DAVID HOCKNEY: “Hombre duchándose en Beverly Hills” (Man Taking Shower in Beverly Hills), 1964
Por Armando Almánzar-Botello.
“...Oscuro todo está / incluida la evidencia...” François Villon.
"...En quiméricos moteles de luna complaciente: / sinuosos descarados, / fantasmales; / turbios gatos presumidos letras roban y crustáceos..." Armando Almánzar-Botello. "Cinismo en escritura".
“En esa obscuridad / Hay Cadáveres.” Néstor Perlongher.
“...Oscuro todo está / incluida la evidencia...” François Villon.
"...En quiméricos moteles de luna complaciente: / sinuosos descarados, / fantasmales; / turbios gatos presumidos letras roban y crustáceos..." Armando Almánzar-Botello. "Cinismo en escritura".
“En esa obscuridad / Hay Cadáveres.” Néstor Perlongher.
Al soplo y al soplete yo te invito, mas luego al vademécum tú me incitas...
Vuelo neobarroco y ahora soplo, nuevamente después, ya lacaniano: Nachträglichkeit, après-coup, retroactivo…
Talismánico felino conquistado el devenir molecular me regurgitas. Te re-invito y me repites la visita…
¡Ahora resoplas deleuziano con tus versos!
Repetimos lo pactado al infinito, aladínica joya inagotable.
¡Y soplamos y soplamos y soplamos!
Te pago con el fi(a)sco y me inscribes en la lista...
¡El gran Henri Michaux no quiere ser testigo!
Transversal y transvernáculo astro esplendoroso: ¡no me olvides!
¡Toma tú muy pronto de nuevo el aeroplano!
Bajo un fulgor sin fin de tenebrosos galardones,
canonizada Bestia cenital ya mi escritura —¡ceniza como un astro alcahuete y engreído!—, no reniegues, gran maestro y dios obscuro, de los bordes ya bordados de mi ofrenda:
Las canciones tan retóricas —carbónicas, grafíticas—, por ser inmaculadas casi casi emasculadas, el rítmico fuin-fuan de las chicas y los chicos que nos gustan en las playas concurridas,
tus viajes literarios a lo ignoto de los cuerpos
—veloz línea de fuga sin sentido—,
lo sisado, la insulsa filigrana, mal-versada,
el agujero negro en la fábrica central del pensamiento,
la seducción y el esplendor del vino tinto,
los hoteles y moteles rugiendo cinco estrellas.
No comprendo el italiano ni he leído en serio a Dante.
¡Pero abraxas —con su abyecto— aquí está siempre de moda!
Todo reducido a la poética dismórfica; sin órganos el cuerpo confundido con la erótica y el béisbol negociados, catastróficos.
¡Aquí no hay Logos!
Pelótica y poética del hambre que come más hojaldres y mete más jonrones y jamones por bulimia.
Sin embargo, Gran Testículo y Testigo: ¡No hay Logos espermático!
Algo huele mal de nuevo en Dinamarca.
He aquí la melodía del goce ignominioso:
Ajenos al amor —¡no te lo pido!—, simulo algún balido, tú elogias mi balada y mi maullido sinthomáticos, me limas la maldad de mi alma y su estilete —¡Oh Hamlet del espejo, tan plagiado!—: ¡Yo presto y maleado te pago y te la toco!
Tú me limpias la levita y yo levito.
A la lumbre de tu nombre yo relumbro.
Pago bien la paleonimia, los servicios y textículos. ¡No te olvides de mi oferta, Neologista Consagrado!
¡Si prosigo con el marketing me certificará el Congreso!
Nuestros campos de gloria ya repiten:
¡Aquí no hay Logos! ¡No hay Logos! ¡No hay Logos!
Mayo de 2008
© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.
