¿Salirse del
euro? El caso de Grecia
Foto: Fuente externa
Por: Vicenc
Navarro, revista digital
SISTEMA, 15 de febrero de 2013
Este artículo analiza la postura del mayor partido de
la oposición en el Parlamento griego, el partido Syriza, referente a la
continuidad y permanencia de Grecia en la Eurozona. El artículo
señala que, aún cuando es posible, es poco probable que la estructura de
gobierno del euro permita los cambios propuestos por tal partido. Ello haría
aconsejable que Syriza, cuando gobierne, considerase la alternativa de salirse
del euro, utilizando tal medida como una táctica para reforzar la postura de
Grecia versus el establishment de la Eurozona.
Alexis Tsipras, el dirigente del partido Syriza de
Grecia, ha visitado Estados Unidos dando charlas en varios centros académicos y
grupos de reflexión, presentando las propuestas de su partido para que su país
salga de la enorme crisis en la cual se encuentra. Tal partido es el que tiene
más apoyo popular, y es probable que gane las próximas elecciones. En realidad,
el crecimiento de tal partido ha sido espectacular, pasando de contar con el
apoyo de sólo el 4,6% de la población en 2009 al 27% en 2012.
Estoy ahora en EEUU, dando clases en la Universidad
de Hopkins. Y tengo que decir que oír a Tsipras ha sido un aliento de aire
fresco. La característica de su análisis es que sitúa las raíces del problema
en la estructura de poder existente en Grecia (que originó y reproduce las
causas de la crisis) así como en las políticas neoliberales promovidas por la
Troika –la Comisión
Europea , el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario
Internacional- que tienen aquel país ahogado y maniatado, políticas
desarrolladas por los Gobiernos griegos de orientación liberal, que representan
a los establishments financieros y económicos de su país, los cuales están
claramente entrelazados con el Estado griego, resultado del enorme poder que
las fuerzas conservadoras han tenido históricamente en Grecia. Resultado de
ello es que Grecia tiene un Estado pobre, con unas políticas fiscales sumamente
regresivas, que ingresa escasos recursos (entre los cuales el gasto militar es
desproporcionadamente alto, consecuencia del conflicto con Turquía) y con la
clase dominante que apenas paga impuestos (su fraude fiscal alcanza nada menos
que el 86% de lo que el Estado debería recoger, un porcentaje mucho mayor que
el promedio de la OCDE, un 12%). Esta ha sido una de las causas del enorme
endeudamiento del Estado, endeudamiento que ha ocurrido con el estímulo y
complicidad de la banca europea y muy en particular la banca alemana.
Para resolver tal endeudamiento, la Troika ha estado
imponiendo unas políticas de austeridad que han incluido unos recortes tan
exagerados y una disminución de los salarios tan acentuada, que han creado un
enorme problema de escasez de demanda, responsable de que la economía griega
haya caído un 20% desde 2008. Hoy, el desempleo (26,7%) sobrepasa ya el
existente en España (26,1%), sin perspectiva de mejora.
Frente a esta situación, el partido Syriza tiene
propuestas concretas que pasan por dos niveles, uno el nacional, y el otro el
europeo. El primero incluye políticas públicas encaminadas a corregir el enorme
desequilibrio de poder existente en Grecia, que tiene una distribución de las
rentas y de la propiedad sumamente concentrada, lo cual, juntamente con el
fraude fiscal, explica los enormes déficits de ingresos al Estado.
