miércoles, marzo 07, 2007

Noticias del Frente Cosmico 004

Notas sobre la Muerte Simulada de Jean Baudrillard


Por Elizardo Puello
Especial para epistheme

6 de marzo 2007
Santo Domingo, R.D.

No puedo dormir. He tenido que levantarme a escribir estas notas. Después de una noche intensa de dilettancia literaria, de análisis inteligente sobre el arte de poetizar de la vida, y de las alegrías que produce la existencia, admito que no puedo dormir.

Esta misma noche del 6 de marzo 2007, hablé y gocé tanto de la irrealidad del fenómeno de la trans-estética con mi amigo, el poeta y exquisito bon parleur, Juan Freddy Armando, que el dolor -- el aborrecible dolor --, me fascina y me sorprende a la vez.

La razón es simple, pero inmensa. El pensador de la realidad confusa, el mago del fuzzy logic, el de los ojos llenos de espejos fractales, el que descubrió con su mirada inquisidora y crítica, que realmente “no estamos vivos”; que la sociedad actual está desierta de personas; el que vio que los cerebros, las guerras y hasta la alegría misma, están desprovistos de realidad; el que miró al mundo con tanta y tanta realidad, que logró descubrir que lo irreal, es real en el simulacro que es nuestra existencia actual. ¡Ése, ha muerto!

Una gran pérdida. Jean Baudrillard ha muerto en realidad. ¡Es de verdad! No es una de esas bromas de la realidad; de ésas que él mismo “descubrió” cuando pensó y escribió.

La suya fue una vida llena de fractales; de cálculos matemáticos; de confrontaciones éticas y estéticas; de cintas de Moebius; de procesos estocásticos; de cadenas de Markov, de fórmulas de Pareto; de sentidos y trans-sentidos; una vida llena de lo que él mismo llamó “conectores” (la trans-sexualidad con el SIDA); la trans-estética (de la publicidad con el arte); de la trans-política (del terrorismo con los factores mediáticos); de la trans-economía (del sistema de bolsas con los centros mundiales de intereses donde se procesa un dinero irreal que existe como un mundo orbital, irreal por demás).

En fin, de la realidad que se simula a sí misma para existir como verdad. El pensador de la hiperrealidad simulada, ha dejado de existir.

Su vida, su planteamiento y su subjetividad, fueron el reflejo de un mundo – el actual -- que muy pocos han logrado explicarse. Él tuvo el maravilloso don de poder hallar claves que perdurarán por mucho en la mente de los que hemos abrevado en sus fuentes.


Ha muerto uno de los cerebros que prefiguraron en el Siglo XXI. Uno de los que nos permiten mirar con otros ojos el mundo que nos queda por delante en el siglo XXII. Definitivamente, un pensador que pertenece al siglo XXIII y más allá.

Odiado por su famosa “investigación” sobre el “asesinato de la realidad”, investigó aquel “asesinato” como lo hubiera hecho el Inspector Jules Maigret (el inspector ficticio de George Simenon), el cual, evidentemente, no pudo resolver, y de la que tan sólo pudo conformarse con declarar que, ciertamente, “la realidad había muerto”.

Despreciado por muchos de los que hicieron creerle al mundo que la Guerra del Golfo “realmente había ocurrido”, toda vez que se ha visto, que en realidad no ocurrió. Tal y como no ocurrieron otras cosas más recientes en Irak.

Vilipendiado por aquéllos que hicieron del 11 septiembre del 2001, una epopeya de tristezas mediáticas, y que nos dejan sin ver la hiperrealidad (la verdad simulada) que hay detrás de toda esa melancolía de civilizaciones y de prácticas religiosas “encontradas”.

Recuerdo haber leído, a principios de los años 90, en La Transparencia del Mal (Un ensayo de los fenómenos extremos), el vaticinio de esos acontecimientos. Nadie lo advirtió, pero él, con fractales y holografías en sus ojos, lo vio antes de que ocurrieran. Fue un anunciador de cataclismos. Un revelador de insomnios y de fuertes dolores de cabeza.

Otro recuerdo fascinante es la lectura que hice de su trabajo sobre la seducción, cuando en aquellos años de aulas universitarias, era un caos y una afrenta teórica contradecir a Louis Althousser, a Nikos Poulantzas, a Antonio Gramsci, o a Claude Meillassoux, en su enfoque sobre el poder de este componente humano (la seducción); reflejo de sí mismo como fuente de poder.

Irrealidad invisible del poder, inadmitida por feministas de los 80, y por hombres que resultaban cazadores cazados; poder que emana del poder; realidad que sólo existe cuando es simulada. Hiperrealidad. Todo Baudrillard, en persona. Un recuerdo imperecedero por ser para mí, una ruta heurística de interpretación contrapuesta a la existente. Algo de lo que entendí para entonces, que era la esencia del planteo de Thomas S. Kuhn en su análisis de las revoluciones científicas, teoría de los paradigmas.

