: Factores ecológicos, Percepción de las relaciones sexuales y las ITS, Organización social, Conocimiento fáctico del SIDA, Amenaza percibida del SIDA, Impacto sentido del SIDA, Valor percibido de la acción preventiva, Potencial de reducción del impacto psicosocial del SIDA.
Hipótesis General
Existe una relación transitiva entre los tres grupos étnicos y el sexo, donde la marginalidad será mayor en los haitianos que en arayanos, y mayor en las mujeres que en hombres; entonces la amenaza percibida del SIDA, el valor percibido de la acción preventiva y el potencial de reducción del impacto psicosocial del SIDA exhibirán un comportamiento transitorio similar.
MÉTODO
Sujetos
Hombres y mujeres mayores de 15 años, presentes en la vivienda a la hora de la visita. En caso de que el sujeto elegido no estuviera en el hogar, ni el próximo inmediato en la lista, se procedió a encuestar el cónyuge que se encontraba disponible (esto ocurrió en menos del 5% de los casos).
Diseño
Se asume el modelo presentado por Sierra-Bravo (1988) por su amplitud monográfica, alcance temporal actual, relación con la práctica de tipo básica, naturaleza empírica de observación no-participante, y carácter analítico. Se aplicó un cuestionario tipo CCAP en torno al SIDA, al uso del condón y sistemas mágico-religiosos a una muestra seleccionada de las mismas comunidades del estudio base (Capellán y Reyes, 1990) para complementar sus resultados en las áreas comunitaria-social y psicológica. Desde el punto de vista metodológico, se estableció un nivel de confianza estadística de 95.5% y un margen de error muestral de 8%. El universo censado fue de 2, 914 sujetos, mientras que la muestra del estudio base fue de 397 participantes, de los cuales 201 (50.6%) eran hombres, y 196 (49.4%) mujeres.
Instrumentos
Para la elaboración del cuestionario tipo CCAP se utilizó el cuestionario de otras investigaciones en áreas de la epidemiología (Capellán y Reyes, 1990) y practicas mágico-religiosas (Silvestre, 1975-1989). El cuestionario consta de 175 reactivos; éste fue sometido a un juicio de expertos, entre ellos: psicólogos sociales, epidemiólogos, sociólogos, antropólogos y médicos. Se realizó un estudio piloto con 10 sujetos para refinar la validez del instrumento de medición.
Plan de Análisis
Frecuencia y porcentajes, la Chi cuadrada y coeficiente de contingencia.
RESULTADOS
En la presentación de los resultados se englobaron las variables evaluadas en cuatro bloques básicos: Factores ecológicos, Amenaza percibida del SIDA (APS), Valor percibido de la acción preventiva (VPA), Potencial de reducción del impacto psicosocial del SIDA (PRIPS).
Factores ecológicos
Con relación al tipo de vivienda, los hombres haitianos (60%) viven en barrancones, mientras los dominicanos en casas (68.6%), los arrayanos de ambos sexos están divididos más o menos igual entre casas y barrancones. La población general muestra una tendencia hacia las edades jóvenes. En relación al estado civil la mayor proporción en todos los grupos se concentra en la unión libre.
Respecto a la percepción de relaciones sexuales e ITS se encontró que el 58.1% considera que las relaciones sexuales solo se deben tener por placer, un 68.2% no considera que las relaciones sexuales sean “para embarazar a la mujer”. La posibilidad de transmitir una enfermedad a través del sexo, 83% respondió que sí; que podía ser el SIDA (49.9%), otras infecciones transmisión sexual (11.1%), enfermedades infecciosas (malaria, tuberculosis, diarrea), (17.2%); el 22.2% no contestó.
En cuanto a la organización social, creencias y prácticas mágico-religiosas se encontró que la comunidad tiene un alto conocimiento sobre la existencia de algún gaga en los bateyes. Ninguno de los haitianos afirmó pertenecer a ellos, pareciendo que este tipo de cofradía es más popular entre los arrayanos de ambos sexos. Las mujeres haitianas dijeron conocer hounganes en menor proporción que las arrayanas y que las dominicanas; las mujeres dominicanas afirmaron que sabían que el houngan curaba algún tipo de enfermedad más que las haitianas. Las mujeres dominicanas habían tenido relativamente más experiencias de posesión (trance) que los demás grupos (14%), el 59% había asistido a cultos, el 51% había conocido a hounganes y el 29% tenían otros familiares servidores de misterios. Entre los hombres y mujeres arrayanos el 62% y el 57% respectivamente habían asistido a cultos. El 54% de los hombres y el 50 de las mujeres arrayanas conocían un houngan.
En relación al conocimiento fáctico del SIDA, la totalidad de los dominicanos y arrayanos de ambos sexos habían oído hablar o conocían la enfermedad, mientras que entre los haitianos de ambos sexos la totalidad fue de 95%. La mayoría dijo que el SIDA no era un cuento para asustar a la gente, pero el 33% de los arrayanos piensa que sí, el 70% no cree que se cure y que tampoco se les pega a los que cuidan enfermos de SIDA. Sobre los modos de transmisión del SIDA, el 22% de los haitianos dice que no se transmite por la picada de mosquito, tampoco por la mala suerte (“estar azarao”), por tomar o bañarse en agua contaminada, el 41% por los alimentos o tocar alguien con SIDA. El 26% de los dominicanos dijo no se transmite por el mosquito, alrededor del 62% afirmó que por el agua o la mala suerte, por los alimentos o tocar una persona con SIDA. Las mujeres haitianas creen mas que las dominicanas que el SIDA se contrae por el agua, alimentos, la mala suerte y tocando a una persona con SIDA. Las demás comparaciones en los grupos no arrojaron diferencias significativas.
Valor percibido de la acción preventiva
El 80% considera que el SIDA no se contrae teniendo relaciones sexuales con personas de confianza. El valor percibido del condón como acción preventiva pudo destacar que el 85% de los sujetos conocían del método de barrera. El 85% dijo que servía para evitar enfermedades, el 38% sabe que es un método anticonceptivo, mientras el 12% no sabía para qué servía.
En cuanto a la idea de que el condón “quita fuerza” al hombre, las mujeres haitianas creen esto más que las arrayanas y que las dominicanas. Las mujeres haitianas creían que el condón implica una masculinidad disminuida más que los hombres haitianos, que las mujeres arrayanas y que las dominicanas. Las mujeres haitianas también presentaron una tendencia mayor que los demás grupos a pensar que el condón se puede quedar dentro de la vagina.
Potencial de reducción del impacto psicosocial del SIDA
Las mujeres dominicanas creen más que las haitianas que al enfermo de SIDA se le debe decir que tienen esta enfermedad. Los dominicanos son quienes presentan una mayor tendencia a pensar que debe ayudarse a los enfermos de SIDA. Igual tendencia mostraron las dominicanas y haitianas. Más del 85% considera que el enfermo de SIDA es diferente a un enfermo con otras dolencias. Tanto haitianos como dominicanos consideraron que si se contagiaran del SIDA irían al médico, mientras que entre los arrayanos predominaron las respuestas negativas (v.g., matarse, aislarse o esperar la muerte).
En cuanto ayudar a morir un enfermo de SIDA no se encontró diferencia significativa entre los grupos. El destino que debía dársele a la ropa de los muertos de SIDA, los haitianos de ambos sexos respondieron que “botarlas”, mientras que entre los arrayanos y dominicanos fue “quemarlas”.
Los dominicanos de uno y otro sexo tienen mayor acceso a alguien que les dé apoyo y los cuide en caso de enfermedad que los las haitianos. No se evidenció diferencia significativa entre los grupos en cuanto a si visitarían a un amigo o amiga con SIDA. Los dominicanos están más dispuestos a dedicar parte de su tiempo a ayudar enfermos de SIDA. Los dominicanos tuvieron una tendencia mayor que los haitianos a considerar que el respeto por la familia se perdía por tener un enfermo de SIDA. Los hombres dominicanos consideraron más que los haitianos que asistirían a un entierro de un muerto de SIDA. Los haitianos creen menos que los arrayanos y dominicanos que debe decirse si la persona murió de SIDA.
DISCUSIÓN