Y a nivel europeo, la medida de mayor urgencia e
importancia es la de renegociar la deuda pública, que es imposible que Grecia
pueda pagar, y que está actuando como un freno al desarrollo económico de
Grecia. Es más, esta deuda, como varios hemos estado señalando, es una deuda
artificialmente elevada, que no se corresponde con las necesidades y las realidades
de aquel país. No es sólo ineficiente económicamente, sino también inmoral,
pues su incremento responde a los intereses particulares y no generales del
país, intereses particulares que incluyen en un lugar prominente la banca
europea, y muy en particular la banca alemana. Un aspecto que el señor Alexis
Tsipras indicó es que el problema de la deuda es un problema a nivel de toda la
Eurozona y no sólo de Grecia, pidiendo al resto de países de tal área monetaria
convocar una conferencia para tratar del problema de la deuda pública, no sólo
de Grecia, sino de todos los países. El dirigente de Syriza también propuso
medidas de estímulo a nivel griego y a nivel europeo, proponiendo terminar con
las políticas de austeridad causa de la gran recesión que la Eurozona está
sufriendo.
Me gustó su presentación, aunque me hubiera gustado
encontrar mayor especificidad en estas últimas propuestas de estimular la
economía, pues hay muchas maneras de estimularla. Creo que las izquierdas
deberían recuperar el compromiso de alcanzar pleno empleo a través del estímulo
económico, pues se puede estimular la economía sin que tenga gran impacto en la
creación de empleo. Pero la brevedad de la exposición limitó el detalle del
expositor.
¿SERÍA
MEJOR PARA GRECIA SALIRSE DEL EURO?
Lo que sí
fue interesante fue su respuesta a la pregunta de por qué Syriza no ha
considerado como alternativa salirse del euro. Indicó que la población griega
no lo aprobaría y consideró que sería un error plantearlo ahora. Me pareció una respuesta inteligente e incluso
convincente. Pero me parece un error que tal alternativa no se considere,
incluso como táctica negociadora con la Troika, porque en contra de lo que
constantemente se publica, la salida de
Grecia del euro es lo último que la Troika (y el Gobierno Merkel) desea. Es
más, Mark Weisbrot, del Center for Economic and Policy Research, enfatizó que
es más que improbable que el sistema de Gobierno de la Eurozona llegue a
responder a las justas demandas de Syriza. Y en tal caso, habría que convencer
a la ciudadanía de que, en caso de que la Troika no respondiera favorablemente,
la salida del euro sería la única posibilidad para que Grecia saliera de la crisis. Mark Weisbrot
señaló que (como el fundador del partido socialdemócrata PASOK, Andreas Georgios
Papandreu, padre del actual líder del partido Georgios Andreas Papandreu, había
indicado), la entrada de Grecia en el
euro había sido un error. Mark Weisbrot se refirió a la experiencia de
Argentina cuando rompió con la paridad con el dólar. En contra de todos los
vaticinios de desastre, la economía se recuperó rápidamente, mucho más
rápidamente de lo que hubiera ocurrido en caso de no romper aquella paridad del
peso con el dólar. A partir de 2002, Argentina se recuperó rápidamente, con un
elevado crecimiento económico y reducción de la pobreza (se redujo un 70%). Y
esta recuperación no se basó en un crecimiento de las exportaciones, sino en un
estímulo de la demanda e inversión doméstica. El Estado argentino recuperó, no
sólo su control sobre la política monetaria, sino también fiscal, que es lo que
le falta a Grecia para salir de la crisis.
En realidad, subrayó Mark Weisbrot, Grecia está mejor situada que Argentina
para poder romper con la paridad del euro. Su PIB per cápita es tres veces
superior al de Argentina. Y las exportaciones son el doble que las de
Argentina. Su devaluación de la moneda facilitaría tales exportaciones. Y para
pagar sus importaciones puede conseguir estos fondos en otras fuentes, que no
son las que le sirven ahora a unos intereses abusivos. Hay mayor pluralidad de
fondos de capitales hoy que en 2002, cuando Argentina rompió con el dólar. Mark
Weisbrot añadió que, en realidad, las necesidades de capital externo en Grecia
son mucho menores de lo que constantemente se cita. Si no fuera por el pago de
la deuda, Grecia tendría una balanza de pagos casi equilibrada, con un déficit
de sólo el 0,3% del PIB. Con el gran
abaratamiento que implicaría la devaluación del euro, habría un enorme flujo de
inversiones en aquel país. Mark Weisbrot añadió que no hace falta mirar
sólo a Argentina. Malasia, Corea del Sur y Tailandia (durante la crisis
financiera asiática) rompieron con las directrices del FMI y salieron de sus
crisis más rápidamente que las proyecciones que el FMI ha hecho para Grecia.
