jueves, agosto 02, 2007

Noticias del Frente Migratorio 014

APORTES DEL INMIGRANTE HAITIANO A LA ECONOMIA DOMINICANA




Centro Cultural Dominico-Haitiano (CCDH)
ccdh@codetel.net.do

Mayo 2007


CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

La inmigración Haitiana juega un papel de singular importancia en la economía dominicana, tanto en su aspecto formal como informal.

Vimos como en la industria azucarera, que durante más de un siglo constituyó la base de la economía, los braceros haitianos se convirtieron en la principal mano de obra para el corte y fomento de la caña.

Nuestro análisis concluyó en que actualmente la mano obra haitiana en el sector azucarero tiene una incidencia de 2,54% del PIS Azucarero y 0.03% del PIS Nacional. Aún cuando podríamos entender que estos porcentajes no son altos, sí constituyen una empleomanía de consideración relacionada con valores muy altos de producción, donde existe una variedad de componentes de costos que incide dentro de la producción final.

Los inmigrantes que laboran en el sector azucarero siguen con las mismas condiciones infrahumanas de vida que tuvieron sus antecesores, donde no cuentan con la mayoría de los servicios sociales.

El Estado, a través de las empresas arrendatarias de los ingenios, está en el deber de mejorar los bateyes para que sean verdaderas viviendas.

El Estado dominicano tiene planificado dedicar una gran parte del cultivo de la caña para la industrialización del etanol. Por lo que se seguirá dependiendo de braceros haitianos en lo que se llega a una mecanización completa de la industria, lo que consideramos técnicamente imposible. Es recomendable que las infraestructuras que se construyan para su alojamiento, así como las remuneraciones y los servicios sociales, estén acordes a los tiempos modernos.

Los obreros haitianos que laboran en la agricultura se han convertido en indispensables para dicho sector, debido al abandono de las actividades agrícolas por parte del obrero dominicano. Los resultados de nuestro estudio, señalan que el aporte de la mano de obra haitiana en el sector agrícola es de un 30%; y en el PIS Nacional de un 1.48%; valores apreciables en toda economía.



En el sector construcción, los resultados obtenidos rectifican algunas aseveraciones que anteriormente fueron afirmadas por otros estudios y que han variado en los últimos años. Entre ellas la relacionada con los salarios que se les paga a los distintos tipos de obreros, donde no pudimos constatar que actualmente haya diferencias en los pagos a los trabajadores haitianos y a los dominicanos. Además, los constructores mostraron preferencia por los trabajadores haitianos por cuestiones de disciplina y cumplimiento de sus responsabilidades.

El aporte de la mano haitiana en el sector construcción es de un 6.8% del PIS de la construcción; y un 1 % del PIS Nacional. Datos que confirman la importancia de los obreros haitianos en este sector, más si se toma en cuenta que son pocos los obreros especializados en las diferentes labores de construcción. Aquí también tiene mucho más peso la cantidad de obreros que la calificación de sus servicios.

En cuanto a los mercados binacionales fronterizos, sería conveniente una mayor regulación de ambos Estados. De esta forma se ampliarían las facilidades de comercio y tanto los mercaderes como los visitantes podrían desarrollar sus actividades con mayor eficiencia.

Estos mercados binacionales constituyen la principal fuente de ingresos de las provincias en las que se celebran; de hecho, en algunas de estas, es la única fuente considerable de movimiento económico, por lo que los Estados dominicano y haitiano deberían prestar mayor atención a los mismos, contribuyendo así con la regularización y formalización de estos mercados, en los cuales encuentran el sustento miles de familias dominicanas y haitianas.

Existe una disparidad de criterio conforme al funcionamiento de los mercados binacionales. Así vemos como el mercado de Elías Piña es arrendado a empresarios privados, los cuales cobran altas sumas de dinero a los participantes; lo que no ocurre en los otros mercados. Esta es una situación que debe ser regularizada. Los Ayuntamientos municipales de las comunidades en que se celebran estos mercados deben ser los beneficiarios de los ingresos por arrendamiento de espacios, pero estos no deben tener valores abusivos, cobrados muchas veces de forma compulsiva por arrendatarios privados.

Los resultados obtenidos en nuestras investigaciones confirman el alto nivel de ocupación de la inmigración haitiana en los diferentes trabajos informales. La principal razón de esta incidencia es que en este sector los inmigrantes ilegales pueden operar sin la exigencia de ningún tipo de documentos, además que garantiza su permanencia en zonas urbanas.

Aún cuando en todos los casos investigados de los vendedores (as) informales los ingresos y gastos eran similares, los inmigrantes haitianos han logrado subsistir de diferentes formas, en condiciones a veces mejores que algunos que trabajan en sectores formales, como por ejemplo los trabajadores azucareros.

En el mercado informal se puede notar la influencia de la segregación natural en toda inmigración. Por ejemplo, los ciudadanos haitianos que venden productos en las calles, buscan a otros compatriotas cuando hay vacantes de trabajo; así podemos encontramos con esquinas donde todos los vendedores son haitianos.

Una observación importante es que negocios del sector formal operados por empresarios haitianos suplen de mercancías a los vendedores haitianos del sector informal, lo que fortifica la incidencia de los inmigrantes en la economía dominicana.

Aunque no es posible cuantificar el aporte de los trabajadores informales haitianos al Producto Interno Bruto (PIB) dominicano, por la carencia de informaciones estadísticas, podemos aseverar que la misma es mucho mayor que la aportada por los trabajadores informales dominicanos quienes, al igual que en el sector agrícola, han ido cediendo este espacio a los inmigrantes haitianos. Curiosamente, en el caso de las ventas informales los dominicanos no pueden alegar condiciones pésimas de vida, ni maltrato patronal, como se sugiere que ocurre en el sector agropecuario, sobretodo en el azucarero.

La incursión de inmigrantes haitianos en los servicios familiares, como empleados y empleadas domesticas, jardineros, guardianes, etc., ha originado una mayor confianza y compenetración entre dominicanos y haitianos.

El Estado dominicano tiene la responsabilidad de regularizar el mercado informal, para beneficios de todos, esto le posibilitaría la implementación de planes económicos, sociales y humanitarios, como son los sistemas de salud, de educación y de seguridad social. Incluso, las organizaciones sin fines de lucro que trabajan con Ios inmigrantes haitianos deberían orientar estudios sobre las mejores formas de lograr estas reglamentaciones. Para esto es necesario conocer el tamaño real del mercado informal.





1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola: Enhorabuena por la investigación y la publicación de sus resultados. Su lectura me ha aguijoneado para compartir con Tony y sus lectores una iniciativa que ya tiene unos años, impulsada por la suscrita y otras y otros dominicanos y varios extranjeros. Se busca la formación del Movimiento por la Unión Quisqueyana. Espero aliados y aliadas. Cuidense