jueves, junio 26, 2008

Noticias del Frente Migratorio 028

Adaptación social de las pandillas juveniles latinoamericanas en España. Pandillas y organizaciones juveniles de la calle. (1 de 3)
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Por Juan Pablo Soriano Gatica

Revista Cidob d'Afers Internacionals nº 81, Marzo / Abril 2008 www.revistasculturales.co

[El autor es Profesor Asociado de Relaciones Internacionales, Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Miembro de la Red de Análisis sobre Maras y Pandillas del Centro de Estudios y Programas Interamericanos, Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). e-mail: JuanPablo.Soriano@uab.cat]

RESUMEN

En este artículo se hace un breve repaso de la evolución del fenómeno de las denominadas "bandas latinas" en España desde finales de la década de los noventa. La aparición de estas nuevas organizaciones juveniles de la calle ha estado estrechamente vinculada a la llegada masiva de miles de jóvenes latinoamericanos a España en la última década, y a los retos de integración que ello ha supuesto tanto para la sociedad de acogida como para los jóvenes recién llegados. Desde el ámbito de la política pública, en España se han desarrollado dos aproximaciones para hacer frente al fenómeno: una más orientada a la represión que a la prevención; y otra, denominada "modelo Barcelona", que ha impulsado un proceso de normalización e integración de estos grupos a la sociedad española. La segunda opción permite la actuación coordinada de diversos actores sociales y puede servir de guía para desarrollar iniciativas similares en algunos países de Europa y América Latina.

Palabras clave: España, inmigración, juventud, exclusión social, integración, América Latina, experiencias concretas, violencia

En España, las organizaciones juveniles de la calle, denominadas popularmente pandillas, no son un fenómeno nuevo, pero la llegada de cientos de miles de jóvenes inmigrantes en los últimos siete años ha generado nuevas organizaciones de este tipo y, en algunos pocos casos, también nuevas manifestaciones de violencia urbana. Estas organizaciones de la calle han sido bautizadas como "bandas latinas", aunque, en realidad, la razón de ser de casi todas no está relacionada directamente con ejercer la violencia, ni con llevar a cabo actividades criminales, como tampoco están integradas únicamente por jóvenes latinoamericanos. Estas nuevas organizaciones juveniles (Latin Kings, Ñetas, Dominicans Don't Play, Trinitarios, por citar las más conocidas) tienen características y orientaciones muy distintas: pertenecen a ellas hombres y mujeres jóvenes y adolescentes, con residencia legal e ilegal en España; son personas que están estudiando, que trabajan o que están desempleados; son individuos con reivindicaciones sociales o sin ningún objetivo más allá que formar un grupo que les permita reforzar identidades y vínculos afectivos; puede haber personas con un pasado de vinculación a agrupaciones de la calle o sin él. En estas organizaciones algunos jóvenes utilizan la violencia para resolver sus conflictos, pero muchos otros no. Están integradas por personas que nacieron en países de América Latina y también por otras que nacieron en España, en otros países europeos o en otras partes del mundo.

En las últimas dos décadas, en España la violencia juvenil ha estado asociada a organizaciones juveniles como los grupos antisistema de ultraderecha (skin heads y neonazis) y de ultra izquierda (red skins y anarquistas), a los grupos con reivindicaciones independentistas (como los que promueven la denominada kale borroka en el País Vasco), o a los grupos violentos que se organizan alrededor de algunos equipos de fútbol (grupos ultras). Sin embargo, en los últimos años han aparecido nuevos actores: las denominadas "bandas latinas", a las que se les vincula, muchas veces de manera injustificada, con la violencia y con actividades delictivas. Es fundamental intentar entender la complejidad de esto grupos, porque la política pública muchas veces se nutre solamente de las definiciones sobre "pandillas" o "bandas" generadas por los medios de comunicación y por casos presentados por la policía o por la ficción popular (Papachristos, 2005). Desde algunos sectores se ha querido construir una imagen de los jóvenes latinoamericanos como miembros peligrosos de "bandas", que utilizan una "estética latina" o de "latin king" para causar miedo y controlar plazas, canchas deportivas, escuelas, así como cometer innombrables delitos.

