miércoles, febrero 04, 2009

Noticias del Frente Patrimonial 018

Santo Domingo: Solución 2050

Entre la rabia no-perruna y la impotencia no-sexual

Por: Elizardo Puello, sociologo


Elefanta en un zoologico

¡Qué suerte tuve de haber nacido lejos de mi ciudad natal! (sic) ¡Así como lo oyen! Abrí los ojos a la conciencia, estando en el antiguo zoo de Santo Domingo. El primer animal que vi en mi vida, fue a Mami, la elefante hembra que nos deleitaba a todos. Conocí las Cuevas de Santa Ana y fue ése, el primer refugio de mi infancia, mi primera “combina”. El malecón, – por entonces limpiecito-, gracias a los presos de la Fortaleza Ozama, era un lugar de paseo los domingos, con su golfito, su pista de go-car y los churros del Caserío del lado de Güibia.

La avenida Independencia era de dos vías. En la bomba de Calamidad, te cuidaban a tus hijos si se te había olvidado un paquete cuando saliste deprisa, camino al Cibao. El Pocito de la Dicha --frente al actual Palacio de Justicia--todavía recibía a escondidas, jóvenes enamorados para besuquearse. Los choferes del concho, conocían –uno por uno-, a sus pasajeros, saludándolos, a veces por sus nombres propios.

La Lotería de Mon Saviñón, frente al Parque Independencia, no le llamaba la atención a nadie, más que cada domingo, cuando Pedro Pérez Vargas, por las mañanas en la Voz Dominicana, cantaba las bolas. También, porque no empleaba a seguidores de la Cruzada de Amor ni a políticos que se sacaban el premio mayor de cuando en vez. Los artistas de la Voz Dominicana, andaban como realengos por cualquier esquina de la ciudad. Las guaguas de dos pisos de la ruta B, eran una delicia para ir a conocer a Güibia, o la Caballería de la Feria, y para aventurarse hasta los matorrales del Matadero Cami.

En Santo Domingo, no nací. Pero es mi ciudad. Quiero lo mejor para ella. Por eso, he pensado en soluciones a su actual situación.

Ahora, que ella no puede albergar en mejores condiciones a sus visitantes, y a los nuevos habitantes para que traigan el progreso: ¿Por qué no pensar en una mega-ciudad? ¿Es que el pesimismo dominicano nos lo impide?

Soluciones:

De las Cosas de Parques: Nuestro Futuro es Brillante; es más, ¡Promisorio! Para hacer este sueño realidad, hay que despojarse de mitos alojados como una mina terrestre en nuestros cerebros. Tenemos que pensar como sujetos del nuevo orden mundial que se avecina. Debemos hacer una cruzada a favor del pensamiento lateral, para imaginar soluciones acordes a nuestro mundo.

Por lo pronto, propongo eliminar de ahí, esas afrentas que se llaman Parques Mirador Sur, del Norte y del Este.

En el del Sur, lo que cabe es un gran mercado de productos agrícolas que permita que desde todas partes, (del Cibao por la Luperón; del Sur por la 30 de mayo; y del Este por la 27 de Febrero) lleguen todos los productos del campo que alimenten a esta ciudad. El parqueo vehicular ahí, no sería problema alguno. Sólo es cosa de que nos dispongamos a usar lo que la naturaleza nos dio. Las cuevas y guácaras existentes en lo que una vez fue un acantilado, se pueden acondicionar y hacer parqueos subterráneos. La mejor prueba es lo rentable que ha resultado ese adefesio que se mal llama Guácara Taína. Si sirvió para una discoteca ¿por qué no, para un enorme parqueo subterráneo? Imaginación, imaginación, e imaginación. La loca de la casa como la llamó Sor Teresa de Jesús.

El Mirador del Este, bien podría alojar a una gran industria del papel, que use el agua de los Tres Ojos y que desagüe por gravedad en el inútil Malecón de la avenida España. Así resolveríamos tres problemas juntos: papel barato para la gran cantidad de estudiantes de nuestras pujantes universidades; trabajo para la gente de la zona oriental (y de paso aliviamos la cuarta o quinta línea del Metro); y un uso “productivo” del agua de los Tres Ojos que se desperdicia.

Los imbéciles que estén pensando que no sé qué decir del Faro a Colón y de las ya destruidas instalaciones de los Panamericanos, sepan que todo llega a su fin. Eso da un buen relleno cuando sean demolidos para la planta de papel. Acuérdense que ya la prueba de ADN, dijo que el de las cenizas del Faro, no es el Almirante de la Mar Océana.

