lunes, febrero 25, 2013

Noticias del Frente Multicolor 122


¿Salirse del euro? El caso de Grecia

Foto: Fuente externa

Por: Vicenc Navarro, revista digital SISTEMA, 15 de febrero de 2013

Este artículo analiza la postura del mayor partido de la oposición en el Parlamento griego, el partido Syriza, referente a la continuidad y permanencia de Grecia en la Eurozona. El artículo señala que, aún cuando es posible, es poco probable que la estructura de gobierno del euro permita los cambios propuestos por tal partido. Ello haría aconsejable que Syriza, cuando gobierne, considerase la alternativa de salirse del euro, utilizando tal medida como una táctica para reforzar la postura de Grecia versus el establishment de la Eurozona.

Alexis Tsipras, el dirigente del partido Syriza de Grecia, ha visitado Estados Unidos dando charlas en varios centros académicos y grupos de reflexión, presentando las propuestas de su partido para que su país salga de la enorme crisis en la cual se encuentra. Tal partido es el que tiene más apoyo popular, y es probable que gane las próximas elecciones. En realidad, el crecimiento de tal partido ha sido espectacular, pasando de contar con el apoyo de sólo el 4,6% de la población en 2009 al 27% en 2012.

Estoy ahora en EEUU, dando clases en la Universidad de Hopkins. Y tengo que decir que oír a Tsipras ha sido un aliento de aire fresco. La característica de su análisis es que sitúa las raíces del problema en la estructura de poder existente en Grecia (que originó y reproduce las causas de la crisis) así como en las políticas neoliberales promovidas por la Troika –la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional- que tienen aquel país ahogado y maniatado, políticas desarrolladas por los Gobiernos griegos de orientación liberal, que representan a los establishments financieros y económicos de su país, los cuales están claramente entrelazados con el Estado griego, resultado del enorme poder que las fuerzas conservadoras han tenido históricamente en Grecia. Resultado de ello es que Grecia tiene un Estado pobre, con unas políticas fiscales sumamente regresivas, que ingresa escasos recursos (entre los cuales el gasto militar es desproporcionadamente alto, consecuencia del conflicto con Turquía) y con la clase dominante que apenas paga impuestos (su fraude fiscal alcanza nada menos que el 86% de lo que el Estado debería recoger, un porcentaje mucho mayor que el promedio de la OCDE, un 12%). Esta ha sido una de las causas del enorme endeudamiento del Estado, endeudamiento que ha ocurrido con el estímulo y complicidad de la banca europea y muy en particular la banca alemana.

Para resolver tal endeudamiento, la Troika ha estado imponiendo unas políticas de austeridad que han incluido unos recortes tan exagerados y una disminución de los salarios tan acentuada, que han creado un enorme problema de escasez de demanda, responsable de que la economía griega haya caído un 20% desde 2008. Hoy, el desempleo (26,7%) sobrepasa ya el existente en España (26,1%), sin perspectiva de mejora.

Frente a esta situación, el partido Syriza tiene propuestas concretas que pasan por dos niveles, uno el nacional, y el otro el europeo. El primero incluye políticas públicas encaminadas a corregir el enorme desequilibrio de poder existente en Grecia, que tiene una distribución de las rentas y de la propiedad sumamente concentrada, lo cual, juntamente con el fraude fiscal, explica los enormes déficits de ingresos al Estado.

Y a nivel europeo, la medida de mayor urgencia e importancia es la de renegociar la deuda pública, que es imposible que Grecia pueda pagar, y que está actuando como un freno al desarrollo económico de Grecia. Es más, esta deuda, como varios hemos estado señalando, es una deuda artificialmente elevada, que no se corresponde con las necesidades y las realidades de aquel país. No es sólo ineficiente económicamente, sino también inmoral, pues su incremento responde a los intereses particulares y no generales del país, intereses particulares que incluyen en un lugar prominente la banca europea, y muy en particular la banca alemana. Un aspecto que el señor Alexis Tsipras indicó es que el problema de la deuda es un problema a nivel de toda la Eurozona y no sólo de Grecia, pidiendo al resto de países de tal área monetaria convocar una conferencia para tratar del problema de la deuda pública, no sólo de Grecia, sino de todos los países. El dirigente de Syriza también propuso medidas de estímulo a nivel griego y a nivel europeo, proponiendo terminar con las políticas de austeridad causa de la gran recesión que la Eurozona está sufriendo.

Me gustó su presentación, aunque me hubiera gustado encontrar mayor especificidad en estas últimas propuestas de estimular la economía, pues hay muchas maneras de estimularla. Creo que las izquierdas deberían recuperar el compromiso de alcanzar pleno empleo a través del estímulo económico, pues se puede estimular la economía sin que tenga gran impacto en la creación de empleo. Pero la brevedad de la exposición limitó el detalle del expositor.

