martes, diciembre 09, 2008

Noticias del Frente VIH-1 064

Aprender es Vivir: Validación de un currículum de educación popular para la prevención del SIDA en adolescentes. (1997) [*]
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De Moya EA, Ureña D, Abel A, Castellanos C.
Instituto de Sexualidad Humana (ISH), Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Santo Domingo, República Dominicana.

Introducción

Un estudio realizado en 1994-1995 por el equipo de investigación del Instituto de Sexualidad Humana como parte de un estudio etnográfico de cinco países para la Organización Mundial de la Salud (OMS) en comunidades de menor y mayor impacto de SIDA en Santo Domingo, encontró que sus habitantes manifestaban claramente la necesidad de implementar un Programa Nacional de ETS/SIDA (PNS), más a tono con la magnitud creciente de una epidemia que discurre como un mal escondido en nuestro país.

Los líderes comunitarios, familias ocupacionales de la industria del sexo, y familias afectadas o no por el VIH en estas comunidades, querían un PNS más creativo, continuo, comprometido, cara a cara y casa por casa, que trascendiera la cuestionable, y tal vez poco responsable, influencia exclusiva de la televisión y la radio para prescribir los cambios necesarios en los comportamientos de riesgo de la población vulnerable.

Querían, en fin, un programa elaborado, validado y conducido por ellos mismos, por sus organizaciones de base comunitaria, que llegara al corazón de todos/as los dominicanos/as en sus propios hogares y lugares de encuentro.

Un análisis de los materiales educativos sobre SIDA elaborados en el país durante los últimos doce años, llevó a nuestro equipo a descubrir que éstos eran bastantes redundantes y reiterativos en sus mensajes, a pesar de su aparente multiplicidad y de intentar hacer la segmentación para grupos específicos de población.

Más aún, la temática resultaba sumamente restringida, limitándose en el mejor de los casos, a buscar cambios de conducta entre el agente (VIH) y el huésped (persona) como forma de reducir el riesgo de infección, haciendo poco énfasis en los aspectos relacionados con la promoción de una nueva cultura de la sexualidad basada en una acción e interacción social que pudiese competir favorablemente con el riesgo de infección.

De esta primera fase, concluimos que existía en nuestro país, y probablemente más allá de nuestras fronteras, la necesidad de forjar nuevas armas para combatir al VIH/SIDA, no desde el aire a través de las hondas hertzianas, ni siquiera desde la superficie de la información y "educación", muchas veces unilateral y paternalista, cuando no puritana y moralizadora, sino desde los planos soterrados y clandestinos que transita la epidemia, a través de una conceptualización más avanzada, desclandestinizadora y transformadora, así como de una tecnología educativa participativa e innovadora para la acción preventiva.

Método

Nuestra respuesta, en primer lugar, consistió en iniciar la construcción de un modelo de intervención. En términos generales, una serie de conceptos y técnicas tales como Conocimiento del Cuerpo Humano, Epidemiología del VIH/SIDA, Respuesta ante la Epidemia, Asociacionismo Juvenil, Práctica de la Organización Comunitaria, Investigación-Acción Participativa, Autogestión de Recursos y Ejercicio de la Solidaridad, fueron articulados entre sí para intentar impactar el curso de la epidemia.

En segundo lugar, se decidió tras consultas con especialistas en tecnología educativa, que el sistema de instrucción modular (Arenas Vargas, Velasco y Serrano, 1981), para grupos pequeños (Isunza, 1981), sería el más prometedor y eficiente para esta tarea.

El resultado inicial ha sido una serie de siete módulos educativos para adolescentes (14-19 años) titulada "Aprender es Vivir", producida por el Instituto de la Sexualidad Humana (ISH) de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, con la asistencia técnica y financiera del USAID/RD, a través de su Proyecto AIDSCAP/Family Health International (FHI).

Los títulos de los módulos y sus objetivos terminales aparecen en la siguiente tabla:
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Pulse sobre la tabla para ampliar

Estos módulos constituyen el principal material de apoyo del "Proyecto Fortalecimiento de la Respuesta Familiar y Comunitaria ante el VIH/SIDA", (VIH*DA) del ISH y 62 organizaciones comunitarias de Santo Domingo Oriental y Occidental y San Pedro de Macorís, auspiciado por el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (CIID) de Ottawa, Canadá.