¿Y qué decir del Mirador Norte? Es un parque que no sirve más que para que 150 ó 200 niños al mes, jueguen y se diviertan. Venderle eso al cementerio privado del frente; abrir lotes para hacer urbanizaciones populares que alivien el déficit de viviendas y un nuevo mercado modelo, no creo que sea una idea descabellada. Las aguas del arroyo Yaguasa, por estar tan contaminadas, lo que se puede hacer, es utilizarlas para las instalaciones sanitarias del nuevo mercado y las del Metro. También, una nueva Plaza de la Salud, pero sin tantas áreas verdes, cabría allí perfectamente. Es una suerte que ya empezáramos con tomarle una parte al parque, y bien utilizarla en la primera línea del Metro, el bienhadado y feliz Villa Mella-La Feria.

En cuanto a ese desperdicio urbano que se llama Plaza de la Bandera, lo que cabe ahí es una gran parada de autobuses. Abajo, hay que hacer un gran parqueo subterráneo de autobuses con talleres para la reparación de éstos. La Junta Central Electoral puede administrar el edificio de INESPRE, y ofrecérselo en alquiler a los Partidos Políticos para sus convenciones, así garantizaría dinero para las próximas elecciones.

La Cultura y la Embajada y el Mundo Nuevo que Hemos de Esperar: El Godot de Nuestros Amores.

¿Y qué decir donde hoy está la Plaza de la Cultura? Que sirve solamente para las Ferias del Libro y para otras sandeces de eso que llaman cultura. El espacio ocupado por el obsoleto Teatro Nacional, por la Biblioteca Nacional y por esos museos que por suerte, pocos visitan, daría para un gran Centro de Convenciones para el área del Caribe. Entrarían divisas al país por este concepto; nos daríamos el lujo de ser el centro más moderno, y a diferencia de lo que he visto en otros países, que éstos están lejos del centro de la ciudad, como el Palexpo de Ginebra, el Rai de Amsterdam o el de La Habana, el nuestro tendría ya, hasta su estación de Metro incluida, la cual, en lugar de llamarse Teatro Nacional, se llamaría Palacio de Convenciones.

De paso, diría que una donación ahora, a la Embajada Americana, de terrenos por los lados del Higüero o de Hato Nuevo del Km. 22, protegería mejor a la superpotencia de hoy y a nosotros también, de posibles actos terroristas al lado del Banco Central, abriría una vía de tránsito más libre en la Leopoldo Navarro, y nos daría la oportunidad de crear una línea adicional del Metro (con el aumento de la vida para esas comunidades hoy lejanas), y además, podría utilizarse el espacio que hoy ocupa dicha Embajada, para un gran Hotel de tan sólo ¡35 o de 40 pisos!, a fin de no molestar mucho a los residentes de las torres de Gascue. Este Hotel, sería exclusivo para las personas que vengan al Centro de Convenciones.

La Zona Colonial, más allá de Colón con Anacaona a sus Plantas

De la Zona Colonial hay mucho qué decir. A la Catedral hay que darle vida. Una de las líneas de Metro que desemboque en su desperdiciado patio, no le iría nada mal. Abrir de nuevo el Paseo Los Curas y la robada callecita que cerró su Eminencia Reverendísima para su deleite de príncipe de la iglesia, le daría a la Fortaleza Ozama, una vista frontal desde el Parque Independencia.

En la Plaza España, lo que va es un gran parqueo vehicular para personas que lleguen a la ciudad desde la Zona Oriental. Así se cobraría un peaje en los puentes, y habría otro ingreso municipal para el que parquee; declarar a la Meriño y a la Isabel La Católica como calles peatonales, aumentaría el flujo turístico por la zona.

Sé que algún que otro urbanista soez, estará pensando que qué proponemos hacer con el Alcázar de Colón y con las Atarazanas. ¡Fácil! Tan sólo abrimos una puerta por detrás del Alcázar; hablamos con los historiadores de la Academia, y nos inventamos, que los virreyes Doña María de Toledo (la única noble verdadera que habitó estas tierras) junto a Don Diego, se dedicaban todas las tardes a mirar con nostalgia el río Ozama, y que por ello, le hicieron la entrada al revés. Para Las Atarazanas, es fácil colocar allí, un lugar de acogida para los chicos de la calle, que de seguro, con la modernidad los habrá por montones. Pero, como estarán de cara al río, y al lado del parqueo municipal de la hoy Plaza España, alguna ONG extranjera de ésas que estamos importando cada año, se inventará algún proyecto “para enseñarles a pescar en lugar de darles peces”. Una bella filosofía que hay que tener presente cuando de desarrollo auténtico se trata.

