CÁPSULAS
ETNOGRÁFICAS
Discapacidad y abuso sexual
Por: TAHIRA VARGAS , Antropóloga social (tahiravargas@yahoo.es), Acento Social, 11
DE JUNIO DEL 2013
Recientemente la prensa se hizo eco de un hecho que consternó a la ciudadanía, la violación sexual hacia una persona con discapacidad por unas estudiantes de un centro educativo de Los Alcarrizos.
En este hecho se muestra un sistema educativo envuelto en círculos de violencia con mucha incapacidad para aportar a la construcción de una cultura de paz y cambio socio-cultural que debe ser su misión. Esta dimensión la analizaremos con mayor profundidad en próximos artículos.
En este artículo nos detenemos a mirar la manifestación frecuente e invisible en nuestra sociedad de violaciones de derechos a personas con discapacidad. Estas son víctimas de violaciones de múltiples derechos como son:
-Negación del acceso a una vida digna. Todos los días nos encontramos en las
calles de las distintas ciudades y pueblos a personas discapacitadas que no
tienen pensiones, ni están insertas en ningún programa de asistencia social. Se
encuentran en situación de calle, pobreza extrema, pidiendo limosnas,
recogiendo botellas y cartones para subsistir.
-Apresamiento y represión de agentes policiales. No son pocos los hechos que se han
presentado en distintas comunidades en los que agentes policiales apresan,
golpean y en muchos casos matan a personas indigentes con discapacidad mental.
Estas personas sufren cotidianamente el maltrato de agentes policiales que
deben garantizar seguridad y respetar los derechos, su conducta está muy lejos
de responder a estos lineamientos.
-Violaciones sexuales. Al igual que en el hecho del centro
educativo de los Alcarrizos son muy frecuentes las violaciones y abusos
sexuales del que son víctimas mujeres y niñas con síndrome de Down o con algún
tipo de discapacidad mental. Se han producido casos de niñas y adolescentes en
esta condición que han sido violadas y su embarazo no es interrumpido por el
personal de salud porque están atados por un código que penaliza el aborto y
expone al riesgo de muerte a muchas mujeres, niñas y adolescentes violadas.
La situación de los derechos y la vida de las personas discapacitadas en la sociedad dominicana es muy precaria. No existen procesos educativos dirigidos a crear conciencia en la ciudadanía del respeto de sus derechos, centros educativos donde se supone que la niñez y la adolescencia deben ser educadas en esta dirección, son lugares de reproducción de la violencia contra esta población.
Esta situación debe servir de reflexión y revisión a nuestro sistema educativo y a la sociedad en general. Si no somos capaces de invertir y mantener un sistema educativo dirigido a la educación en derechos y responsabilidad social, no estamos construyendo gobernabilidad, muchos menos democracia.
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La
humanidad en peligro, camino al desastre (extracto)
Al
borde de la destrucción (o cómo destruir el planeta sin apenas esfuerzo)
Por:
Noam Chomsky
TomDispatch.com
08 06 13
¿Qué
nos deparará el futuro? Para escrutarlo, una posibilidad sería observar a la
especie humana desde fuera. Por tanto, imagínense que son observadores
extraterrestres que están tratando de averiguar qué está sucediendo aquí o, si
vamos al caso, imagínense que dentro de cien años son historiadores –asumiendo
que haya algún historiador dentro de cien años, lo que no resulta tan obvio- y
que están mirando hacia atrás, a lo que está sucediendo hoy en día.
Verían
algo totalmente increíble.
Por
primera vez en la historia de la especie humana, hemos desarrollado claramente
la capacidad de destruirnos a nosotros mismos. Y así llevamos desde 1945. Es
ahora cuando al fin se está reconociendo que hay procesos a más largo plazo,
como la destrucción medioambiental, que van en esa misma dirección; quizá no de
la destrucción total pero sí al menos hacia la destrucción de la posibilidad de
una existencia decente.
Y
hay otros peligros, como las pandemias, que tienen que ver con la globalización
e interacciones. Por tanto, hay procesos e instituciones aplicándose a tal fin,
como los sistemas de armas nucleares, que podrían provocar un inmenso desastre
o incluso poner fin a una existencia organizada.
Cómo
destruir un planeta sin apenas esfuerzo
La
pregunta es: ¿Qué está haciendo la gente frente a esta situación?
Nada
de todo esto es secreto. Todo aparece perfectamente claro. En realidad, hay que
hacer esfuerzos para no verlo.
Ha
habido todo un abanico de reacciones. Están los que trabajan resueltamente
intentando hacer algo frente a esas amenazas, mientras que otros se esfuerzan
en intensificarlas. Si ustedes pudieran ver quiénes son, los futuros
historiadores u observadores extraterrestres percibirían algo muy extraño.
Tratando de mitigar o superar esas amenazas tenemos a las sociedades menos desarrolladas,
a las poblaciones indígenas, o a lo que queda de ellas, las sociedades tribales
y aborígenes del Canadá. No hablan de guerra nuclear sino de desastre
medioambiental y están realmente intentando hacer algo.