Las denominadas "bandas latinas" son agrupaciones muy complejas y heterogéneas. Hay tres ideas que queremos defender en este artículo:
[ 1 ] ) que este fenómeno no debe ser abordado únicamente desde una óptica de seguridad pública, sino que se debe enfatizar la promoción de políticas de integración y políticas de juventud (educación, trabajo, salud); [ 2 ] ) que es importante poner en marcha iniciativas de diálogo y cooperación (o fortalecer las ya existentes) entre distintos niveles de la Administración pública y distintos actores sociales (incluidas las propias organizaciones juveniles); y [ 3 ] ), que es necesario reconocer que las medidas que se adoptan en el ámbito local pueden tener un impacto regional e internacional. En este artículo intentamos hacer un repaso de la evolución del fenómeno de las denominadas "bandas latinas" en España en los últimos años: cómo ha sido percibido por la sociedad, cómo ha sido estudiado por algunos académicos y cómo ha sido abordado por algunas administraciones públicas. En muchos sentidos se puede decir que este trabajo se realiza a partir de observaciones personales, y que no es un estudio "a fondo", ni de las organizaciones juveniles (hay estudios especializados que se mencionarán más adelante), ni de las respuestas que las administraciones públicas han generado (hay otros artículos al respecto en esta publicación).

Para hacer este balance del estado de la cuestión, creemos que es importante, en primer lugar, contextualizar la situación de España en el marco europeo; específicamente respecto a otras situaciones de exclusión social y violencia en que viven muchos jóvenes inmigrantes, o hijos de inmigrantes en Europa. Es importante destacar que España no es el único país europeo donde juventud, inmigración y exclusión social se empiezan a mezclar peligrosamente con actitudes de violencia por parte de muchos sectores sociales. En segundo lugar, es fundamental dimensionar el crecimiento de la inmigración latinoamericana en España en los últimos años, a fin de entender por qué ha sido útil para algunos sectores sociales vincular migración e inseguridad. En tercer lugar, revisamos la historia de los Latin Kings (oficialmente la Todopoderosa Nación de Reyes y Reinas Latinos, o ALKQN, por sus siglas en inglés), una organización con presencia en varios países del mundo, y que en España se ha convertido en el principal referente de las nuevas organizaciones juveniles de la calle que aparecieron con la reciente llegada de miles de latinoamericanos. Es importante, asimismo, retomar la historia de esta organización porque muestra el intento de una organización juvenil de romper con el estigma de pandilla violenta y criminal, y las dificultades a las que se ha tenido que enfrentar. Todo ello nos da pistas para intentar entender por qué los Latin Kings en Barcelona iniciaron un proceso similar de transformación. En cuarto lugar, hacemos un breve repaso de la evolución del fenómeno de las denominadas "bandas latinas" en España. Esta sección se basa en el trabajo Jóvenes "latinos" en Barcelona. Espacio público y cultura urbana, dirigido por Carles Feixa (Feixa, 2006). A continuación, se presentan y analizan las principales cifras que se tienen sobre la dimensión de los grupos denominados "bandas juveniles latinas" en España. Un fenómeno de este tipo siempre es difícil de cuantificar, e intentar hacerlo plantea algunos riesgos, pero es importante intentar dimensionar de "cuántas" personas estamos hablando cuando abordamos el tema. Finalmente, se presenta una serie de consideraciones sobre la evolución que el fenómeno puede tener en los próximos años y las implicaciones que las propuestas de intervención desarrolladas en España y Ecuador pueden tener en otros países de América Latina donde las "pandillas" juveniles están presentes.

Este trabajo puede leerse como un "estado de la cuestión", o una introducción básica al tema de las organizaciones juveniles de la calle en España denominadas "bandas latinas". Un trabajo que intenta poner sobre la mesa varias de sus manifestaciones y de sus orígenes. Y que quiere plantear algunas ideas sobre por qué se ha generado y cómo puede abordarse.

