Manifiesto de la Fundación Guabancex
Viento y Agua, 11 de Octubre, 2013, Santo Domingo, República Dominicana.
Los Consejos de Jóvenes
y de Ancianos/as de la Fundación
Guabancex Viento y Agua reconocen que hace 521 años los pueblos que residían en
nuestro continente, Abya Yala (Tierra en Flor), disfrutaban en libertad de sus
tierras y recursos naturales. La naturaleza
prodigaba salud y equilibrio. Todos
disfrutaban de los bienes de la isla, y la tradición del Guaitiao --yo soy tú,
tú eres yo--, era la regla de convivencia.
El compartir era la norma. No estaban comprometidas las semillas y
nuestros bosques llegaban hasta los lindes de la arena del mar. Los intercambios comerciales se hacían por acuerdos
cumplidos y el respeto al Otro. No existía
el calentamiento planetario. Todo era de
todos. Estaban comprometidos con la vida.
Hoy, la destrucción de nuestros paisajes,
suelos y ecosistemas es la regla. El
sistema político y económico se sostiene en el colonialismo. Hoy la pobreza con todas sus manifestaciones
sociales muestra un paisaje desolador. Estamos
presenciando actos bochornosos y desagradables: se les niega a nuestros
hermanos dominicanos de ascendencia haitiana, la nacionalidad, y se consolidan
prácticas políticas antisociales y de recorte de derechos.
Guabancex
Viento y Agua está comprometido con la solidaridad y la cooperación. La hermandad del Guaitiao se extiende a
nuestros hermanos haitianos que comparten la isla con nosotros.
En la Semana Internacional de la Solidaridad,
solicitamos a las autoridades pertinentes que se regularice el status de los/as
inmigrantes haitianos y sus descendientes. Estamos aquí para que celebremos la diversidad,
superemos el colonialismo y que los viejos pactos de exclusión y las
interpretaciones históricas basadas en el odio se desoigan.
El pilar fundamental de nuestros
principios es el compartir la isla inteligentemente como una unidad geológica,
ecológica y social, entendiendo que tanto la cultura como la genética ancestral
nos hermanan a todos sus pobladores.
La Fundación Guabancex Viento y Agua
exhorta a todos/as a reconocer y respetar que como seres humanos los haitianos
y los dominicanos tenemos una dignidad intrínseca, derecho a la vida y al Buen
Vivir. Descontruyamos y rechacemos el
Neocolonialismo, esa ideología basada en acentuar las diferencias entre grupos
humanos y tratemos de encontrar la forma más inteligente de convivir y compartir
la isla. Las diferencias nos enriquecen, no nos empobrecen.
HOY 11 DE OCTUBRE
DE 2013 CELEBRAMOS EL ÚLTIMO DÍA EN QUE SE RESPIRÓ LA LIBERTAD EN NUESTRO
CONTINENTE. RECUPERÉMOSLA.
******
OPIYELGUOBIRAN
se
pedía el sacrificio.
Desde
antes de nacer el cielo,
clamaban
por el ritual;
por el
Gran Espíritu Inmortal.
Nada
duele cuando es de nuestra sangre.
No
lloren y sean guerreros.
No
tiemblen ante el estruendo aparente
de la
muerte,
la
muerte no sobrevive.
Solo se
pierde la sangre,
y al
Gran Espíritu Inmortal
debemos
consagrarla.
No se
asombren si deslumbra el alba.
El
cobarde muere en silencio,
y no le
serán ofrendados
los
cantos de su casta.
Morirá
para siempre.
No esperéis
dormidos
a que
os arranquen el corazón,
lo den
de comer a los perros,
y
escupan sobre vuestros antepasados.
Ahuyenten
los demonios
del
engaño y la burla.
Tampoco
abandonen la escasa alegría.
Aunque
el fuego les queme,
no se
lamenten por el maldito
que los
quema.
Antes,
sáquense la sangre de las orejas,
y
prendan candela.
Canten
y bailen sobre el dolor.
Mas
cuando fuesen atadas las manos,
lloren,
sus
lágrimas humedecerán la tierra,
por
ende nacerá un cemí, de cada gota.
El cual
arrancará voz y ojo
a
vuestro aniquilador.
Y digo
voz y ojo, mas que no posee
corazón
ni vida.
Se
tragará el oro oculto,
convertido
en piedra
donde
resbala la lluvia.
Solo
llegarán al calor y la comunión
cuando
el Espíritu del Alba
desvanezca
la luz.
Cuando
esto pase, ya será olvidado este areito.
Nadie
escuchará por donde viene
el gran
estallido.
Opiyelguobirán
nos
revelará el camino.
Quemó
las guaizas infernales
y las
enterró en lo oculto del bosque.
Donde
estallan los grillos
y el
agua se desliza bajo nuestros pies.
Aprendan
los cantos y luchen por ellos.
Cada
amanecer y cada oscuridad,
sobrevivirán.
En el
día no serán cegados,
en la
noche se convertirán
en
lechuzas de plumaje transparente
No
serán despedazados
por
demonios del falso turey.
Resguarden
vuestras tierras y hermanos.
No
pisen lo que siembran,
pues
serán destruidos por el muerto
colgado
del árbol,
y la
peste, dejará sus huesos
al
canto de las campanas.
Abrid
el corazón
al Gran
Espíritu del Alba.
Cuando
canten los pájaros,
canten
con ellos.
Honren
sus creencias
sin
temor a la oscuridad y el destierro.
Cuando
invoquen, no a los muertos,
sino a
los resplandecientes.
Que
Boinayel inunde los ojos de coraje,
solo si
es necesario.
Saben
que aunque pase siete veces
el
tiempo de este areito,
no será
convertido en polvo.
Vuestros
huesos serán alimento
de los
silenciosos,
sea
quien sea vuestro cacique.
No se
crean más grandes que el sol,
pues
sus pensamientos los devorarán
con la
misma intensidad.
Acepten
el sacrificio que les sea exigido,
si en
verdad pretenden volar
sobre
sus enemigos.
El
silencio y las cadenas son la muerte.
El que
no crea y escuche sus latidos,
no
sabrá correr por su verdad.
No
somos rebaño.
Somos
sobrevivientes.
Por
tanto no esperen en el llanto
y el
sueño vuestros areitos,
ni sean
contados los soles, lunas
o
estrellas que pasen.
El día
claro es escaso.
De
noche
surge
el graznido incesante
y en
los árboles el canto de los muertos.
Cuando
llegue el calor del fuego
a
vuestras carnes,
cúbranse
de plumas y algodón.
Rostros
pintados de pájaros.
Sé
ahora en el barro de mi carne,
que
allá cantan.
El
demonio asesino del día,
llena
sus ojos de piedra feroz.
A él no
creo.
No
ofrendo mi sangre a este vulgar hombre.
Que se
arranque los dientes por sí mismo
y
entierre su corazón
en el
nido de los despavoridos.
Mientras
tengan sangre entre vuestras carnes,
renuévenla.
Llenen
sus corazones de luz, para que vean
sus
palaras.
Si
acorralan y quitan tierra bajo pie,
ocúltense
en los bosques
conservando
los ritos y la vida.
No
somos fantasmas.
Cuando
hieran clamen con verdad.
No
esperen el escudo de Metal Esmeralda.
©
Derechos de autor: Susy Del Monte
Editora
Guabancex.
Santo
Domingo, República Dominicana
12 de
octubre de 1987
******
La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).
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