El problema de las palomas de las ruinas del Convento de San Francisco, de las del Hospital San Nicolás di Bari y de las del Parque Colón, es fácil de resolver. Una ONG española (de las muchas que importamos cada año) se dedicará a exportar carnes y plumas para España. Allí, el valor agregado de decir que las mismas provienen de los lugares donde quedaron las huellas de los conquistadores españoles en la Primada de América, hará de estas provisiones baratas, una mercancía apreciada para generar recursos propios. ¡Todo es cuestión de imaginación!.

En cuanto al Pequeño Haití, eliminar al oscuro parque San Carlos y su inútil y maltrecha iglesia, vestigio de un pasado de migrantes españoles que ya no le interesa a nadie, y ubicar allí a la embajada haitiana, nos daría el beneficio de recordarles a nuestros hermanos de isla y de infortunios, cuánto les estimamos. En la cancha de San Carlos, habría que hacer un parque al Migrante Haitiano, ya que el Migrante Español, tiene el suyo en la Ortega y Gasset con 27.

Cosas de la Justicia, “Sin Ojos ya y Herida por el Cielo”

 

Parque Hostos y Obelisco "Macho" 

El indeseable y mal recordado (por lo de las víctimas del San Zenón y por las grotescas jornadas de Lucha Libre, así como por las fiestas inservibles de fin de año), de ese lugar inefable que se llama Parque Eugenio María De Hostos, lo que va, es una verdadera cárcel modelo subterránea. Hacer que los presos pasen directamente, de las salas de audiencias de las cámaras penales del Palacio Justicia de Ciudad Nueva, por un túnel, al lugar dónde purgar sus penas, es una idea que puede ser viable. Así, nos economizaríamos el combustible, las guaguas, dietas, choferes, jueces de la pena y un sinnúmero más de ofertas de empleo que tiene el “tren judicial” para los casos penales.

Un buen parqueo arriba de la cárcel y un mirador al malecón, haría que la prisión de los condenados fuese un verdadero martirio. Una verdadera ventaja comparativa a usar. Así, de paso, reducimos la delincuencia. A los delincuentes de cuello blanco, se les pueden vender suites acomodadas, y de paso se recupera parte de los recursos robados, y se ingresan al fisco. La transparencia y la eficiencia, unidas a la delincuencia, la reducen.

Esto estaría acorde con la modalidad que hemos iniciado como país, de tener ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda. Una verdadera revolución en el concepto de ciudadanía, el cual se manifiesta cuando tenemos servicios VIP en oficinas públicas. Pues, darle a los casos de renombre o donde estén implicados fuertes sumas de dinero, categoría de juicios VIP, cárceles VIP y presos VIP, nos quitaría el tiempo dedicado a críticas infecundas, como las de los implicados en casos, que se enferman o en los que las cárceles les dan ataques de pánico. Sería un paso democrático, sin lugar a dudas. La divisa de que el que más pueda, pague más, es una obra de justicia común y un postulado de equidad que es el que se practica cuando se concibió el justo Impuesto sobre la Renta. Esto es lo que nos hace iguales ante la ley (penal): “cada quien según sus ingresos” ¡Cosas de la Justicia Terrenal!

Sobre Consulados, el Anhelo de Fugarnos y el Mundo Nuevo que se Avecina

 

Centro Olímpico Juan Pablo Duarte

En cuanto a los Consulados de Alto Desempeño como es el de España, el de los Países Bajos, el de Canadá y el propio de los Estados Unidos, se les debiera asignar, para que estén juntos, las instalaciones y el terreno mal utilizado del antiguo zoológico. Sería la primera vez en el mundo que se crearía una ciudad para el “Pre-emigrante”, o bien, para el ciudadano “casi ausente”.

Si a la embajada China (pero la de China Popular), se le asignan las instalaciones del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, y sacamos de ahí, esas insensateces que se llaman SEDEFIR, las Federaciones deportivas y el Comité Olímpico Dominicano, tendríamos ventajas comerciales únicas para negociar con ese país, ya para la época, la superpotencia mundial. Hay que ser imaginativos ahora que sí podemos.

Hablando de chinos, habría que pensar en el actual Barrio Chino. En lugar de ser exclusivamente chino, democratizaríamos el espacio, al declararlo como el barrio de la Luz de Asia, e incluir a la pujante colonia japonesa y coreana, y así, revivir el departamento de Operaciones Especiales de la Policía Nacional, por si a estas colonias se les ocurre la idea de revivir viejas heridas.