INMIGRACIÓN, EXCLUSIÓN Y JUVENTUD EN EUROPA

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La necesidad de estudios sobre el fenómeno de la violencia juvenil en Europa, y especialmente de las organizaciones juveniles de la calle que utilizan cotidianamente la violencia, ha ido cobrando relevancia. Si bien la presencia de grupos de jóvenes organizados que actúan de manera violenta no es un fenómeno nuevo en los países europeos, el aumento masivo de la migración legal e ilegal, los límites de las políticas de integración en varios países (Reino Unido y Francia, por ejemplo), las altas tasas de desempleo o trabajo precario entre la juventud, el creciente consumo de drogas, entre otros aspectos, han generado nuevas dinámicas que influyen en las formas de comportamiento y organización de los jóvenes.

Un reciente estudio de la violencia de las pandillas juveniles en Europa, elaborado por Malcolm Klein, Frank Weerman y Trence Thornberry (Klein, Weerman y Thornberry, 2006), señala que hay un crecimiento de los problemas derivados de grupos juveniles de la calle en varios países europeos, por lo que el estudio de las pandillas europeas puede ser muy importante para entender mejor las causas de la violencia juvenil, en general, en Europa. Los datos recabados sugieren que el nivel, severidad y letalidad de la violencia juvenil son menores en Europa que en Estados Unidos (y podríamos añadir, que en América Latina, especialmente en Centroamérica), tanto para miembros de pandillas como para los jóvenes que no lo son. Sin embargo, la pertenencia a organizaciones juveniles de la calle de carácter violento (pandillas o bandas), tiene el mismo efecto pernicioso en el comportamiento de la juventud europea que en el de la de Estados Unidos. Si se compara la violencia de los jóvenes que no pertenecen a pandillas con la de los que sí forman parte de estos grupos, el nivel de violencia de estos últimos es mayor, el tipo de violencia que pueden llegar a ejercer es substancialmente más elevado, tienden más a utilizar armas y tienen muchísimas más probabilidades de ser seriamente heridos o de morir de forma violenta (Klein, Weerman y Thornberry, 2006: 433).

De acuerdo con Klein, Weerman y Thornberry, la marginalidad social, no una nacionalidad o etnicidad específica, caracteriza el fenómeno de las pandillas juveniles en ambos lados del Atlántico. Las organizaciones juveniles de la calle en Europa están primordialmente integradas por minorías étnicas o nacionales marginadas, o cuyos miembros no han sido aceptados en la sociedad de acogida, reflejando los patrones de inmigración y refugiados en cada país. La situación de exclusión y vulnerabilidad de muchos inmigrantes en Europa, sobre todo de los más jóvenes, tiene también un impacto en la violencia organizada a través de organizaciones de la calle. En Europa se identifican grupos formados predominantemente por jóvenes locales en los Países Bajos, Noruega, Dinamarca, Alemania, Rusia e Italia; aunque las pandillas más comunes están compuestas por argelinos, marroquíes, turcos, indios, paquistaníes, jamaicanos, chinos y albaneses, entre otros (Klein, Weerman y Thornberry, 2006: 421). La inserción social de muchos de estos jóvenes inmigrantes, o hijos de inmigrantes, no ha sido del todo exitosa en muchos países de Europa: muchos sufren discriminación y no ven ninguna oportunidad en la vida. La negligencia de algunos gobiernos y de ciertos sectores sociales con respecto al futuro de estos jóvenes genera sociedades paralelas, cuya manifestación más evidente es la creación de guetos étnicos y culturales que contribuyen a generar una creciente violencia juvenil, como demuestran recientes episodios en Francia y el Reino Unido.

En el "otoño caliente" de 2005 en Francia, el mundo fue testigo del fracaso de un modelo de integración de los hijos de los inmigrantes de primera generación. Miles de jóvenes actuaron violentamente durante varias semanas en los suburbios de las grandes ciudades de Francia. Los disturbios comenzaron el 27 de octubre, después de que dos niños de familias de inmigrantes murieran electrocutados en Clichy-sous-Bois, un distrito pobre ubicado a 30 kilómetros al nordeste de París. Ante los rumores de que una persecución policial había desencadenado los hechos, cientos de jóvenes salieron a las calles a protestar de forma violenta por la brutalidad policial. La situación empeoró por unas declaraciones del entonces ministro del Interior, Nicolás Sarkozy, quien calificó a los manifestantes de "basura". En unos días, los disturbios se extendieron a varias ciudades de Francia, y las autoridades tuvieron que declarar el estado de emergencia para poder hacer frente a la situación. A mediados de noviembre la situación se tranquilizó, y dejó un saldo de 3.000 personas detenidas y cerca de 9.000 coches quemados 1.