De
hecho, por todo el mundo –Australia, India, Sudamérica-, hay batallas
emprendidas y, en ocasiones, guerras. En la India, hay una guerra importante
respecto a la destrucción medioambiental directa, con las sociedades tribales
intentando resistirse a las operaciones de extracción de recursos que están
causando daños inmensos en las comunidades locales, pero también respecto a sus
consecuencias generales. En sociedades donde las poblaciones indígenas tienen influencia,
muchos están adoptando una posición firme. El país que muestra la posición más
firme respecto al calentamiento global es Bolivia, que tiene una mayoría
indígena y mandatos constitucionales que protegen “los derechos de la
naturaleza”. Ecuador, que también tiene una gran población indígena, es el
único exportador de petróleo que conozco donde el gobierno está buscando apoyos
que le ayuden a mantener ese petróleo en la tierra, en vez de producirlo y exportarlo,
y es en la tierra donde debería estar.
El
Presidente venezolano Hugo Chávez, que murió recientemente y fue objeto de
burlas, insultos y odio en todo el mundo occidental, asistió hace pocos años a
una sesión de la
Asamblea General de las Naciones Unidas en la que suscitó
todo tipo de mofas por llamar diablo a George W. Bush. Pero también ofreció un
discurso que resultó muy interesante. Ya sabemos que Venezuela es un importante
productor de petróleo. Prácticamente, el petróleo supone todo su PIB. En aquel
discurso, advertía de los peligros del uso excesivo de combustibles fósiles e
instaba a unirse a los países productores y consumidores s fin de encontrar
vías que redujeran el uso de dichos combustibles. Resultaba sorprendente que
ese discurso surgiera de un productor de petróleo. Pero, ya saben, él era en
parte indio, de origen indígena. A diferencia de las cosas divertidas que hizo,
no se informó nunca de este aspecto de su intervención ante la ONU.
Así
pues, por un extremo tienen las sociedades indígenas tribales intentando
detener la carrera al desastre. En el otro extremo, las sociedades más
poderosas y ricas de la historia del mundo, como Estados Unidos y Canadá,
inmersas en una veloz carrera para destruir el medio ambiente lo más rápidamente
posible. A diferencia de Ecuador y de las sociedades indígenas por todo el
mundo, quieren extraer de la tierra hasta la última gota de los hidrocarbonos y
a la máxima velocidad posible.
Los
dos partidos políticos estadounidenses, el Presidente Obama, los medios y la
prensa internacional parecen esperar con gran entusiasmo eso que llaman “un
siglo de independencia energética” para EEUU. La independencia energética es un
concepto que casino tiene sentido, pero dejemos eso ahora a un lado. Lo que
están queriendo decir es esto: Tendremos un siglo en el que vamos a maximizar
el uso de combustibles fósiles y contribuir cuanto podamos a la destrucción del
planeta.
E
igual pasa por casi todas partes. Es cierto que en lo que se refiere al
desarrollo de las alternativas energéticas, Europa está intentando hacer algo.
Mientras tanto, EEUU, el país más rico y poderoso en la historia del mundo, es
la única nación entre las cien más importantes que no tiene una política
nacional para restringir el uso de combustibles fósiles, que ni siquiera tiene objetivos
de energía renovable. Y no es porque su población no quiera. Los
estadounidenses están muy cerca de la media internacional en su preocupación
por el calentamiento global. Son sus estructuras institucionales las que
bloquean el cambio. Los intereses empresariales no quieren y tienen un poder
casi absoluto a la horade determinar las políticas, por lo que, en un montón de
cuestiones, incluida ésta, hay una enorme brecha entre lo que quiere la opinión
pública y lo que los políticos hacen.
Por
tanto, eso es lo que el futuro historiador –si es que queda alguno-vería.
Podría también leer las revistas científicas actuales. Casi cada una de las que
abra contendrá una predicción más terrible que la anterior.
Fuente:
http://www.tomdispatch.com/post/175707/tomgram%3A_noam_chomsky%2C_the_eve_of_destruction/#more
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La
sonrisa como arma
Charles Chaplin y el reencuentro con la quimera del oro
Charles Chaplin y el reencuentro con la quimera del oro
Rebelión
10-06-2013
Los
vientos glaciales de Alaska fustigan aún más el hipotérmico y flácido cuerpo de
Charlot, un vagabundo cual judío errante peregrinaba por esas gélidas estepas
en busca de fortuna en aquella época de “La quimera del oro” (The Gold Rush) de
1925 , una alegoría a esa eterna lucha de los hombres por descubrir el sueño
dorado, esa obsesionada avidez hacia la fortuna pero como no todo lo que brilla
es oro, los gajes del oficio tienen un innumerable correlato de desazones y
tormentos como cuando no se puede ser displicente con el hambre y para distraer
a esas desalmadas tripas que ya llevaban días sin probar nada y rasgaban el
filo de la locura, Charlot conocedor del hambre recurre a la imaginación más
sublime priorizando a la sazón las necesidades existenciales, sacrificando uno
de sus zapatos y poniéndolo a hervir en una olla con agua, para luego comérselo
parsimoniosamente; sus cordones eran enroscados con el tenedor, degustando en
simulacro de espagueti y los clavos de su zapato chupados como los huesos de un
suculento pavo imaginario de diciembre.