Un módulo educativo es una unidad educativa completa que nos sirve para aprender y enseñar sin que sea necesaria la presencia permanente de un maestro o maestra. Se construye alrededor de un problema específico que nos aqueja y que buscamos resolver.

Para preparar cualquier módulo debemos documentarnos, investigar y conocer bien todos los puntos de vista sobre el problema que nos interesa resolver. El módulo puede servir para aprender individualmente o en grupos pequeños, siendo esta última forma preferible, ya que aprendemos tomando en cuenta la influencia social.

A la vez podemos ayudar a personas que no saben leer muy bien a entenderlos. Se pretende que los adolescentes adiestrados puedan elaborar y validar nuestros módulos según sus necesidades.

La instrucción modular se guía por cuatro principios básicos:

1. Participación activa: Debemos participar activamente en todo el proceso de aprendizaje para alcanzar los objetivos del módulo entre todos al mismo tiempo.

2. Ritmo propio: Cada grupo avanza a su propio ritmo, según su motivación, dedicación y rendimiento.

3. Ofrecer el contenido en pequeñas dosis: Los contenidos son ofrecidos poco a poco, para que podamos discutirlos y entenderlos bien.

4. Evaluación permanente: Cada Actividad de Aprendizaje del módulo se evalúa, para ver cómo vamos alcanzando los objetivos. Así, cada grupo sabe cuánto ha aprendido antes de terminar el módulo.

En la instrucción modular hay dos actores principales: El Grupo de Aprendizaje y el/la facilitador/a. El Grupo de Aprendices de Líderes puede estar formado por amigos y amigas, parientes, vecinos, compañeros de estudios, de iglesia o de trabajo de los adolescentes.

Pueden invitar a 5-7 de ellos a formar un grupo de aprendizaje modular. Al principio, cada miembro del grupo verá los objetivos desde su propio punto de vista (ideas, actitudes, conocimientos y experiencias personales).

A través de la comunicación, escuchando y hablando sin temor, estos puntos de vista se confrontan y se va construyendo un punto de vista común. Esto facilita la comunicación y enriquece los puntos de vista individuales, respetando las diferencias de pensar, sentir y actuar.

Por su parte, el facilitador es una persona informada que invita a grupos de adolescentes a alcanzar juntos objetivos comunes de aprendizaje. Tiene una misión parecida a la de un maestro o maestra.

Sin embargo, en la enseñanza modular el protagonista del aprendizaje es cada uno de los miembros del Grupo de Aprendices, no el/la facilitador/a.

Esta persona debe:

1) ayudar a identificar y superar el temor y la desconfianza que provocan las situaciones nuevas a los miembros del grupo de aprendices;

2) encontrar y quitar los obstáculos que hacen difícil que el grupo cambie;

3) facilitar la comunicación, la participación de todos y la confrontación de todos los puntos de vista;

4) animar al grupo a organizarse e investigar, sin convertirse en la única fuente de información, ni hacer por el grupo lo que el grupo pueda hacer solo. Cuando sea necesario, el grupo debe auxiliarse de personas conocedoras del problema que nos interesa.

Resultados
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La validez del contenido y la forma de los módulos fue establecida en diversos talleres formativos. Inicialmente con 24 líderes de las organizaciones comunitarias de base de las áreas más impactadas por el SIDA en Santo Domingo (Herrera, Los Mina Norte, Sabana Perdida, Los Tres Brazos) y San Pedro de Macorís (ciudad e Ingenio Consuelo), y representantes del sector religioso (católicos, protestantes y judíos).

Se discutió y aprobó un marco teórico básico, y se decidieron las características comunicativas que debían tener los módulos en términos de tono, familiaridad, personajes, dinamismo, propiedad cultural, adecuación a población meta, ilustraciones, color.

Una versión preliminar fue validada con un grupo de 18 pastores y líderes laicos para determinar su aceptabilidad para las iglesias cristianas. Estos solicitaron que en la edición definitiva se incluyeran citas constructivas de las Escrituras para poder usar en mejor forma los módulos en las Escuelas Bíblicas y en reuniones de familia, para llevar también a los padres la instrucción con un nuevo ingrediente de superación espiritual.