Lo sorprendente del caso es, como también señala Mark
Weisbrot, que ninguna fuerza política con posibilidad de gobernar está hoy
explorando la posibilidad de salirse del euro, ausencia de debate que debilita
a Grecia en su postura negociadora frente a la Troika. Un tanto igual
ocurre en España, donde el argumento que constantemente se utiliza en los
mayores medios de información y persuasión es que la salida sería un desastre,
ignorando, por lo visto, que el desastre ya está aquí, con el agravante de que,
si no se hace nada, el desastre continuará por muchos, muchos años. De ahí la
urgencia de que se introduzcan en el debate nuevas alternativas, incluyendo la
salida de España del euro.
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Otro mundo es posible, otra economía es posible
Por: Henry Mora Jiménez, revista
de ALAI América Latina en Movimiento: "Para las nuevas izquierdas: ¿Qué
otra economía?", No. 482 (febrero), 22 02 2013 http://alainet.org/publica/482.phtml
Indudablemente, “otro mundo
es posible”, aunque cuando decimos “otro mundo” nos referimos en realidad a
muchos otros mundos en este mundo: un mundo que contenga muchos mundos. “Otro
mundo es posible” es el mundo en el cual quepan todos los seres humanos, por
tanto, la naturaleza también, porque el ser humano es un ser natural, corporal.
“Otro mundo es posible” es la sociedad en la cual cada uno pueda realizar su
propio proyecto de vida, con la seguridad de una vida digna con base en su
trabajo (no necesariamente, asalariado). Que el ser humano sea libre como
sujeto en comunidad, y la comunidad es, en última instancia, la humanidad.
Se trata, además, de la
concepción de un mundo en el cual quepan diferentes culturas, naciones, razas,
etnias, géneros, preferencias sexuales, etc. Esto complementa el lema del Foro
Social Mundial: “Otro mundo es posible”, y expresa un humanismo concreto frente
a las homogeneizaciones de los humanismos abstractos. Tanto el capitalismo como
el socialismo histórico han prometido una solución homogénea y universal para
la totalidad de la
humanidad. En un caso, el automatismo del mercado (la gran
utopía de la sociedad burguesa), y en el otro el automatismo de su abolición
(la gran utopía del comunismo en cuanto que sociedad finalista). No obstante,
ambos vinculan su solución con la vigencia de un progreso técnico ilimitado e
irrestricto y con la promesa de un futuro esplendoroso pero indefinido,
derivado de su magia.
La respuesta necesaria al
mundo dominante en la actualidad, con su afirmación de que no existe
alternativa, sólo puede ser la de que “otro mundo sí es posible”. No obstante
también esta respuesta se puede vaciar, si no se dice qué mundo es aquel del
cual decimos que sí es posible. Porque cabe la posibilidad de mundos incluso
peores que el mundo actual al cual nos enfrentamos. Por eso, cuando hablamos de
un mundo en el cual quepamos todos hay que aclarar de qué mundo se trata. En
particular, esto no significa que “todo” quepa, pues precisamente para que
quepamos todos y todas (seres humanos y naturaleza), hay mucho que no tiene
cabida. En especial, no cabe la actual estrategia de acumulación de capital,
llamada globalización, que los gobiernos de los países centrales imponen por
medio del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial
del Comercio, y los propios gobiernos neoliberales. Para que todos quepamos,
hace falta excluir esta estrategia.