De acuerdo con la hipótesis de trabajo planteada en la presente investigación, las diferentes dimensiones: amenaza percibida del SIDA (APS); valor percibido de la acción preventiva (VPA); y potencial de reducción del impacto psicosocial del SIDA (PRIPS) diferirían como una función del origen étnico y del sexo de los grupos intervenidos, fundamentalmente debido a la situación de marginalidad diferencial en la cual están sometidos. Esta marginalidad pudo observarse en términos de las condiciones de vivienda, más precarias en los haitianos, quienes en términos generales eran de mayor edad y tenían un conocimiento escaso sobre la forma en que el SIDA no se transmite. Las diferencias fueron más notables en las mujeres haitianas, quienes reflejan niveles de conocimiento más pobres que los demás grupos.
Sin embargo, no se encontró suficiente evidencia que permitiera comprobar que los arrayanos y dominicanos de ambos sexos difirieran marcadamente entre si en las variables más importantes del estudio. En términos de la amenaza percibida del SIDA, las mujeres haitianas exhibieron menos conciencia de su susceptibilidad; en general los dominicanos mostraron mayor cambio en comportamiento frente a la amenaza del SIDA, particularmente los hombres. El conocimiento de personas enfermas o fallecidas dentro de la epidemia también fue mayor entre dominicanos y arrayanos. Se pudo observar que el SIDA no es percibido como una enfermedad que pueda causar una muerte inmediata. Al mismo tiempo, prácticamente la totalidad de la muestra manifestó estar dispuesta hacerse la prueba de detección de anticuerpos al VIH, si esta se le ofreciera gratuitamente.
En relación al valor percibido de la acción preventiva (VPA) se encontraron niveles altos de conocimientos sobre los métodos preventivos; particularmente ni la higiene ni los luases representan una protección efectiva, mientras las relaciones monogámicas y/o con personas de confianza suponen una menor probabilidad de exposición al VIH. El conocimiento sobre el uso del condón como medida preventiva y/o anticonceptiva fue alto aunque entre los haitianos de ambos sexos el nivel de rechazo fue mayor que entre los dominicanos y los arrayanos.
Igualmente el uso del condón, por lo menos en una de las últimas cinco relaciones sexuales, fue mayor entre estos dos grupos que los haitianos, observándose que las mujeres decían gustar de esto método menos que los hombres. En general, el rechazo del uso del condón supera el 60% de la muestra. Las mujeres haitianas consideraron más que los otros grupos que el condón reduce la potencia y la masculinidad, a la vez que puede quedarse en la vagina.
Diferencias importantes fueron observadas particularmente entre los haitianos y los otros dos grupos en cuanto al potencial de reducción del impacto psicosocial del SIDA. Las mujeres dominicanas consideraban más que las haitianas que debía ayudarse a una persona que vive con SIDA. Sin embargo, los haitianos y los dominicanos favorecieron más como respuesta acudir al médico en caso de enfermar, en tanto alrededor de la mitad de los arrayanos tendía a exhibir respuestas negativas en caso de enfermar.
Los dominicanos expresaron contar con apoyo social en mayor proporción que los haitianos y presentaron mayor disposición que éstos a dedicar parte de su tiempo libre a cuidar PVVS. Paradójicamente, los hombres dominicanos más que los haitianos y que las mujeres dominicanas tendieron a sugerir que el SIDA era una condición estigmatizarte, por cuanto consideraban que se perdía respeto a la familia que albergaba a una PVVS. Las mujeres haitianas, por su parte, exhibieron una mayor tendencia a permanecer con una persona moribunda y a creer menos que se deba dejar en manos de sus vecinos para facilitar su muerte.
En base a estos hallazgos, la hipótesis general del estudio se acepta parcialmente, en el sentido de que los haitianos exhibieron niveles menores de APS, VPA y PRIPS que los demás grupos. Sin embargo, no se encontró suficiente evidencia de que los arrayanos y los dominicanos difirieran significativamente en la inmensa mayoría de las variables.
CONCLUSIONES
Evaluando las dimensiones amenaza percibida del SIDA (APS), valor percibido de la acción preventiva (VPA) y el potencial de reducción del impacto psicosocial (PRIPS), hemos podido evidenciar ciertas diferencias importantes entre dominicanos, arrayanos y haitianos (notándose cierta tendencia a la transitividad, donde los más “marginados” fueron los haitianos y los menos los dominicanos).
Desarrollando un plan de educación apropiada al contexto cultural de los bateyes, podría reducirse el impacto del SIDA; abriendo programas de educación para la salud con participación comunitaria para el establecimiento de una red solidaria de atención primaria en salud. El establecimiento de esta red permitiría la implementación de un programa de tamizaje universal del VIH para toda población sexualmente activa en bateyes con propósitos preventivos (detección y transmisión del SIDA, apoyo emocional y seguimientos clínicos a las PVVS).
RECOMENDACIONES
Investigaciones similares en bateyes localizados en otras áreas geográficas del país, con reconocida actividad mágico-religiosa, además profundizar en los aspectos de las religiones tradicionales no desarrollados en esta investigación (como sería la influencia de las iglesias protestantes en los bateyes); y finalmente trabajar en la integración de los líderes comunitarios, maestros, parteros, curanderos, curiosos, servidores de misterios, dueños de gagas a la lucha por la salud y la vida.