Un grupo de 12 personas que viven con VIH/SIDA contribuyó a validar la serie para esta población, en particular lo relativo a la solidaridad, la compasión, el apoyo emocional y sanitario en el hogar, y la preparación para el desenlace.

Con 30 médicos, enfermeras, bioanalistas, antropólogos, sociólogos y maestros expertos en SIDA se validó el contenido técnico en cuanto a corrección, actualidad y comprensibilidad. Con 12 activistas comunitarios se discutió la aplicabilidad del proyecto en términos operativos. Con 24 adolescentes representantes de las diversas comunidades involucradas se evaluó el interés en el tema, la lengua y la cultura juvenil. Los grupos hicieron énfasis en la necesidad de elaborar módulos que llenen otras necesidades.

Conclusión

Adolescentes están desarrollando su solidaridad y adiestrándose como líderes comunitarios en la prevención del SIDA. La co-responsabilidad de las organizaciones comunitarias ha aumentado al contar con nuevas herramientas y personal.

La transmisión en reversa de cultura (de adolescentes a sus padres) en reuniones familiares puede ayudar a llenar la necesidad de educación sobre sexualidad y SIDA en los hogares, las escuelas, las iglesias y las comunidades.

Esto resolvería el conflicto sobre si el hogar o la escuela deben ser los ámbitos donde debe comenzar esta acción, ya que los padres y los hijos podrían aprender juntos, no sólo cómo enfrentar al SIDA sino también como mejorar la comunicación interpersonal, la integración familiar, y la solidaridad para contribuir al desarrollo social y cultural de su comunidad.

Referencias

Arenas Vargas M, Velasco R, Serrano R. (1981). El sistema modular y la enseñanza de la medicina veterinaria y zootecnia. Xochimilco, México: Universidad Autónoma Metropolitana.

De Moya EA, Ureña D y Abel A. (eds.). (1997). Aprender es Vivir. Serie de módulos educativos sobre VIH/SIDA para adolescentes. Santo Domingo: Instituto de Sexualidad Humana/Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Isunza M. (1981). El Grupo de Trabajo Académico en la Educación Modular. Xochimilco, México: Universidad Autónoma Metropolitana.

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Notas

[*] Trabajo presentado originalmente en la V Conferencia Panamericana de SIDA. Lima, Perú, 3-6 diciembre, 1997, y publicado en M Brea de Cabral y E Rodríguez (eds.). Treinta años de Psicología Dominicana: Pasado, presente y futuro. Santo Domingo: UASD (1998).

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Adolescentes cristianos llamando al SIDA por su nombre: evaluación cualitativa de la serie de módulos educativos “Aprender es Vivir”. (2004) [*]
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Adolescentes cristianos muestran gozosos la serie de módulos en una escuela

Loida Pérez 1, Rachel Wall 2, Juan E. Félix 1, Oscar Pérez 1, E. Antonio de Moya 3.
1 Programa Solidaridad en el Evangelio con la Prevención del SIDA (ProSolidaridad)
; 2 Asuza Pacific University, Los Angeles, California; 3 Consejo Presidencial del SIDA (COPRESIDA). Nagua y Santo Domingo, República Dominicana.
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Introducción
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En 1996, un conjunto de iglesias, denominaciones e instituciones cristianas de servicio de República Dominicana [**], conjuntamente con el Instituto de Sexualidad Humana de la UASD, y unas 24 organizaciones de la sociedad civil interesadas en la educación de VIH/SIDA de adolescentes de 14-19 años, elaboraron y validaron la serie ilustrada de módulos interactivos de instrucción grupal “Aprender es Vivir” de 160 páginas a color.
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El documento fomenta el autocuidado personal, el conocimiento básico sobre la infección, el valor de la afiliación a las organizaciones comunitarias para promover el liderazgo y el desarrollo comunitario, la solidaridad con las personas que viven con VIH/SIDA (PVVS) y la importancia de la investigación-acción participativa (IAP), así como también la educación grupal autodidáctica.
El proceso de elaboración, validación y publicación de este material se completó para el último trimestre de 1997 con el apoyo financiero de AIDSCAP/USAID, juntamente con el desarrollo de una “Teología del SIDA” sustentada en la esencia de varios principios cristianos básicos:

1. Como criatura de Dios y co-creador con El, el ser humano posee dignidad;

2. La sexualidad es un regalo de Dios;

3. El cuerpo humano es Templo del Espíritu Santo;

4. Tenemos la misión profética de salvar vidas;

5. El Evangelio es solidario con el ser humano y la justicia social y económica;

6. La espiritualidad es una praxis profundamente transformadora.

Los módulos educativos y la teología del SIDA se corresponden entre sí para producir la herramienta que nos permite compartir la experiencia de una respuesta comunitaria de las iglesias cristianas al desafío del VIH/SIDA. Estos son:

1. Conozcamos Nuestro Cuerpo: Describe las principales partes del cuerpo humano y su espiritualidad, identifica los órganos sexuales y reproductivos, enumera las reglas de nutrición, higiene, ejercicios y descanso como elementos necesarios para mantener la salud, y enfatiza la importancia de la educación sexual.

2. La Epidemia del Siglo: Describe la situación nacional e internacional del SIDA, identificando los medios de transmisión del VIH y el progreso de la infección del VIH/ SIDA.

3. Todos Somos el SIDA; Explica el significado social de ser VIH/ positivo, la forma en que impacta a las familias, y el tratamiento social que dispense la comunidad a las personas infectadas por el VIH.

4. La Juventud se Organiza: Valora la importancia de la práctica organizativa en el desarrollo comunitario, promoviendo la creación y el reforzamiento de organizaciones que actúen como Facilitadoras en la prevención del SIDA.

5. Solidaridad en el Dolor: Comunica cómo se sienten las personas cuando saben que son VIH positivas, y la forma de encarar el proceso y la fase terminal de la enfermedad.
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6. Quien Busca Encuentra: Enuncia los principios básicos de la investigación-acción participativa, identificando los recursos humanos y encontrando actividades que den soporte a la prevención del SIDA.
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7. Guía para Facilitar el Aprendizaje: Enfatiza y explica los principios más importantes de la instrucción modular, reconoce los criterios necesarios para ejercer el papel de Facilitador, y provee ejercicios adicionales para conducir las sesiones de adiestramiento.
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A partir de este momento se inició un proceso de promoción y socialización con los líderes cristianos y comunitarios. Para 1999, pudimos publicar la segunda edición de la serie “Aprender es Vivir” con el apoyo financiero de PREVIHSA y el proyecto AcciónSIDA, acompañado de un plan de capacitación para pastores/as, líderes laicos y comunitarios, así como también a jóvenes mayores de 19 años en las provincias de San Juan de la Maguana, La Romana, Neyba, San Francisco de Macorís, San Pedro de Macorís, Santo Domingo (Herrera y Ensanche Luperón), así como en Nagua-María Trinidad Sánchez y Villa Altagracia.
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Método
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Los módulos educativos han sido usados desde 1997, pero hasta ahora no se contaba con una evaluación formal de la utilidad de estos materiales para los adolescentes.
Se realizó un estudio exploratorio a través de entrevistas semiestructuradas a 18 adolescentes de uno y otro sexo, Facilitadores/as sociales de ProSolidaridad en seis comunidades rurales de María Trinidad Sánchez-Nagua, de 22 localidades de la provincia donde se han realizado talleres formativos de VIH/SIDA en 1,818 adolescentes y más de un millar de pastores/as y líderes laicos/as y comunitarios/as adultos/as desde agosto de 1999. Para estos talleres, se utilizó la serie “Aprender es Vivir”.

Se midió la percepción de las fortalezas y debilidades de los módulos, la utilidad percibida y el uso concreto que se les está dando, la actitud que hacia la acción preventiva con grupos de jóvenes no cristianos, el desarrollo de destrezas de elaboración de nuevos módulos, sugerencias de nuevos temas de interés, adecuación de los recursos de apoyo financiero, e ideas para mejorar el programa.