BREVE ADENDA:
¿LO DIRÍA SAMI ALI?: El falso Logos confinado en directorio de palabras, repetido fetichismo de un trazo que pretende ocultar con las burbujas la vacancia del percepto, la iletrada carencia de una Esfinge, cegado así al vigor y al fragor de lo intensivo en los umbrales de los cuerpos desmembrados, deviene cacería genealógica del hampa, semiótica tullida, dicción informe renegando su mefítica extracción y su frágil estructura: plaza fuerte de la espuma, exutorio como un cráter y chalina en la cloaca, maquillado lodazal originario, impensado atolladero que retorna sin piedad”. © Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.
Vuelo neobarroco y ahora soplo, nuevamente después, ya lacaniano: Nachträglichkeit, après-coup, retroactivo…
Talismánico felino conquistado el devenir molecular me regurgitas. Te re-invito y me repites la visita…
¡Ahora resoplas deleuziano con tus versos!
Repetimos lo pactado al infinito, aladínica joya inagotable.
¡Y soplamos y soplamos y soplamos!
Te pago con el fi(a)sco y me inscribes en la lista...
¡El gran Henri Michaux no quiere ser testigo!
Transversal y transvernáculo astro esplendoroso: ¡no me olvides!
¡Toma tú muy pronto de nuevo el aeroplano!
Bajo un fulgor sin fin de tenebrosos galardones,
canonizada Bestia cenital ya mi escritura —¡ceniza como un astro alcahuete y engreído!—, no reniegues, gran maestro y dios obscuro, de los bordes ya bordados de mi ofrenda:
Las canciones tan retóricas —carbónicas, grafíticas—, por ser inmaculadas casi casi emasculadas, el rítmico fuin-fuan de las chicas y los chicos que nos gustan en las playas concurridas,
tus viajes literarios a lo ignoto de los cuerpos
—veloz línea de fuga sin sentido—,
lo sisado, la insulsa filigrana, mal-versada,
el agujero negro en la fábrica central del pensamiento,
la seducción y el esplendor del vino tinto,
los hoteles y moteles rugiendo cinco estrellas.
No comprendo el italiano ni he leído en serio a Dante.
¡Pero abraxas —con su abyecto— aquí está siempre de moda!
Todo reducido a la poética dismórfica; sin órganos el cuerpo confundido con la erótica y el béisbol negociados, catastróficos.
¡Aquí no hay Logos!
Pelótica y poética del hambre que come más hojaldres y mete más jonrones y jamones por bulimia.
Sin embargo, Gran Testículo y Testigo: ¡No hay Logos espermático!
Algo huele mal de nuevo en Dinamarca.
He aquí la melodía del goce ignominioso:
Ajenos al amor —¡no te lo pido!—, simulo algún balido, tú elogias mi balada y mi maullido sinthomáticos, me limas la maldad de mi alma y su estilete —¡Oh Hamlet del espejo, tan plagiado!—: ¡Yo presto y maleado te pago y te la toco!
Tú me limpias la levita y yo levito.
A la lumbre de tu nombre yo relumbro.
Pago bien la paleonimia, los servicios y textículos. ¡No te olvides de mi oferta, Neologista Consagrado!
¡Si prosigo con el marketing me certificará el Congreso!
Nuestros campos de gloria ya repiten:
¡Aquí no hay Logos! ¡No hay Logos! ¡No hay Logos!
Mayo de 2008
© Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.
BREVE ADENDA:
¿LO DIRÍA SAMI ALI?: El falso Logos confinado en directorio de palabras, repetido fetichismo de un trazo que pretende ocultar con las burbujas la vacancia del percepto, la iletrada carencia de una Esfinge, cegado así al vigor y al fragor de lo intensivo en los umbrales de los cuerpos desmembrados, deviene cacería genealógica del hampa, semiótica tullida, dicción informe renegando su mefítica extracción y su frágil estructura: plaza fuerte de la espuma, exutorio como un cráter y chalina en la cloaca, maquillado lodazal originario, impensado atolladero que retorna sin piedad”. © Armando Almánzar-Botello. Santo Domingo, República Dominicana.
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