¿SERÍA MEJOR PARA GRECIA SALIRSE DEL EURO?

Lo que sí fue interesante fue su respuesta a la pregunta de por qué Syriza no ha considerado como alternativa salirse del euro. Indicó que la población griega no lo aprobaría y consideró que sería un error plantearlo ahora. Me pareció una respuesta inteligente e incluso convincente. Pero me parece un error que tal alternativa no se considere, incluso como táctica negociadora con la Troika, porque en contra de lo que constantemente se publica, la salida de Grecia del euro es lo último que la Troika (y el Gobierno Merkel) desea. Es más, Mark Weisbrot, del Center for Economic and Policy Research, enfatizó que es más que improbable que el sistema de Gobierno de la Eurozona llegue a responder a las justas demandas de Syriza. Y en tal caso, habría que convencer a la ciudadanía de que, en caso de que la Troika no respondiera favorablemente, la salida del euro sería la única posibilidad para que Grecia saliera de la crisis. Mark Weisbrot señaló que (como el fundador del partido socialdemócrata PASOK, Andreas Georgios Papandreu, padre del actual líder del partido Georgios Andreas Papandreu, había indicado), la entrada de Grecia en el euro había sido un error. Mark Weisbrot se refirió a la experiencia de Argentina cuando rompió con la paridad con el dólar. En contra de todos los vaticinios de desastre, la economía se recuperó rápidamente, mucho más rápidamente de lo que hubiera ocurrido en caso de no romper aquella paridad del peso con el dólar. A partir de 2002, Argentina se recuperó rápidamente, con un elevado crecimiento económico y reducción de la pobreza (se redujo un 70%). Y esta recuperación no se basó en un crecimiento de las exportaciones, sino en un estímulo de la demanda e inversión doméstica. El Estado argentino recuperó, no sólo su control sobre la política monetaria, sino también fiscal, que es lo que le falta a Grecia para salir de la crisis.

En realidad, subrayó Mark Weisbrot, Grecia está mejor situada que Argentina para poder romper con la paridad del euro. Su PIB per cápita es tres veces superior al de Argentina. Y las exportaciones son el doble que las de Argentina. Su devaluación de la moneda facilitaría tales exportaciones. Y para pagar sus importaciones puede conseguir estos fondos en otras fuentes, que no son las que le sirven ahora a unos intereses abusivos. Hay mayor pluralidad de fondos de capitales hoy que en 2002, cuando Argentina rompió con el dólar. Mark Weisbrot añadió que, en realidad, las necesidades de capital externo en Grecia son mucho menores de lo que constantemente se cita. Si no fuera por el pago de la deuda, Grecia tendría una balanza de pagos casi equilibrada, con un déficit de sólo el 0,3% del PIB. Con el gran abaratamiento que implicaría la devaluación del euro, habría un enorme flujo de inversiones en aquel país. Mark Weisbrot añadió que no hace falta mirar sólo a Argentina. Malasia, Corea del Sur y Tailandia (durante la crisis financiera asiática) rompieron con las directrices del FMI y salieron de sus crisis más rápidamente que las proyecciones que el FMI ha hecho para Grecia.

Lo sorprendente del caso es, como también señala Mark Weisbrot, que ninguna fuerza política con posibilidad de gobernar está hoy explorando la posibilidad de salirse del euro, ausencia de debate que debilita a Grecia en su postura negociadora frente a la Troika. Un tanto igual ocurre en España, donde el argumento que constantemente se utiliza en los mayores medios de información y persuasión es que la salida sería un desastre, ignorando, por lo visto, que el desastre ya está aquí, con el agravante de que, si no se hace nada, el desastre continuará por muchos, muchos años. De ahí la urgencia de que se introduzcan en el debate nuevas alternativas, incluyendo la salida de España del euro.

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Otro mundo es posible, otra economía es posible


Por: Henry Mora Jiménez, revista de ALAI América Latina en Movimiento: "Para las nuevas izquierdas: ¿Qué otra economía?", No. 482 (febrero), 22 02 2013 http://alainet.org/publica/482.phtml

Indudablemente, “otro mundo es posible”, aunque cuando decimos “otro mundo” nos referimos en realidad a muchos otros mundos en este mundo: un mundo que contenga muchos mundos. “Otro mundo es posible” es el mundo en el cual quepan todos los seres humanos, por tanto, la naturaleza también, porque el ser humano es un ser natural, corporal. “Otro mundo es posible” es la sociedad en la cual cada uno pueda realizar su propio proyecto de vida, con la seguridad de una vida digna con base en su trabajo (no necesariamente, asalariado). Que el ser humano sea libre como sujeto en comunidad, y la comunidad es, en última instancia, la humanidad.