Para
Charles Spencer Chaplin, esta película fue considerada como uno de sus mejor
aportes al cine mudo, como director y actor tuvo el mágico don de comunicarse
con su público mediante el lenguaje de la imagen y relatar esa desgarradora
injusticia social que se sentía por la arrogancia del poder económico, una
verdadera producción cinematográfica de denuncia pero sin perder el carisma y
el poder del humor en nuestro personaje, cualidad humana plasmada en el arte
del celuloide junto a sus demás obras maestras de las cuales tres se quedaron
grabadas en mi retina “Luces de la ciudad” (City Lights de 1931), “Tiempos
modernos” (Modern Times de 1936) y ésta última que ocupa mis pensamientos ”La
quimera del oro".
Chaplin
de origen humilde nacido en los arrabales de Walworth, Londres el 16 de abril
de 1889 sintió de cerca las vicisitudes de la pobreza. Desde su
tierna edad experimentó la inclinación por las candilejas y no tardó en llegar
el día en que mostrara sus innatos dotes, cuenta en su biografía que a la edad
de cinco años tuvo que sustituir a la madre que había caído enferma y tras
bambalinas, sintió el apoyo del padre para salir al escenario, así el pequeño
Charles debutaba cantando una vieja canción “Jack Jones”. Desde entonces se
apoderó del escenario y conquistó laureles por su prolijo trabajo, tanto en
Europa como en el continente Americano y a la vez poniendo en vilo y conturbando
con sus películas el sueño del sistema de los Rockefeller y de ese monstruoso
aparato de hacer fortunas con el sudor de los parias reclutados en manadas bajo
los barrotes y los fierros de las industrias.
Pese
al circunstancial itinerario de su vida, estos rodajes pasaron a la posteridad
y a casi una centuria de tiempo están más vigentes porque el mismo sistema
inhumano al que cuestionaba sigue tozudamente fabricando más hambre, más niños
abandonados como “El Chico” rodada en 1921 y al mismo tiempo estas realidades
son materia prima y desafío para los artistas y trabajadores del séptimo arte
en interpretar la causa de los vulnerables.
Recuerdo
que allá por el 1969, año en que surgía la televisión estatal en Bolivia y era
dispendioso el pequeño receptor, un filántropo jesuita con la proyectora de
cine al hombro nos llevaba las imágenes del séptimo arte a nuestro parque del
barrio Minero de San José proyectando en el muro de un cine de adobe sin techo
y que nunca se terminó de construir, las imágenes en movimiento que
encandilaron nuestras vistas y entre estas las joyas cinematográficas de
Chaplin.
Charlot
vestido de chaquetilla corta con corbata y cuello postizo y de un singular
sombrero hongo, jubón de fantasía, pantalón espacioso, con chapines
caprichosamente largos y su peculiar andar de pingüino nos deleitaba y a la vez
nos recordaba la explotación sin fruncir el ceño, sin perder la sonrisa que es
el arma más fuerte que el acero a la hora de la sabiduría.
Chaplin
se llevó muchos elogios y encomios a lo largo de su vida como la inspiración
que le dedicaba en sus poemas y notas el vate peruano César Vallejo o los
análisis acuciosos desde la vertiente rebelde de José Carlos Mariátegui
respecto al vagabundo de Charlot y lo cierto es que este personaje que infunde
inspiración está ahí vivo en sus imágenes y ademanes o tal vez en ese sugestivo
y risueño gesto de su sonrisa que la heredaron sus hijas o estuvo presente con
Geraldine Chaplin su hija mayor cuando la veíamos en noviembre del 1992 en
Bolivia rodando la película junto a Jorge Sanjinés “Para recibir el canto de
los pájaros” o tal vez está ahí en los cineastas tercermundistas que con
altruismo llevan a cuestas el cine de denuncia frente al monopolio
mercantilista de Hollywood o tal vez está ahí en la Declaración de Yotala en
Sucre cuando 18 artistas y amantes del arte visual de Latinoamérica se
reunieron el 21 y 22 de agosto del 2007 y entre sus proclamas manifestaban que
(… ) “Unidos vamos lejos y separados nos vamos a la mierda y terminamos
aceptando las migajas de producciones decididas en escritorios demasiado
lejanos a nuestras realidades (...) creemos que es posible hacer cine en
América Latina en modo eficaz, de alta calidad y con una idea solidaria.”
Lo cierto es que Charles Chaplin en el papel del vagabundo Charlot sigue recorriendo este mundo y de rato en rato nos da campanazos de conciencia y nos recuerda que: luz, cámara y acción son indisolubles al tiempo.
La libertad de los campesinos y de los obreros les pertenece y no puede ni debe sufrir restricción alguna. Corresponde a los propios campesinos y obreros actuar, organizarse, entenderse en todos los dominios de la vida, siguiendo sus ideas y deseos. (Ejercito Negro Makhnovista, Ucrania, 1923).
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