En el Reino Unido la creciente violencia juvenil ha generado un debate importante sobre el acceso a las armas de fuego y de otro tipo, sobre el comportamiento vandálico de miles de jóvenes, sobre los crecientes niveles de consumo de drogas y alcohol entre los adolescentes, y sobre por qué son justamente los jóvenes negros y musulmanes quienes están más expuestos a la violencia. A mediados de 2006, el Ministerio del Interior británico ( Home Office ) hizo públicos los resultados del primer gran estudio sobre las dimensiones del problema en Inglaterra y Gales. De acuerdo con los datos del estudio, cerca del 6% de los jóvenes de entre 10 y 19 años son miembros de un grupo que tiene comportamientos ilegales, lo que equivale a aproximadamente 480.000 personas 2. A principios de 2007, varios crímenes generaron atención y preocupación entre la sociedad sobre los niveles de violencia entre la juventud. Entre el 3 febrero y el 17 de marzo seis adolescentes negros, de entre 16 y 17 años, fueron asesinados en Londres; tres de ellos murieron apuñalados y los otros tres por arma de fuego 3.

Como demuestran los casos de Francia y el Reino Unido, es importante que las sociedades europeas no esperen a que la violencia juvenil se desborde para afrontar el reto de la integración de miles de jóvenes. Se debe responder a los sentimientos de desesperanza de éstos generando oportunidades de estudio y trabajo, evitando que el odio arraigue en ciertos sectores de la población joven de Europa, sobre todo la que continúa llegando con las recientes oleadas migratorias.

MIGRACIÓN, JUVENTUD Y MIEDO EN ESPAÑA

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En 2003, cuando la existencia de dos organizaciones juveniles de la calle, los Latin Kings y los Ñetas, comenzó a ser ampliamente informada por los noticiarios y los periódicos españoles, este fenómeno se denominó el de las nuevas "bandas latinas". Al igual que sucedió en varios países latinoamericanos, con la aparición mediática de las pandillas centroamericanas conocidas popularmente como maras (sobre todo de la mara Salvatrucha y la Pandilla de la Calle 18) [ 4 ] , el tema de las "bandas latinas" rápidamente fue abordado desde una óptica de nota roja [ 5 ] , y fue utilizado políticamente por algunos sectores sociales para vincular la creciente inmigración latinoamericana con un incremento de la inseguridad. Es verdad que algunos de los jóvenes latinoamericanos que llegaron recientemente a España se han visto involucrados en fenómenos de delincuencia y violencia, y que algunos enfrentamientos entre grupos de jóvenes han dado como resultado la muerte de algunas personas [ 6 ] . Pero también es verdad que "el fantasma" de las bandas/pandillas fue impulsado por diversos medios de comunicación, partidos políticos, cuerpos de policía, padres, entre otros, para solicitar medidas más duras contra una inmigración de la que se percibe que "desborda" la capacidad de recepción e integración del conjunto de la sociedad española. La creciente preocupación de las autoridades y la sociedad en España respecto a la presencia de jóvenes latinos organizados en pandillas, y en otro tipo de organizaciones juveniles de la calle, forma parte de un proceso mucho más amplio de adaptación de la sociedad española a la llegada masiva de inmigrantes desde el año 2000. De acuerdo con datos oficiales del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de España, entre diciembre de 2000 y julio de 2007, los extranjeros con permiso legal para residir en España pasaron de 895.000 personas a 3,5 millones [ 7 ] . Para el caso de los latinoamericanos con permiso de residencia, se pasó de 185.000 personas en el año 2000, a más de 1,1 millones en julio de 2007. ¿Qué desencadenó este proceso migratorio?