Se trata, además, de la concepción de un mundo en el cual quepan diferentes culturas, naciones, razas, etnias, géneros, preferencias sexuales, etc. Esto complementa el lema del Foro Social Mundial: “Otro mundo es posible”, y expresa un humanismo concreto frente a las homogeneizaciones de los humanismos abstractos. Tanto el capitalismo como el socialismo histórico han prometido una solución homogénea y universal para la totalidad de la humanidad. En un caso, el automatismo del mercado (la gran utopía de la sociedad burguesa), y en el otro el automatismo de su abolición (la gran utopía del comunismo en cuanto que sociedad finalista). No obstante, ambos vinculan su solución con la vigencia de un progreso técnico ilimitado e irrestricto y con la promesa de un futuro esplendoroso pero indefinido, derivado de su magia.

La respuesta necesaria al mundo dominante en la actualidad, con su afirmación de que no existe alternativa, sólo puede ser la de que “otro mundo sí es posible”. No obstante también esta respuesta se puede vaciar, si no se dice qué mundo es aquel del cual decimos que sí es posible. Porque cabe la posibilidad de mundos incluso peores que el mundo actual al cual nos enfrentamos. Por eso, cuando hablamos de un mundo en el cual quepamos todos hay que aclarar de qué mundo se trata. En particular, esto no significa que “todo” quepa, pues precisamente para que quepamos todos y todas (seres humanos y naturaleza), hay mucho que no tiene cabida. En especial, no cabe la actual estrategia de acumulación de capital, llamada globalización, que los gobiernos de los países centrales imponen por medio del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del Comercio, y los propios gobiernos neoliberales. Para que todos quepamos, hace falta excluir esta estrategia.

Una sociedad en la cual quepamos todos implica una ética universal, aun así no dicta pretendidos principios éticos universalmente válidos; no prescribe normas universalistas generales ni determinadas relaciones de producción universalmente válidas. No pretende saber cuál forma de sociedad es la única acertada, ni sostiene saber cómo es factible hacer felices a los seres humanos a partir de cierto orden social. No se promete ningún paraíso. Frente a los principios universalistas de sociedad, la exigencia de una sociedad en la cual quepan todos es más bien un criterio de validez universal sobre la pretendida validez de tales principios de sociedad. No es posible sustentar este criterio por principios abstractos, como la tasa de crecimiento del producto social o la tasa de ganancia del capital. Sin embargo se trata de un criterio universalista, es el universalismo del ser humano concreto.

Ahora bien, un mundo en el cual quepan todos no es un proyecto y tampoco directamente una meta factible de la acción. Es, podríamos decir, una idea regulativa de la acción (un imperativo categórico de la razón práctica, de la acción concreta), una “utopía necesaria” que ha de penetrar la realidad de forma transversal. Como utopía no es en sí misma factible, es un principio orientador básico, aunque radical. Es una finalidad, no un fin. Tampoco es un axioma del cual se deduzcan los subsiguientes pasos a seguir, como si se tratara de una secuencia lógica (principalismo abstracto) o de una aplicación tecnológica (razón instrumental medio-fin). No es un modelo de sociedad, pero sí, una dimensión, la más general, de la referencia a la crítica de la sociedad de hoy.

La especificidad de una economía para la vida

Una “economía para la vida”, aunque parte del carácter multidimensional y complejo de la vida humana, la analiza en función de las condiciones de posibilidad de esta misma vida a partir de la reproducción y el desarrollo pleno de “las dos fuentes originarias de toda riqueza” (Marx): el ser humano en cuanto sujeto productor (creador) y la naturaleza externa (medio ambiente), “madre” de toda riqueza social (Petty).

Y no se ocupa solamente del “contenido” de la riqueza social (los valores de uso en cuanto que satisfactores de necesidades humanas), ignorado por la teoría económica ortodoxa; sino sobre todo, de las condiciones que hacen posible la reproducción y el desarrollo de esta riqueza social y, por consiguiente, la reproducción y el desarrollo de sus “dos fuentes originarias”. Pero también analiza la “forma social” de esta riqueza (por ejemplo, la mercancía capitalista) y su impacto en la reproducción de las condiciones de posibilidad de la vida humana.

Por ello, la corporalidad del sujeto concreto [hombre, mujer, negro(a), blanco(a), indio(a), mestizo(a), campesino(a), asalariado(a), anciano(a), niño(a), migrante, trabajador(a) por cuenta propia, desempleado(a), etc.]; resulta ser un concepto clave para una economía orientada hacia la reproducción de la vida; que no puede limitarse a la “cuestión social”, por más importante que esto sea.