Una sociedad en la cual
quepamos todos implica una ética universal, aun así no dicta pretendidos
principios éticos universalmente válidos; no prescribe normas universalistas
generales ni determinadas relaciones de producción universalmente válidas. No
pretende saber cuál forma de sociedad es la única acertada, ni sostiene saber
cómo es factible hacer felices a los seres humanos a partir de cierto orden
social. No se promete ningún paraíso. Frente a los principios universalistas de
sociedad, la exigencia de una sociedad en la cual quepan todos es más bien un
criterio de validez universal sobre la pretendida validez de tales principios
de sociedad. No es posible sustentar este criterio por principios abstractos,
como la tasa de crecimiento del producto social o la tasa de ganancia del
capital. Sin embargo se trata de un criterio universalista, es el universalismo
del ser humano concreto.
Ahora bien, un mundo en el
cual quepan todos no es un proyecto y tampoco directamente una meta factible de
la acción. Es ,
podríamos decir, una idea regulativa de la acción (un imperativo categórico de
la razón práctica, de la acción concreta), una “utopía necesaria” que ha de
penetrar la realidad de forma transversal. Como utopía no es en sí misma
factible, es un principio orientador básico, aunque radical. Es una finalidad,
no un fin. Tampoco es un axioma del cual se deduzcan los subsiguientes pasos a
seguir, como si se tratara de una secuencia lógica (principalismo abstracto) o
de una aplicación tecnológica (razón instrumental medio-fin). No es un modelo
de sociedad, pero sí, una dimensión, la más general, de la referencia a la
crítica de la sociedad de hoy.
La especificidad de una economía para la vida
Una “economía para la vida”,
aunque parte del carácter multidimensional y complejo de la vida humana, la
analiza en función de las condiciones de posibilidad de esta misma vida a
partir de la reproducción y el desarrollo pleno de “las dos fuentes originarias
de toda riqueza” (Marx): el ser humano en cuanto sujeto productor (creador) y
la naturaleza externa (medio ambiente), “madre” de toda riqueza social (Petty).
Y no se ocupa solamente del
“contenido” de la riqueza social (los valores de uso en cuanto que
satisfactores de necesidades humanas), ignorado por la teoría económica
ortodoxa; sino sobre todo, de las condiciones que hacen posible la reproducción
y el desarrollo de esta riqueza social y, por consiguiente, la reproducción y
el desarrollo de sus “dos fuentes originarias”. Pero también analiza la “forma
social” de esta riqueza (por ejemplo, la mercancía capitalista) y su impacto en
la reproducción de las condiciones de posibilidad de la vida humana.
Por ello, la corporalidad
del sujeto concreto [hombre, mujer, negro(a), blanco(a), indio(a), mestizo(a),
campesino(a), asalariado(a), anciano(a), niño(a), migrante, trabajador(a) por
cuenta propia, desempleado(a), etc.]; resulta ser un concepto clave para una
economía orientada hacia la reproducción de la vida; que no puede limitarse a
la “cuestión social”, por más importante que esto sea.
Y no se trata únicamente de
la corporalidad del individuo, sino de la corporalidad del sujeto en comunidad.
La comunidad tiene siempre una base y una dimensión corporal. Se trata del nexo
corporal entre los seres humanos y de estos con la naturaleza. Toda
relación entre los seres humanos tiene necesariamente esta base corporal y
material, en la cual diariamente se juega la vida o muerte de la gente: su
sobrevivencia, su actuar en comunidad, sus condiciones de existencia. Podemos
llamar a esta red de relaciones sociales o socio-naturales (entre los seres
humanos y de estos con la naturaleza), Sistema de Coordinación del Trabajo
Social; y en cuanto especificación de la actividad humana a partir del trabajo
lo podemos comprender como integrado por dos subsistemas interdependientes y
superpuestos:
El subsistema de la división
social del trabajo orientado a la producción de los valores de uso que hacen
posible la vida de los sujetos productores, esto es, el sistema
interdependiente de la división del trabajo que produce los bienes materiales
de la sociedad. Es
el “trabajo productivo”, trabajo productor de la riqueza producida. Más que un
subsistema, es el esqueleto, la columna vertebral de la coordinación del
trabajo social.