De la Paz y la Confraternidad del Mundo Libre, más Allá de Angelita Primera

 

Teatro Agua y Luz, 1950s

A la Feria de la Paz, habría que hacerle una remodelación. Propongo la edificación de una Ciudad del Placer, que funcione las 24 horas durante 7 días a la semana en el maltrecho y eufemístico Teatro Agua y Luz (ya que no hay de ninguna de las dos). Ampliar sus instalaciones hasta el Palacio del INPOSDOM, ya que el Internet, los celulares y los courriers han hecho inútil el servicio estatal que ofrece. Esta Ciudad del Placer, sería una sincerización de ese espacio que es la Feria. Con ello, se revitalizaría el Metro, ya que en bandadas vendrían hombres y mujeres de los barrios en calidad de ofertantes de sexo, pero asimismo, turistas y hombres de negocio, que harían acto de presencia permanente allí, reavivando la zona, creando fuentes de empleo directo para los ofertantes, y dejando de lado, las actuales comisiones que llegan a proxenetas y a agentes del orden, en base al trabajo y el sudor de estos ofertantes de sexo.

La Bolita del Mundo, hoy utilizada para fines “impropios”, la propongo para homenajear a pro-hombres de la imaginación popular como lo es Jack Veneno (Héroe de todos los machos dominicanos, que vemos en él, “todo un brazo de poder en cada cucharada”, así como la figuración fálica de los salchichones de la lucha libre, antes de que Don Amable los convirtiera en instrumentos de propaganda política), y a pro-mujeres como Crucita Yin y sus siete hijos, quien tuvo el coraje de abandonar a un mal hombre que se dedicó a difamarla por todas las calles de Santo Domingo en los años 80s.


La Bolita de Mundo, 1955

Por cierto, que la estatua de Paul Harris que nadie visita porque nadie sabe quién fue, más que los Rotarios una vez al año a llevarle flores, sea sustituida por una del Yolero Desconocido, quien mirando las embravecidas aguas del mar Caribe, desafíe la miseria que vive en tierra, y dé la sensación a quienes la interpreten, de que se trata de un ser cualquiera que quiere lanzarse a la mar, en busca del horizonte, como si éste realmente existiera. Un juego de metáforas y de ideas audaces, que haría de este lugar, un motivo de conversaciones post-orgasmos a la luz de las tardes, por parte de turistas y hombres de negocios con sus servidoras y servidores sexuales en la Ciudad del Placer.

En el sótano del otrora Agua y Luz, se podría instalar una fábrica de condones de bajo costo que ayude a evitar el SIDA, exportarlos a otras naciones del Caribe y hacer uso de nuestra Ciudad del Placer para generar divisas, tal y como lo hace Amsterdam con su zona rosa.

Además, terminaríamos con la idea de que sólo en las cabañas se puede. Esto lo puede manejar el mismo Ayuntamiento del Distrito Nacional, como una de las “Industrias Municipales” con las que soñó el niño que llegó a síndico, ese otro pro-hombre, paladín de los pobres llamado Corporán de los Santos. ¡Cómo olvidar aquello de “el que tira el dado, come” y… “¡repitan conmigo: ele, ele… llá! AAAY!” O la llave de la que botaba agua cuando no había una gota en las casas, allá, al final de la Máximo Gómez, donde empieza Güibia. ¿Cómo no recordar al Niño de la Ciudad del Niño y sus telemaratones?

De paso, con estas iniciativas, también eliminaríamos el edificio de la Dirección de Pasaportes, por ser proveedora de éste, un documento inútil, ya que la propuesta es que se le dé a todo el mundo, como un obsequio o como una cortesía del gobierno de turno, junto al Acta de Nacimiento a cada niño. El edificio de la Dirección de Desarrollo de la Comunidad (la anticuada y jurásica ODC), también se eliminaría, porque para la época, cada comunidad tendría que aprender a desarrollarse por sí misma, en base a la filosofía de “enseñarle a pescar, y no la de darle peces”. Por lo que, la Ciudad del Placer tendría más capacidad, y así reviviríamos los tiempos del Petit Chateau que tantas alegrías provocó en más de una generación.

Como en forma cercana, estaríamos conmemorando, por la fecha del 2050, el Centenario de la Feria de la Paz y la del Concordato con la Santa Sede, trasladar la Arquidiócesis de Santo Domingo hasta lo que es hoy el Palacio del Congreso, y trasladar a éste, al Palacio de los Deportes, no creo que sea mala idea.