La implementación del proyecto se basa en dos estrategias fundamentales:
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1. Sensibilización de los y las pastores, líderes laicos y comunitarios;
2. Integración de la Iglesia con la comunidad;
3. El trabajo se realiza a través de reuniones, conferencias y talleres de capacitación con esta población. En este proceso estos líderes asumen responsabilidades para reclutar y capacitar a jóvenes, que a su vez capacitan y llevan información cara a cara a sus iguales en sus comunidades, escuelas e iglesias.
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Introdujimos el programa a través de las asociaciones de pastores en las provincias, teniendo reunión con la directiva de la asociación y luego con los pastores y líderes para integrar así a las diferentes denominaciones.
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Los pastores, líderes laicos y comunitarios, luego de ser capacitados en el primer taller, tienen la responsabilidad de buscar y capacitar adolescentes de 14-19 años. Los y las adolescentes informan a otros jóvenes y deben crear grupos que se transforman en Clubes Juveniles de Salud; además tienen la responsabilidad de compartir la información con sus tutores. Simultáneamente, también los pastores y líderes trabajan con los padres y madres de estos adolescentes.
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Resultados
Los adolescentes entrevistados continúan educando a hermanos, vecinos y amigos en la escuela, en la iglesia y en la comunidad. Expresan que esta serie de módulos “les enseña a llamar al SIDA por su nombre”, a conocer cosas que no sabían y cómo transmitirlas a otros, a proteger la persona en su vida sexual, y aceptar y apoyar a las personas que viven con la infección. Buscan interesar a los jóvenes mayores, considerados como de mayor riesgo.

El estudio de la serie de módulos les ayuda a comunicarse con sus padres sobre lo aprendido y a su vez, éstos se comunican con los padres de los amigos de sus hijos. Así trabajan de manera solidaria y no excluyente en la comunidad con grupos no cristianos, por amor a nuestro Señor Jesucristo.

La Teología del SIDA, junto a los módulos educativos, genera gran entusiasmo entre pastores, líderes, adolescentes y jóvenes, lo que permite a las iglesias participar en la lucha contra el VIH/SIDA con una visión cristiana integral del SER HUMANO considerada dentro de la misión de la Iglesia.

Conclusiones

La instrucción modular, aplicada a la educación sobre VIH/SIDA de adolescentes cristianos en República Dominicana se ha convertido en una importante puerta de entrada a la comunicación educativa profunda e informada en éstos y sus hermanos, padres, vecinos, amigos, compañeros de estudios y de religión, así como con otros jóvenes que no necesariamente comparten sus creencias espirituales.

Igualmente la serie ha servido para reducir prejuicios sobre la enfermedad y sobre grupos comunitarios y ha aumentado el interés y la preocupación por el bienestar de los demás, fomentando la solidaridad y creando destrezas de comunicación y liderazgo entre ellos, e incorporando nuevos hábitos de salud.
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Recomendaciones
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1. Los adolescentes que trabajan en prevención de la infección VIH necesitan más apoyo económico para lograr una mejor integración y sostenibilidad de los grupos, para ampliar el proyecto y evitar la deserción de los grupos con menos recursos.
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2. Incentivar las reuniones modulares de familias como herramienta de comunicación interpersonal y de integración y diferenciación familiar.
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3. Continuar la elaboración de módulos educativos con los adolescentes según sus temas de interés prioritario, tales como problemas juveniles, violencia familiar, y prevención del abuso de drogas.
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4. La serie de módulos “Aprender es Vivir”, podría ser fácilmente adaptada, ilustrada y traducida a bajo costo para adolescentes de 14-19 años a las diversas realidades culturales y lenguas locales a lo largo de la cuenca del Caribe.
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Notas
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[*] Trabajo presentado en la conferencia “El Caribe, varios idiomas y muchas culturas, unido para combatir el VIH/SIDA”, Santo Domingo, 5-7 de marzo 2004.
[**] ProSolidaridad incluye a la Iglesia Episcopal Dominicana, Iglesia Evangélica Dominicana, Iglesia Asamblea de Dios, Iglesia Metodista Libre, Iglesia Buenas Nuevas, Iglesia de Dios, Servicio Social de Iglesias, Fundación Evangélica Universitaria, Universidad Nacional Evangélica (UNEV), Confederación Dominicana de Unidad Evangélica (CODUE), Confraternidad Evangélica Dominicana (CONEDO), Sociedad Bíblica Dominicana, y Red Pastoral.
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Nota de epistheme
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Hasta la fecha, más de 40 mil ejemplares de los módulos han sido publicados y distribuidos, mayormente a profesores y profesoras de las escuelas publicas.

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