Hoy pienso, que sólo por ser Baudrillard, un gran pesimista de la inteligencia y un gran optimista de la voluntad, fue que fue capaz de escribir lo que descubrió en sus elucubraciones filosóficas.

El autor maldito del siglo XX ha muerto. El planteo de los universos múltiples de Matrix, y la conjunción de hiperrealidad y de ficción dentro de la realidad, y de realidad de la ficción en esta película emblemática; la inexistencia de la realidad, donde sólo la simulación es verdadera; el encuentro descarnado con la existencia simbólica de fenómenos extremos (la caída de las torres del WTC); y sobre todo, la ficción de la realidad en el “durar siendo” de la trans-estética de los medios, de la transexualidad y de la seducción mediante la cual el placer y la satisfacción se interconectan; la metáfora del cuento de Borges en el que el mapa termina siendo el territorio mismo, son de los legados que siempre quedarán de este autor maldito (para muchos), y que para pocos, no es más que un acertado relator de los desencuentros del ser. Un creador de realidades “cuánticas”, que “existen” como simulacro e irrealidad; un hermeneuta confeso y confesor de la muerte de toda metafísica.

Definitivamente, Baudrillard, hay que parafrasear a Nietszche, diciéndote, “no sólo dios ha muerto, sino que también la realidad ha muerto”.

Descansa en paz, Jean Baudrillard. Aunque no sea real, tú, como todos los que esperamos demostrar la hipótesis de la vida, también has muerto. Hoy se ha consumado el acto por el cual naciste; no importa si haya sido real o no, tu existencia.

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Apuntes biográficos (Wikipedia)

Jean Baudrillard (Reims, Francia, 20 de junio de 1929París, 6 de marzo de 2007) es un sociólogo y crítico de la cultura. Su trabajo se relaciona con el análisis de la posmodernidad y la filosofía del postestructuralismo.

“El simulacro no es lo que oculta la verdad. Es la verdad la que oculta que no hay verdad. El simulacro es verdadero.”

— Jean Baudrillard


Hiperrealidad

Jean Baudrillard es ampliamente reconocido por sus investigaciones en torno al tema de la hiperrealidad, particularmente en una sociedad como la estadounidense. De acuerdo a sus tesis, Estados Unidos ha construido para sí un mundo que es más “real” que Real, cuyos habitantes viven obsesionados con la perfección, el no paso del tiempo y la objetivización del ser. Aún más, la autenticidad ha sido reemplazada por la copia (dejando así un sustituto para la realidad), nada es Real, y los involucrados en esta ilusión son incapaces de notarlo.

Justo antes de que se iniciara la Guerra del Golfo, Baudrillard predijo que dicha guerra no ocurriría. Después de la guerra, proclamó haber estado en lo cierto: “la guerra no ha tenido lugar”. La realidad de la guerra, en la que la gente se enfrenta una a otra hasta la muerte, había sido reemplazada por una copia de la guerra donde no existió ninguna lucha, ya que ésta solo llegó al resto del planeta a través de la televisión.

Según su postura, Estados Unidos se ve comprometido con la ilusión de estar combatiendo, tal como la mente del jugador se ve inmersa en el videojuego, donde la experiencia engaña a la consciencia haciéndole creer que es un actor de algo que no está sucediendo. Mientras el combate pudo haber sido real, sólo unas pocas personas en el otro extremo del planeta lo experimentaron. La “guerra” que fue transmitida por la televisión, y en consecuencia, la guerra tal como fue entendida por la mayoría de la gente, no fue realmente real.



Precesión de los simulacros

En su ensayo sobre la precesión de los simulacros, Baudrillard recuerda un cuento de Borges sobre un mapa (es decir, una representación) tan detallada que es una correspondencia biunívoca con el territorio. Con base en esta historia, señala que en la era postmoderna el territorio ha dejado de existir y que sólo ha quedado el mapa o, mejor, que es imposible distinguir los conceptos mismos de mapa y territorio, se ha borrado la diferencia que solía existir entre ellos. Baudrillard insiste en que la realidad supera a la ficción y asegura que los receptores de la Hiperrealidad desempeñan un papel pasivo. Para él no existe la construcción de sentido independiente.

Bibliografía parcial

El sistema de los objetos* (1969). Ed. Siglo XXI, México
Critica de la economía política del signo* (1974). Ed. Siglo XXI, México
A la sombra de las mayorías silenciosas* (1978). Ed. Kairos, Barcelona
Cultura y Simulacro (1978). Editorial Kairos, Barcelona, 1993
La transparencia del mal (1989) Anagrama, Barcelona, 1990
De la seducción* (1990). Ed. Rei, México
La Ilusión del Fin (1993). Ed. Anagrama, Barcelona
El Crimen Perfecto* (1996). Ed. Anagrama, Barcelona
El otro por sí mismo* (1998). Ed. Anagrama, Barcelona
La ilusión vital* (2002). Ed. Siglo XXI
Las estrategias fatales (2002). Ed. Anagrama, Barcelona
Contraseñas* (2002). Ed. Anagrama, Barcelona

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