Y no se trata únicamente de la corporalidad del individuo, sino de la corporalidad del sujeto en comunidad. La comunidad tiene siempre una base y una dimensión corporal. Se trata del nexo corporal entre los seres humanos y de estos con la naturaleza. Toda relación entre los seres humanos tiene necesariamente esta base corporal y material, en la cual diariamente se juega la vida o muerte de la gente: su sobrevivencia, su actuar en comunidad, sus condiciones de existencia. Podemos llamar a esta red de relaciones sociales o socio-naturales (entre los seres humanos y de estos con la naturaleza), Sistema de Coordinación del Trabajo Social; y en cuanto especificación de la actividad humana a partir del trabajo lo podemos comprender como integrado por dos subsistemas interdependientes y superpuestos:

El subsistema de la división social del trabajo orientado a la producción de los valores de uso que hacen posible la vida de los sujetos productores, esto es, el sistema interdependiente de la división del trabajo que produce los bienes materiales de la sociedad. Es el “trabajo productivo”, trabajo productor de la riqueza producida. Más que un subsistema, es el esqueleto, la columna vertebral de la coordinación del trabajo social.

El subsistema de la reproducción de las condiciones materiales que hacen posible la vida humana: i) la reproducción de la propia base económica (“aparato productivo”), ii) la reproducción de la infraestructura ecológica y, iii) la reproducción de la propia vida humana y de las relaciones sociales y los modos de convivencia entre los seres humanos. Es el “trabajo reproductivo”, trabajo de reproducción y regeneración de las fuentes originarias de toda riqueza humana: el propio ser humano y la naturaleza.

A su vez, este segundo subsistema (que ontológicamente contiene al primero), lo podemos analizar desde una doble perspectiva:

Como reproducción de la naturaleza externa al ser humano, en la medida en que ésta es asimilada, modificada y transformada por la actividad humana. Implica el conocimiento, la preservación, el cuido y el respeto de los ciclos y equilibrios de la naturaleza;

Como reproducción de la propia vida humana: procreación, crianza, cuido, manutención, trabajo familiar doméstico, educación, socialización, afectividad, convivencia (al interior de la tribu, el clan, la familia u otras instituciones más recientes como la escuela, el gremio, la comunidad, la empresa, etc.).

Se trata en efecto de sistemas interdependientes y superpuestos. Así por ejemplo, muchas de las actividades del trabajo doméstico y de cuido requieren valores de uso provenientes del sistema de división social del trabajo, al tiempo que éste no puede subsistir sin el trabajo doméstico y de cuido (reproducción de la fuerza de trabajo, entre otros aspectos). Igualmente, la preservación y cuido de la Naturaleza también necesita de valores de uso suministrados por el sistema de división social del trabajo y éste, claro está, exige la continua reproducción de aquella. También tenemos interacciones e imbricaciones entre los dos subsistemas que delimitan la reproducción de las condiciones materiales de la vida.

Por eso, una “Economía para la Vida” es el análisis de la vida humana en la producción y reproducción de la vida real y sus condiciones de existencia, y la expresión “normativa” de la vida real es el derecho de vivir. Lo que es una Economía para la Vida (en cuanto disciplina teórica), puede por tanto resumirse así: Es un método que analiza la vida real de los seres humanos en función de esta misma vida y de la reproducción de sus condiciones materiales de existencia (económicas, ecológicas y culturales). Este criterio de discernimiento se refiere a la sociedad en su conjunto y rige asimismo para la economía.

Henry Mora Jiménez es economista, catedrático en la Escuela de Economía y en el Doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional, Heredia, Costa Rica.

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Las pezuñas del Diablo

El Huffingtonpost, 25 febrero 2013


El Papa San Gregorio III (731-741) fue famoso por su cruzada contra la "demoníaca" carne de caballo.

El ser humano consumía carne de caballo antes, incluso, de que lo domesticara.

Con la llegada del cristianismo, en Europa hubo una restricción muy fuerte del consumo de carne de caballo, ya que la Biblia consideraba impura toda carne que no proviniese de animales de cuatro patas con la uña dividida, el pie ahorquillado y rumiasen, y por tanto eran excluidos el caballo, el mulo y el asno (y el cerdo, por supuesto). El Papa Gregorio III (731-741) fue famoso por su cruzada contra esta carne.

La producción de carne de caballo ha aumentado en los últimos años en Europa, de hecho en 2011 duplicó la de cinco años antes. A pesar de todo, en España se consume de media 140 gramos por habitante frente al casi kilo y medio de Italia.

En España se consume de media 12,7 kilos de pollo al año por persona.

Las razas de caballo que se crían por su carne son más robustas que las que se utilizan para montar.

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Los vampiros no se reflejan en el espejo



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La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).

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