Varios procesos confluyeron para que se produjese un incremento tan importante de la inmigración latinoamericana a España. Por una parte, las condiciones políticas y económicas de varios países latinoamericanos a finales de la década de los noventa y principios de la presente expulsaron a cientos de miles de personas de esos países; por otra, el endurecimiento de las fronteras en Estados Unidos, a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001, hizo que muchos ciudadanos pusieran su mirada en Europa como un destino mucho más fácil de alcanzar. Y, finalmente, la demanda de mano de obra en muchos sectores de actividad económica en España, que no podía ser cubierta por españoles, creó la posibilidad de que miles de latinoamericanos encontraran una forma de ganarse la vida en este país. Entre los inmigrantes de origen latinoamericano que viven en España, los nacionales de Ecuador (397.000), Colombia (246.000) y Perú (105.000) son los grupos más relevantes, de acuerdo con los datos oficiales de junio de 2007.

Un análisis muy básico de los datos anteriores tendería a explicar la mayor presencia en España de organizaciones juveniles de la calle (incluidas las "pandillas") llegadas desde Ecuador (como Latin Kings y Ñetas), al hecho de que los ecuatorianos conforman el grupo latinoamericano más numeroso. Sin embargo, bajo este análisis tendríamos que ver también un número muy importante de pandillas originadas, o con fuertes raíces, en Colombia o Perú; y esto no es así. De hecho, después de Ecuador, los principales nexos de los grupos denominados "bandas latinas" está en República Dominicana, cuyos nacionales a finales de 2007 eran el quinto grupo de inmigrantes latinoamericanos (64.000 personas), después del colectivo conformado por argentinos (94.000 personas)
[ 8 ].

En España, el fenómeno de la inmigración ha pasado a ocupar un lugar central en los temas que los ciudadanos consideran como preocupantes y que deben ser atendidos por las autoridades. El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) de España hace un seguimiento constante de las principales preocupaciones de la opinión pública que nos sirven para ilustrar este proceso
[ 9 ] . Si tomamos los datos recabados por el CIS entre julio de 2000 y julio de 2007, es evidente que la inmigración se ha ido situando dentro de las preocupaciones centrales, junto con el terrorismo, el desempleo y, desde 2006, el acceso a la vivienda. Incluso, desde enero de 2006 y hasta antes de los atentados del grupo terrorista ETA en el aeropuerto de Madrid, el 30 de diciembre de ese año, la inmigración fue considerada el segundo problema en importancia, solamente por detrás del desempleo.

Aunque algunos ciudadanos españoles consideran que la inmigración trae consigo violencia, inseguridad y problemas, las cifras oficiales de la delincuencia en Cataluña reflejan una realidad distinta. El mundo en que inevitablemente inmigración y delincuencia están estrechamente vinculadas es más imaginario que real. Según la Dirección de Justicia Juvenil del Gobierno de Cataluña, de los 7.000 jóvenes de entre 14-18 años que se encontraban en el circuito penal catalán por cometer algún delito en 2006, los extranjeros representaban el 24%, y de éstos los latinoamericanos solamente eran el 6%, es decir solamente 420. De estos jóvenes la mayoría son ecuatorianos, dominicanos y colombianos, ya que son precisamente estas nacionalidades latinoamericanas las mayoritarias en Cataluña; y es muy probable que la situación sea equiparable en el resto de España. No obstante, sí hay dos datos preocupantes que se desprenden de las cifras oficiales: por un lado, los jóvenes latinoamericanos son los que cometen los delitos más violentos y, por otro, son los que cometen su primer delito a una edad más temprana (la media latinoamericana es de 14 años, mientras que la media nacional es de 16 años)
[ 10 ] .

Los jóvenes latinoamericanos que han llegado recientemente a España son enormemente vulnerables a los retos que supone adaptarse a un nuevo país. Estos jóvenes se enfrentan también a una triple crisis al intentar integrarse a un nuevo contexto social: la propia de la adolescencia, la de una familia transcontinental rota y la del vacío interno y familiar que genera la emigración (Feixa, 2006). Muchos de estos jóvenes van a enfrentarse a la realidad de la soledad (los padres están todo el día trabajando y la red familiar se ha quedado en el país de origen), a una forma distinta de entender el espacio público y las relaciones sociales, a una dinámica escolar más demandante (que muchas veces genera fracaso escolar) y también al rechazo que en algunos sectores sociales produce su color de piel o su forma de hablar. En este contexto, no es extraño que algunos de estos jóvenes busquen a otros que estén en situación similar, y que aquellos que han tenido una vinculación previa con organizaciones de la calle (ya sean "pandillas", "naciones", "barrios" o "gangas") recurran a reproducir localmente esas formas de organización que les permiten una reafirmación identitaria y establecer mecanismos de solidaridad grupal.