BIBLIOGRAFÍA

Capellán M., Reyes L., De Moya EA, Koenig E. (1990). Seroepidemiologia del VIH y el HTLV-1 en Nueve Bateyes de la República Dominicana. VI Congreso Internacional del SIDA. San Francisco, California,

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Hurbon L. (1978). Dios en el Vudu Haitiano. Buenos Aires: Castañeda.

Kreniske J. (1990). A proposal for Anthological Field Work in the Bateyes of the Dominican Republic in Support of Epidemiological and Serological Surveys and Intervention Efforts. New York: Columbia University.

Mañaná M., Gamboa A. (1989). Proyecto Introducción del Condón en los Bateyes. Santo Domingo. PROCETS. Inédito.

Metraux A. (1973). Religión y Magias Indígenas de América del Sur. Madrid: Aguilar.

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Sierra-Bravo R. (1986). Tesis Doctorales y Trabajos de Investigación Científica. Madrid: Paraninfo.

Silvestre, E. (1989). Brujería y Psicoterapia de Grupo: El Sabio Otilio. Santo Domingo. Manuscrito inédito.

Silvestre, E. (1975). Psicoterapia, Atribución y Brujería en la Republica Dominicana, en Investigación y Ciencia. 1(2):105-113.




[1] Tesis de Maestría en Psicología, Departamento de Psicología, Facultad de Humanidades, UASD.
[2] Este trabajo de investigación fue asesorado por el profesor E. Antonio De Moya. El autor agradece al Lic. Julio Arturo Canario por su contribución a la redacción del presente resumen.  
[3] El “batey” es un término taíno que designaba el juego de pelota aborigen y el espacio en que jugaban.

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