De paso, con ello aumentaríamos la capacidad del Congreso, que para sesionar, lo haría en la cancha del Palacio del los Deportes. Parqueos, entonces, sobrarían, y áreas verdes para pensar nuevas leyes, no faltarían. Como se sabe, las ideas fluyen mejor cuando se está frente a la naturaleza y a la belleza. Si no, vean cómo eran los monasterios de la Edad Media. Además, también, estando cerca de la Embajada China que estaría en el Centro Olímpico, se estaría mucho más cerca del poder mundial. La China Popular, al tener el Centro Olímpico como su embajada en el país, podría invitar delegaciones numerosas, cuyas reuniones de coordinación se haría en el Estadio. Así también, el Cardenal si se lo propone, pasaría a la historia universal, siendo el único purpurado que se despojó de su nido de oro, e hizo una donación a favor de alguna causa noble, como podría ser, la de ubicar en la actual casa de la Arquidiócesis, una casa de albergue para la mujer del turista italiano ausente de la zona colonial. Una idea audaz que de seguro, lo consagraría como una figura mundial. Un sueño de niño que éste tiene, y que no se le concretiza aún.

Sobre nuestro “Placer de los Estudios”

En su momento, el habernos opuesto a la isla artificial no fue mala acción, pero ampliar a 16 carriles el malecón, no es mala idea. Así, tendríamos dos carriles para descongestionar de hijitos de papi y mami a la Lincoln; dos, exclusivamente para las guaguas de esos dos pro-hombres que son Juan Hubieres y Antonio Marte; dos más, para camiones y patanas; dos, para motoconchos, para bicicletas, para carretas y coches turísticos; dos, en vía rápida para los que van huyendo hacia el aeropuerto, y dos más, para los funcionarios del gobierno con sus franqueadores en Harley Davison. También, dos para las ambulancias; y otros dos, para los necesarios servicios Xpress, tal y como son los de delivery de los colmados y de los Fast Food, y para los siempre “eficientes” y en “creativa competencia” taxis citadinos.

Esta inversión, la de los 16 carriles, estoy convencido que se recuperaría fácilmente con un impuesto único anual a cada asociación de propietarios de estos servicios. El único problema que veo hasta ahora, es que los dueños de carretas y de quienes las alquilan con todo y rocín, lamentablemente no están organizados. Pero, quizás se les pueda subsidiar, y de paso, aplicamos una medida más a la lucha contra la pobreza.

Donde está el Poder que nos Representa y que nos Lleva a Buen Puerto, aunque Usted No lo Crea

 

Apropiacion cultural del Metro de Santo Domingo, 2012 

La zona del Palacio Nacional, la dejaría intacta por arriba. Pero, crearía por debajo, un túnel de acceso múltiple de éste, con la Dirección de Impuestos Internos, con el Banco Central, con el Palacio de la Policía Nacional, enlazado con un nuevo edificio detrás del Palacio Nacional, en donde estén las Asociaciones de Bancos Comerciales y las de las ARS y las AFP. La DIDA no deberá estar presente ni cerca de allí, por ser un estorbo para el buen funcionamiento de estas maquinarias eficientes.

Por último, debo admitir que hoy no todo está perdido. Que ya hemos venido dando pasos adelante en este nuevo imaginar al Santo Domingo del Siglo XXI. Por lo pronto, ya tenemos un Gascue que perdió su inútil romanticismo y su aire decimonónico, con sus inservibles villas veraniegas. El sabor de lo moderno se ha impuesto. Naco, Los Cacicazgos y Bella Vista están creciendo a pasos agigantados. Arroyo Hondo pasa entre azul y buenas noches, ya que no crece, pero se democratiza, dándole espacio a los pobres con los que cohabitan los muy ricos. Los teléfonos celulares, mueven de punta a punta al país sin saberlo. La Julia, pronto dejará de existir. Ciudad Nueva es una pujante localidad movida por colmadones de empresarios innovadores. A San Carlos se lo tragó el espíritu indómito del comercio de Villa Con… y el Mercado de Pulgas de los domingos, emplea a miles cada semana.

También, hay que reconocer que el Parque Botánico, ya está siendo estudiado como un área de inversión inmobiliaria, y el inútil zoológico que alberga tres monos enfermos, un flaco y patético león sin corte de leonas, y varios búfalos de agua que lo que comen es lilas, da un buen proyecto habitacional para gente humilde, a precios bajos. Sería como una nueva ciudad dentro de la ciudad. Una Villa Sánchez, como pudiera llamarse por ser éste, el único Padre de la Patria que no está siendo homenajeado con la pobreza de un barrio populoso en nuestro Santo Domingo.

Tengo, sin embargo, dos problemas que no he podido resolver. Quizás alguno de mis lectores tenga más imaginación que yo para resolverlos: Es que no sé de dónde va a salir la luz y el agua para mantener con vida, a estos 10 millones de personas que habitarán la Primada de América para este año 2050. ¿Puede alguien ayudarme…?

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