NOTAS


[ 1 ] Para un análisis de los disturbios en Francia, véase el trabajo de Susan Ossman y Susan Terrio (Ossman y Terrio, 2006). De acuerdo con estas autoras, los disturbios han generado una reconceptualización de los espacios de peligro, cultura, territorio y soberanía y de sus vínculos con nuevos procesos migratorios y de una "cultura de la pobreza" a escala internacional.
[ 2 ] El informe se refiere a grupos de jóvenes delincuentes que regularmente rompen la ley e intimidan a sus comunidades. Muchos de los miembros de estos grupos toman habitualmente drogas, llevan armas y han estado involucrados en actos violentos, así como en la destrucción de propiedad pública y privada. Más de un tercio han cometido por lo menos un delito serio: robo a personas, robo de coches, venta de drogas, violencia física contra otra persona, entre otros, durante el año anterior. Uno de cada ocho ha llevado un cuchillo, pero sólo uno de cada 100 ha llevado una pistola. En importante destacar que la pandilla tiene un promedio 15 miembros. Véase "Almost have a million children belong to law-breaking gangs, Home Office warns". The Independent (1 de junio de 2006). P. 8.
[ 3 ] "Calls for tougher knife laws alter boy, 15, killed". The Independent (19 de marzo de 2007) (http://news.independent.co.uk/uk/crime/article2371567.ece) [Página consultada el 08.10.07].
[ 4 ] Para el caso mexicano, véase el trabajo de Carlos Mario Perea, Pandillas en México (noviembre 2006), elaborado para la Red Transnacional de Análisis sobre Maras y Pandillas. La versión electrónica puede consultarse en http://interamericanos.itam.mx/maras/diagnosticos.html [Página consultada el 08.10.07].
[ 5 ] "En una acepción general, la nota roja es el género informativo por el cual se da cuenta de eventos (o sus consecuencias) en los que se encuentra implícito algún modo de violencia -humana o no- que rompe lo común de una sociedad determinada y, a veces, también, su normatividad legal. Ahí caben los relatos acerca de hechos criminales, catástrofes, accidentes o escándalos en general, pero expuestos según un código cuyos elementos más identificables son los encabezados impactantes, las narraciones con tintes de exageración y melodrama, entre otros" (Arriaga Ornelas, José Luis. "La nota roja: ‘Colombianización' o ‘mexicanización' periodística". Sala de prensa . No. 45 [julio 2002])
[ 6 ] En el caso del grupo de Latin Kings en Madrid, se les responsabiliza de la muerte de por lo menos cinco personas desde su fundación en 2000 hasta mediados de 2007. Hernández, José Antonio. "Juicio contra los 14 jefes de los Latin King en España por asociación ilícita". El País (27 de abril de 2007). P. 34.
[ 7 ] Véanse los anuarios estadísticos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. La versión electrónica puede consultarse en: http://extranjeros.mtas.es/es/general/DatosEstadisticos_index.html [Página consultada el 8/10/07].
[ 8 ] Cabe mencionar que el número total de ciudadanos de los países de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras) en donde han proliferado las pandillas juveniles conocidas comúnmente como maras (las más famosas la mara Salvatrucha o MS-13 y Calle 18) apenas es de 8.300. Véase el documento "Extranjeros con certificado de registro o tarjeta de residencia en vigor a 30 de junio de 2007": (http://extranjeros.mtas.es/es/general/indice_junio_07.html ) [Página consultada el 8/10/07].
[ 9 ] Véanse los Barómetros de Opinión presentados en la página electrónica del Centro de Investigaciones Sociológicas: http://www.cis.es.
[ 10 ] Datos presentados por la Dirección de Justicia Juvenil del Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya, en la conferencia "Jovenes Latinoamericanos en Cataluña, II Jornadas Americat XXI", Museo d'Història de Catalunya. Barcelona 9 de junio de 2006.

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