Por: Carlos Ayala Ramírez
ALAI AMLATINA, 09/09/2014.- Una reciente
investigación del Banco Mundial busca dar una respuesta fundamentada a esta
pregunta: ¿quiénes son los profesores de América Latina y el Caribe? En
principio, hace una apreciación cuantitativa: “Cada día, más de 7 millones de
profesores se presentan a trabajar en las aulas de toda América Latina y el
Caribe. Estos hombres y mujeres representan el 4% de la fuerza laboral total de
la región y más del 20% de los trabajadores técnicos y profesionales. Sus
salarios absorben aproximadamente el 4% del producto interno bruto (PIB) de la
región”. Luego, nos habla de sus diferenciadas condiciones de trabajo, desde
escuelas rurales de una sola aula con paredes de adobe hasta establecimientos
de primera calidad. Y lo más decisivo: a los profesores se les reconoce cada
vez más como actores clave en los esfuerzos de la región por mejorar la calidad
y los resultados educativos.
El
estudio sostiene que la calidad docente es necesaria y urgente, porque en el
mundo actual se están transformando los objetivos de los sistemas educativos
nacionales, dejando de lado la mera transmisión de datos y la memorización,
para centrar el interés en las competencias de los estudiantes; es decir, el
desarrollo del pensamiento crítico, la capacidad de resolver problemas y la
disposición al aprendizaje permanente. En un segundo momento, la investigación
ahonda en las características y el desempeño de los maestros en nuestra región.
El panorama es inquietante. Tres de los seis rasgos señalados en el informe son
los siguientes.
En
su mayoría son mujeres de posición socioeconómica relativamente baja. Cerca del
75% de los profesores de América Latina son mujeres, pero el rango va desde un
62% en México hasta un 82% en Uruguay, Brasil y Chile. Asimismo, los datos
sobre ingreso a las universidades muestran que los estudiantes que cursan
carreras relacionadas con la educación pertenecen a un estrato socioeconómico
más bajo y tienen más probabilidades de situarse en la primera generación de
sus familias que tenga estudios universitarios, que quienes ingresan en otras
carreras. Por otro lado, en la mayor parte de América Latina, el
cuerpo docente está envejeciendo. En Perú, Panamá y Uruguay, el
profesor promedio tiene más de 40 años; los cuerpos docentes más jóvenes de la
región, en Honduras y Nicaragua, tienen en promedio 35 años.
Elevados
niveles de educación formal, pero escasas capacidades cognitivas. La investigación
plantea que la educación formal de los profesores ha continuado incrementándose
en toda la región. En 1995, solo el 19% de los profesores primarios de Brasil
tenía título universitario; en 2010, la proporción era del 62%. En los 10
países de América Latina y el Caribe para los cuales se dispone de datos
comparables extraídos de las encuestas de hogares, el nivel de educación formal
de los profesores es más alto hoy día que el de los restantes trabajadores
profesionales y técnicos, y considerablemente más alto que el de los
oficinistas.
No
obstante, el incremento en la educación formal se ve socavado por las
evidencias que indican que, en América Latina, quienes ingresan a las carreras
pedagógicas son académicamente menos sólidos que el conjunto general de los
estudiantes de la educación superior. Los alumnos de 15 años que manifiestan
estar interesados en la docencia tienen puntajes mucho más bajos en las pruebas
del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes. Los datos
extraídos de los exámenes de ingreso a las universidades reflejan un panorama
similar. En Chile, los estudiantes que se postulan para ingresar a los
programas de educación docente obtienen un promedio de 505 en la prueba de
selección universitaria; el promedio de los estudiantes de derecho es 660; el
de los de ingeniería, 700, y en medicina, 745.
Por
otra parte, el informe apunta que son pocos los estudios directos dedicados a
cuánto saben los profesores latinoamericanos sobre los temas que enseñan, pero los
trabajos existentes muestran una inquietante desconexión entre los títulos
formales de los profesores y sus habilidades cognitivas. Nada menos que
el 84% de los profesores de sexto grado de Perú obtuvo puntajes inferiores al
nivel 2 en una prueba hecha en 2006, en la que el nivel 3 equivalía al dominio
de los conocimientos matemáticos correspondientes a sexto grado. En las pruebas
efectuadas en Colombia, Ecuador y Chile para medir el dominio de los
contenidos, menos del 3% de los profesores obtuvo puntajes considerados
excelentes.
Salarios
relativamente bajos. En términos mensuales, los salarios docentes de 2010
fueron entre un 10% y un 50% más bajos que los de otros trabajadores
profesionales “equivalentes”, proporción que se ha mantenido durante
toda la década de 2000. Los salarios docentes aumentan con mucha lentitud,
mientras que otros trabajadores obtienen mejoras salariales a medida que
acumulan experiencia. En la educación se observa también una escasa
diferenciación salarial comparada con otros sectores: independientemente de la
capacidad, el talento y la experiencia, al obtener un empleo en la docencia, el
individuo se asegura un salario que se moverá dentro de un rango relativamente
estrecho, con escaso riesgo de percibir un salario muy bajo o decreciente, pero
también con pocas probabilidades de obtener un sueldo alto.
En
consecuencia, se sugiere aumentar los salarios en algunos países para que el
sueldo promedio de los profesores excelentes adquiera competitividad o no la
pierda. Pero se advierte que los aumentos de salario solo provocarán una mejora
en la calidad si van acompañados de políticas dirigidas a incrementar la
selectividad de los programas de educación docente.
Algunas
de las conclusiones más importantes del estudio: (1) la baja calidad promedio
de los profesores de América Latina y el Caribe es la principal limitación que
impide el avance educativo en la región; (2) la calidad de los profesores de la
región se ve comprometida por un pobre manejo de los contenidos académicos y
por prácticas ineficaces en el aula; y (3) en la actualidad ningún cuerpo
docente de la región (con la posible excepción de Cuba) puede considerarse de
alta calidad en comparación con los parámetros mundiales.
Así,
de nuevo se plantea la necesidad de implementar políticas educativas orientadas
a darle centralidad a la calidad docente. Y de nuevo se nos recuerda que por
encima de la infraestructura, la tecnología y el número de estudiantes por
aula, un buen profesor es quien puede garantizar el éxito de un proceso de
aprendizaje, al igual que uno malo puede asegurar su fracaso. Y de nuevo
debemos recordar al grupo del Banco Mundial que sus políticas económicas, en
determinadas circunstancias y condiciones, también socavan el rol del Estado
como proveedor de bienes y servicios de calidad, en ámbitos estratégicos de la
sociedad, como la educación.
- Carlos Ayala Ramírez, director de Radio
YSUCA
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La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).
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