El subsistema de la
reproducción de las condiciones materiales que hacen posible la vida humana: i)
la reproducción de la propia base económica (“aparato productivo”), ii) la
reproducción de la infraestructura ecológica y, iii) la reproducción de la
propia vida humana y de las relaciones sociales y los modos de convivencia
entre los seres humanos. Es el “trabajo reproductivo”, trabajo de reproducción y
regeneración de las fuentes originarias de toda riqueza humana: el propio ser
humano y la naturaleza.
A su vez, este segundo
subsistema (que ontológicamente contiene al primero), lo podemos analizar desde
una doble perspectiva:
Como reproducción de la naturaleza
externa al ser humano, en la medida en que ésta es asimilada, modificada y
transformada por la actividad humana. Implica el conocimiento, la preservación,
el cuido y el respeto de los ciclos y equilibrios de la naturaleza;
Como reproducción de la
propia vida humana: procreación, crianza, cuido, manutención, trabajo familiar
doméstico, educación, socialización, afectividad, convivencia (al interior de
la tribu, el clan, la familia u otras instituciones más recientes como la
escuela, el gremio, la comunidad, la empresa, etc.).
Se trata en efecto de
sistemas interdependientes y superpuestos. Así por ejemplo, muchas de las
actividades del trabajo doméstico y de cuido requieren valores de uso
provenientes del sistema de división social del trabajo, al tiempo que éste no
puede subsistir sin el trabajo doméstico y de cuido (reproducción de la fuerza
de trabajo, entre otros aspectos). Igualmente, la preservación y cuido de la
Naturaleza también necesita de valores de uso suministrados por el sistema de división
social del trabajo y éste, claro está, exige la continua reproducción de
aquella. También tenemos interacciones e imbricaciones entre los dos
subsistemas que delimitan la reproducción de las condiciones materiales de la
vida.
Por eso, una “Economía para
la Vida” es el análisis de la vida humana en la producción y reproducción de la
vida real y sus condiciones de existencia, y la expresión “normativa” de la
vida real es el derecho de vivir. Lo que es una Economía para la Vida (en
cuanto disciplina teórica), puede por tanto resumirse así: Es un método que
analiza la vida real de los seres humanos en función de esta misma vida y de la
reproducción de sus condiciones materiales de existencia (económicas,
ecológicas y culturales). Este criterio de discernimiento se refiere a la
sociedad en su conjunto y rige asimismo para la economía.
Henry Mora Jiménez es
economista, catedrático en la Escuela de Economía y en el Doctorado en Ciencias
Sociales de la
Universidad Nacional , Heredia, Costa Rica.
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Las pezuñas del Diablo
El
Huffingtonpost, 25 febrero 2013
El Papa San Gregorio III (731-741) fue famoso por su cruzada
contra la "demoníaca" carne de caballo.
El ser humano
consumía carne de caballo antes, incluso, de que lo domesticara.
Con la llegada del cristianismo, en Europa hubo una restricción
muy fuerte del consumo de carne de caballo, ya que la Biblia consideraba impura
toda carne que no proviniese de animales de cuatro patas con la uña dividida,
el pie ahorquillado y rumiasen, y por tanto eran excluidos el caballo, el mulo
y el asno (y el cerdo, por supuesto). El Papa Gregorio III (731-741) fue famoso por su cruzada contra esta
carne.
La producción de
carne de caballo ha aumentado en los últimos años en Europa, de hecho en 2011
duplicó la de cinco años antes. A pesar de todo, en España se consume de media 140 gramos por habitante
frente al casi kilo y medio de Italia.
En España se
consume de media 12,7 kilos de pollo al año por persona.
Las razas de
caballo que se crían por su carne son más robustas que las que se utilizan para
montar.
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Los vampiros no se reflejan en el espejo******
La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).
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